Donar sangre: un acto de puro humanismo

Por: Gabriela Lozano Montoya, Claudia Fernández Pacífico y Ángel Alfredo Freiría (estudiantes de Periodismo)

El centro médico ubicado en el edificio C de la residencia estudiantil Antonio Maceo, desde temprano en la mañana del jueves 22 de junio fue escenario de un acto de solidaridad, las donaciones de sangre de estudiantes y trabajadores de la Universidad de Oriente. Este acto altruista señala la conducta que han mantenido generaciones de cubanos, así como la humana dirección de nuestro sistema sanitario. Resalta esta vez la importante presencia de jóvenes, que incluso provenientes de otros territorios han decidido, hoy, salvar vidas.

Ese día se efectuó la tercera rotación, convocada a partir de la jornada de donación de sangre. A esta precedieron otras dos,  y en cada una de ellas se realizaron 16 donaciones. En cambio en esta última jornada solo estuvieron aptas 9 personas aunque se presentaron un total de 32, incluidos a esta cifra estudiantes y profesores de la institución, entre las causas más comunes por la que no fueron aptos muchos de ellos está: la hemoglobina o presión arterial baja, haber comido carbohidratos antes (producto a la desinformación) ya que solo se puede tomar agua, café o jugo antes de donar y en el caso de las mujeres no pueden hacerlo si tienen el periodo menstrual o si hace poco lo dejaron de tener.

¿!Se puede hacer más!?

Reconocer la validez del hecho no nos conduce a desligarnos de la realidad objetiva: Un proceso de semejante magnitud y de tan íntegra naturaleza precisa una convocatoria efectiva y respetuosa. A pesar de que comienzo de la actividad se produjera en horas tempranas de la mañana, como se mencionó anteriormente, este horario no coincidió con el de la convocatoria (7:00am). Más de una hora después de lo establecido, ingresó el primer donante. Esto último, unido a la desinformación del personal del puesto médico, al que no se le había comunicado el acontecimiento propició el descontento de varios que optaron, con todo su derecho, por no someterse a una espera aún más prolongada y que se tornaba incierta.

A pesar de las cuestiones que de cierta forma “obstaculizaron” el proceso fue un punto clave la presencia de jóvenes que dieron su paso al frente, incluso siendo el primer paso.  Este fue el caso de Lenna Yaneth Roger González, estudiante de 3er año de Derecho que por primera vez formó parte de un proceso semejante.  La alumna, proveniente del municipio de Contramaestre, consideró crucial  la elección de la Residencia para ejecutar este proceso, siendo un punto importante para la inclusión de los universitarios en el noble acto.

Manifestó su emoción por encontrarse a punto de lograr este anhelo y sus deseos por contarse entre las personas aptas para donar: “El hecho de que tu sangre pueda salvar una vida, estar para alguien que lo necesite, es un acto de puro humanismo”.

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