El apoyo a los estudios que contribuyen a la conservación de la Polymita Picta, declarada como Molusco del Año en 2022 es una de las acciones más importantes de uno de los proyectos del programa de colaboración internacional VLIR-IUC de la Universidad de Oriente.
Considerado el caracol más bello del mundo, la Polymita Picta obtuvo este premio como resultado de un concurso organizado por el Centro de Genómica Traslacional de la Biodiversidad para comprender las bases genómicas de la biodiversidad LOEWE TBG, y Unitas Malacologica (Sociedad Internacional de Malacólogos), el cual permitirá secuenciar todo el genoma de este molusco endémico del noreste oriental de Cuba, actualmente en peligro de extinción.
Según el Dr.C. Bernardo Reyes Tour, dedicado las investigaciones sobre la Polymita desde la década del 90, “el conocimiento del genoma completo de la Polymita Picta posibilitará estudiar en cuál cromosoma está cada gen, si ha evolucionado el color de la concha, cuáles son las principales variaciones de sus genes, entre otros parámetros. Según se avance en el conocimiento y la reproducción de estos moluscos podrán implementarse acciones de educación ambiental tanto en la Universidad como en áreas turísticas de la región oriental, favoreciendo así su conservación”.
Con una década en los predios de la Universidad de Oriente, el Programa de Fortalecimiento Institucional, conocido como Programa VLIR, ha potenciado en los últimos años las condiciones materiales del Bioterio, laboratorio donde se albergan y mantienen cerca de una treintena de ejemplares de este molusco para su estudio, ubicado en el Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas. Además, ha favorecido el intercambio académico entre científicos cubanos y de universidades y centros de investigación de Alemania, Inglaterra y Holanda.
Aunque los estudios del Dr.C. Reyes-Tour sobre la Polymita cubana rozan los 30 años de investigación ininterrumpida, en la actualidad estos se desarrollan en el contexto del Proyecto I del Programa VLIR-IUC dedicado al “Plan para el manejo y la mitigación del riesgo climático desde la biodiversidad y las tecnologías para la producción de alimentos en el oriente del país”.
La Dra.C. Elizabeth Isaac Aleman, líder del P1 por la parte cubana, explica que este proyecto ha logrado además la instalación de laboratorios en el Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado (CNEA) y el Departamento de Biología con una infraestructura sostenible diseñada para generar servicios científicos técnicos. “En el CNEA está el Laboratorio de Toxicología y Servicios Ambientales con 21 servicios, y en el Departamento de Biología se instaló un microscopio de primera generación diseñado para brindar asistencia a instituciones hospitalarias y a toxiología. No se pueden ver los servicios científicos-técnicos solamente en la infraestructura, se trata además de todo el conocimiento concretado en protocolos manuales y formas de hacer”.
Precisó Isaac Aleman que el proyecto genera entre sus resultados un protocolo relacionado con el manejo y la conservación de la biodiversidad como bioindicadores del cambio climático. También un protocolo enfocado a la conservación de todos los embalses de agua potable de la región suroriental de Cuba, y la implementación de la tecnología magnética para la producción de alimentos y la tecnología del riego por succión. Como un resultado pendiente para su introducción, pero de gran envergadura, la investigadora destaca la implementación de un sistema de alerta temprana para cambios climáticos en la zona costera, al cual se le dará seguimiento una vez concluya el proyecto por lo que significa para la zona oriental.
Finalmente, en cuanto a la formación doctoral, en el contexto del P1 se destaca la creación del Programa de Doctorado de Ciencias Ambientales, el cual forma a 51 investigadores de las provincias orientales y Camagüey, y cuenta entre su claustro con académicos belgas de la Universidad de Hasselt.
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