LOS PRIMEROS AÑOS
Desde sus inicios, la Universidad de Oriente dio una nueva tónica a los estudios superiores en Cuba, al aplicar métodos semejantes a los que consagraban a los centros de este tipo más avanzados en el mundo, medidas encaminadas a superar el régimen de enquistamiento académico que encadenaba a la bicentenaria casa de altos estudios habanera.
El crear una universidad nueva hacía posible aplicar normas novedosas, tales como el establecimiento de un régimen docente con métodos distintos de evaluación, el uso de prácticas experimentales, trabajos de investigación, seminarios, y graduar con el título de Licenciados (as) en lugar del de Doctor, que en lo adelante sólo podría obtenerse por quienes realizaran un trabajo investigativo con cierto grado de originalidad.
También se implantó la contratación no vitalicia para los profesores y la búsqueda de docentes extranjeros, medidas que influyeron mucho en el desarrollo científico, técnico, académico y cultural del centro. Varios preceptos de la Reforma de 1962 se enunciarían ya en el primer estatuto. Muchos de estos nuevos profesores fueron intelectuales españoles de gran prestigio, exiliados en Cuba desde hacía algunos años, y que no habían tenido acceso a los centros culturales del país.
Durante aquellos años se desarrolló en el seno del profesorado y también entre los estudiantes una fuerte lucha ideológica, que traspasó los límites institucionales e hizo que elementos reaccionarios de distantes lugares del país presionaran tildándola como “nido de comunistas”, e iniciando una campaña contra la Universidad. Ejemplo de esto fue la fundación de la Escuela Obrera “José Martí”, lo cual atemorizó a los sectores más retrógrados y se nuclearon contra ella, valiéndose de acusaciones tales como la de que en sus aulas se impartían “conferencias sobre Lenin y Stalin”. Estas fuerzas atemorizaron a la Rectoría de entonces, que intervino en la Dirección de la Escuela y produjo el fracaso y cierre de lo que ya constituía en germen la actual Facultad Preparatoria Obrero Campesina.
Entre los que lucharon y defendieron este esfuerzo se debe recordar a Frank País y a Pepito Tey, quienes más tarde perecerían en el empeño que verdadera y definitivamente desembocaría con el logro de una Universidad para todo el pueblo.
LOS AÑOS DE LA DICTADURA BATISTIANA
Este centro de altos estudios no estuvo exento, como tampoco la Universidad Central “Marta Abreu”, de las Villas, de los múltiples intentos de infiltración de las agencias norteamericanas. Así ocurrió a través de formas encubiertas como los llamados “Convenios de Ayuda con Instituciones y Organismos Norteamericanos”, y los envíos de profesores y alumnos a la sombra de lo que se conoció como el “Punto IV”. El objetivo fundamental de estas maniobras era el de conformar una mentalidad pro-norteamericana entre los jóvenes, lo cual produjo numerosas protestas de rechazo.
El golpe militar del 10 de marzo de 1952 causó un profundo impacto en la masa universitaria. Profesores, alumnos y trabajadores desde el primer instante condenaron la asonada y se pronunciaron en defensa de la Constitución y del pueblo de Cuba.
El repudio se expresó a través de declaraciones y huelgas estudiantiles. En la Universidad se celebró el “Fórum Nacional contra el Canal Vía Cuba”, acontecimiento que en la práctica se convirtió en una jornada contra la dictadura bastitiana.
Dirigentes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), entre los cuales se encontraba Frank País, emplazaron a la Rectoría para que definiera su posición con respecto a la tiranía. La FEU se integró en el Bloque Estudiantil Martiano, frente unido en el cual participaban estudiantes de diversos niveles y sectores de la enseñanza con el fin de enfrentarse a la dictadura.
A partir de la manifestación masiva del 27 de noviembre de 1956, se produjo el estado de huelga que, seguido por los sucesos del 30 de noviembre en Santiago de Cuba y el desembarco de los expedicionarios del Granma en Las Coloradas, determinaron a la Federación… a suspender las actividades docentes, las cuales no se reanudarían sino después del triunfo revolucionario del primero de enero, pese a las fuertes presiones ejercidas por algunos elementos para reabrirla y tratar así, de dar cierta impresión de calma y normalidad en la provincia, que se encontraba en pie de lucha desde la llegada de Fidel Castro.
Como un ejemplo para la juventud que se forja en las aulas de hoy, se debe de recordar a los mártires revolucionarios Frank y Josué País, Pepito Tey, José Mercerón, Enma Rosa Chuy, Eduardo Mesa y Juan Bosch Soto, quienes fueron alumnos de la Universidad de Oriente.
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