Desde hace 5 años las ondas sonoras cautivaron mis sentidos.
Dar a conocer sucesos de interés a través de la radio, constituye una responsabilidad suprema. Y es que este medio te enamora, y hace parecer a lo demás menos importante.
La radio constituye ,para mi, el principal medio de comunicación en Cuba; y a la vez el más subestimado por quienes no conocen su alcance. Más de 100 emisoras en el país se han convertido en esa importante fuente de inmediatez noticiosa, en tiempos de COVID-19.
Los profesionales de este medio realizan una labor encomiable, aún cuando enfrentan muchas dificultades para llevar a cabo su trabajo. Locutores, periodistas, realizadores, asesores, directores de programas, técnicos y otros muchos hacen que la información oportuna, la música relajante y el mensaje necesario, nos lleguen con prontitud y claridad.
Siento una admiración especial por la magia de la radio, porque aún cuando cuentan con escasos recursos, hacen aflorar la inventiva de sus trabajadores para sacar al aire cualquier programa; o logran que tal o más cual espacio tenga la mayor calidad posible.
Y es que el medio enamora por sí mismo; pues, desde su creación, ha llegado más allá de lo esperado. La creación del ICR, que luego se convirtió en ICRT, trazó el inicio del camino que hoy disfrutamos: una radio comprometida con la Patria y con su pueblo.
Ese nexo indivisible que hoy tenemos es la esencia de la radio cubana. Porque ofrece, sin tapujos, un sonido para ver.
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