La Asociación de Empleados de la Universidad de Oriente

En el año 1953, los trabajadores administrativos y personal subalterno de la Universidad de Oriente se enfrentaron al Consejo Directivo Universitario, en reclamo del Aguinaldo Pascual.

Este pago era una remuneración adicional que recibía el trabajador, además de sus doces meses de sueldo. Constituida y refrendada en el contrato de trabajo, esta práctica se asumía como regalo navideño de la administración; llamado decimotercer pago o salario extraordinario.

Según se conoce, la solicitud del Aguinaldo Pascual fue firmada el 9 de noviembre de 1953, por todos los trabajadores del centro. Luego fue reiterada varias veces, pero el Consejo Directivo jamás emitió respuesta.

Entonces, los trabajadores decidieron unificarse en una Asociación, constituida el 2 de octubre de 1955, inscrita en el Gobierno Provincial bajo los auspicios de la Federación Nacional de Asociaciones de Funcionarios y Empleados de Organismos Autónomos.

Diez días después, se informó a la opinión publica sobre esta constitución y los fines que perseguía, a saber: la defensa de la Universidad de Oriente; la lucha por su progreso y supervivencia, como fuente de trabajo estable y duradero; el cumplimiento, por parte de los asociados, de sus deberes para con la institución; y velar por el recíproco reconocimiento y respeto de los derechos sociales y humanos de los empleados, entre el Consejo Directivo Universitario y la Asociación.

Tras la promulgación, en 1961, de la Ley de Organización Sindical del Gobierno Revolucionario, comenzó la organización sindical en todo el país y las instituciones llamadas, hasta esos momentos, autónomas. La Revolución exigía, en su proceso de radicalización, nuevas formas de organizar, incluso, al movimiento obrero.

Se generó así un llamamiento de adhesión, mediante el cual la Asociación de Empleados de la Universidad de Oriente convocó al resto de los trabajadores a integrar el Sindicato de la Enseñanza, cuyo organismo provincial se conformaría finalmente el 13 de agosto de 1961. Desaparecía así nuestra Asociación de Empleados, resultado del empeño de los trabajadores del centro por exigir sus demandas, a pesar de las presiones de los miembros del Consejo Universitario.

Fue una organización necesaria. Respondió a la coyuntura histórica en que se creó, permeada por las antagónicas contradicciones entre clases que, por aquel entonces, fijaban el lugar de cada persona de acuerdo con sus propiedades, sus ingresos e influencias.