¡Y entonces se hace la magia!

Hace unos días un muchacho me pidió algunos consejos para lograr matar, literalmente, el aburrimiento. Me explicó que la televisión no lograba atraparlo y evitaba salir a jugar en la calle pues se deben respetar las medidas de aislamiento social.

–¿Te gusta leer ?–le pregunté.

–No –me respondió.

Considerando sus 12 años preferí buscarle algún texto de Julio Verne. A la semana me lo devolvió entusiasmado y deseoso de leer más. Pude comprobar que a veces el hecho de que niños o adultos no lean no es solo por falta de hábito, sino también por no saber escoger bien obras interesantes; o lo que es igual: por falta de asesoría adecuada.

Hace unos meses una colega me comentó que no leía poesía pues le aburría y según ella más bien no le aportaba nada. Le presté una colección de poesía hispano-americana antologada por Mario Benedetti, luego le busqué un poemario de Antonio Machado…quedó fascinada!.

El olor de un libro destila sabiduría y placer. Móntese usted también en este carrusel de los libros y le aseguro que no se arrepentirá. Sitios webs como Cuba Literaria, Claustrofobia Promociones Literarias y otros han mostrado repertorios de libros digitales para permanecer en casa.

Bajo el manto de la literatura nos envolvemos. Bajo los conocimientos que brotan de los libros instauramos el poder de vivir muchas historias a la vez, alcanzamos entonces ese don de la ubicuidad que anhelamos tener.

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