Por: René Rodríguez Trobajo (estudiante de Periodsimo)
La profesora de nuestra universidad por más de cinco décadas, la Dra. C. Eumelia Victoria Romero Pacheco, forjadora de docenas de generaciones de estudiantes portadores de mapas y cartas topográficas como herramientas de trabajo, recibió recientemente el “Premio Nacional de Educación Geográfica Salvador Massip” por la obra de toda una vida entregada a la enseñanza no solo de nuestra geografía, sino de toda la región.
Motivo de orgullo para nuestra Casa de Altos Estudios es contar entre sus filas con una docente que está involucrada con las aulas desde que era estudiante porque la profe Eumelia, como le dicen quienes la aprecian, fue alumna ayudante desde que cursaba el segundo año de su carrera y como nos cuenta ella misma “esa etapa fue hermosa porque aprendí de profesores maravillosas y que aman a la geografía sobre todas las cosas”.
A su extensa carrera docente hay que valorarle su preparación académica, pues recibió varios cursos de postgrados en Europa y ella describe esas experiencias como “una etapa de compartir conocimientos, culturas y emociones. De esos catedráticos tan profesionales y apasionados aprendí como transmitir mi pasión cada vez que me paraba ante el pizarrón”.
Como es lógico Eumelia a lo largo de su carrera, ha trabajado y visto todo tipo de estudiantes y reconoce que todos los alumnos no son iguales, todos tienen potencialidades y fortalezas específicas y ayudarlos a identificarlas y explotarlas es la mayor virtud de un profesor. Aunque siempre exigiendo unas normas básicas de conducta y proyección, teniendo el respeto como bandera.
“He trabajado en casi toda Cuba, estudiando su geografía y su composición. Desde Santiago y Guantánamo hasta Pinar de Río, donde recuerdo que intercambiamos con especialistas de todo el país, construyendo las bases de comunión con la escuela de Geología”.
La metodología, la pedagogía y las ciencias geográficas puras han sido el pan de cada día de esta formadora de científicos, y se ha valido de todas las herramientas aprendidas desde que era estudiante hasta hoy que después de 50 años reconoce que sigue aprendiendo y maravillándose con la belleza de la Geografía.
El Premio Nacional de Educación Geográfica Salvador Massip se le fue entregado a la obra de toda su vida, puesta siempre a disposición de enseñar y preparar a las nuevas generaciones, “yo amo a la Geografía, pero nunca he soltado la tiza y el borrador, ya son parte de mi esencia, porque me han acompañado durante todos estos años donde mi única intención fue compartir los conocimientos que heredé de los que se puede decir son los padres de esta ciencia en el país, y recibir este premio, que tiene el nombre de alguien tan grande como el profesor Massip me llena de orgullo y regocijo, pues es también un reconocimiento a todos esos profesores y compañeros que durante tanto tiempo me han acompañado en este camino”, agregó Romero Pacheco.
“Mi sueño siempre ha sido enseñar bien la Geografía y que sirva como instrumento de cultura y que le sirva las personas para comprender todos los fenómenos y sucesos que pasan en el mundo. Si tengo que definirme como algo, diría que soy una amante de la Geografía que se ha valido de la tiza y el pizarrón para demostrárselo al mundo”, concluyó la profe Eumelia.
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