Psicología vs Covid-19

Los cubanos, por estos días, estamos viviendo un periodo inusualmente estresante. Y es que estamos azotados por la Pandemia, que tiene su origen en la COVID-19. La amenaza a la salud de cada uno de nosotros, las constantes advertencias de que aún no hemos llegado al mayor pico de contagios; así como las limitaciones que impone el aislamiento social, se suman a las tensiones naturales del cubano. Y todo lo dicho se ve acrecentado, en los últimos tiempos, por el desabastecimiento de productos básicos; consecuencia del recrudecimiento del injusto bloqueo al que estamos condenados.
Ante esas adversas circunstancias, hemos querido poner a disposición de la comunidad universitaria, formas prácticas para reconocer cuando estamos manifestando emociones desadaptativas. Brindar herramientas que posibiliten su enfrentamiento para potenciar nuestra salud mental es nuestro objetivo.
Las emociones son procesos que se activan cada vez que el organismo detecta algún peligro o amenaza a su equilibrio, como respuesta a sucesos de importancia, que impactan o afectan al individuo. Ante la amenaza a la salud por la pandemia es normal sentirnos ansiosos, temerosos, iracundos y hasta tristes, si nosotros o alguien significativo para nosotros resulta positivo ante los test que detectan el virus en el cuerpo.
Estas reacciones son esperadas porque las emociones tienen funciones adaptativas y nos ayudan a lidiar con las circunstancias (en este caso negativas) a las que nos enfrentamos. Lo fundamental es que podamos reconocer cuando el miedo, la tristeza o la ira son reacciones adaptativas y normales de acuerdo con el peligro/amenaza experimentado o cuando son inadecuadas o desadaptativas. En este último caso ya no están cumpliendo su función de ajuste, sino perpetuando el desequilibrio y afectando la salud mental.
Pero ¿Cómo sé si las emociones que estoy experimentando son adaptativas o no? ¿Cómo canalizar de forma más saludable lo que estoy sintiendo sin dañarme a mi mismo ni a los que están a mi alrededor? ¿Cómo puedo ayudar a los que me rodean para que expresen también sus emociones de forma saludable?
Generalmente las emociones desadaptativas se manifiestan de manera exagerada, no acorde con el estímulo que las provoca. La respuesta es desproporcionada y se mantiene en el tiempo, de forma constante o intermitente, aun cuando han desaparecido las causas que la provocaron. Incluso muchas veces aparecen sin existir causas reales o estímulos provocadores.
La ansiedad o angustia, por ejemplo, es un estado emocional en el que el individuo se siente tenso, atemorizado o alarmado de forma desagradable, y con notables reacciones físicas. Como todas las emociones tiene su función adaptativa, pues permite ante un peligro o amenaza, estimular la capacidad de reacción del individuo.

Las circunstancias actuales suelen conllevar una sobreexposición a situaciones difíciles, percibidas como amenazantes, capaces de rebasar los recursos de afrontamiento del sujeto.

Los síntomas más frecuentes pueden encontrarse en el pensamiento (aparición reiterativa de pensamientos irracionales y distorsionados como por ejemplo: magnificar acontecimientos negativos, minimizar los eventos positivos, ideas de culpa desproporcionadas respecto a sí mismo y hacia el entorno, pensamientos de indefensión, entre otros), en el cuerpo (alteración del ritmo cardíaco, alteraciones de la respiración, insomnios, cefaleas, tensión muscular, sudoración, cansancio, dolores erráticos, etc.) y la conducta (irritabilidad, mutismo, inactividad, hiperactividad, etc.) de los individuos

Uno de los efectos de la ansiedad más perturbadores es el insomnio en sus distintas variantes: problemas para conciliar el sueño, problemas para mantenerlo o despertares precoces. El insomnio mantenido produce cansancio e intranquilidad.

¿Qué medidas podemos adoptar para evitar vernos afectados por la ansiedad desadaptativa?
Primero es importante saber que en estas circunstancias existen un número de medidas generales que podemos adoptar; y que contribuyen a disminuir la fuente de estrés. Si seguimos estas recomendaciones no sólo contribuirá a la disminución de la ansiedad, si no de otras emociones negativas tales como: la tristeza, la ira y el miedo.
Es recomendable organizar rutinas en el hogar, que permitan desarrollar un plan de acción de auto cuidado:
Contactar con familiares y colegas.
Aprender algo nuevo.
Fragmentar los horarios.
Activar hobbies y aficiones.
Crear espacios de actividades laborales/educativas.
Limitar el consumo de noticias inoportunas.
Mantener hábitos y rituales familiares.
Realizar ejercicios físicos.

Ahora para contrarrestar específicamente la presencia de ansiedad desadaptativa podemos seguir las siguientes recomendaciones:
Auto observar nuestras manifestaciones para poder reconocer los propios signos y síntomas de la ansiedad.
Detectar las fuentes habituales de ansiedad.
Facilitar la manifestación adaptativa de la ansiedad verbalizando nuestras emociones. Si tenemos alguien de confianza al lado podemos dedicar un momento del día y solo en ese momento podemos compartir mutuamente nuestras ansiedades. En caso de estar solo o no querer compartir nuestras emociones con nadie, podemos escribir cómo nos sentimos en algún diario creado al efecto.
Realizar ejercicios de reestructuración cognitiva, para facilitar el cambio hacia otros pensamientos productivos que generen sentimientos de bienestar y seguridad.
No podemos considerar, por ejemplo, que vamos a infectarnos indefectiblemente. Debemos ser realistas y objetivos.
Es necesario cambiar las cogniciones pocos realistas sobre la situación por otras más objetivas. En Cuba la tasa de contagio es de 8.22 por 100 000 habitantes y la letalidad de 3.3 por 100 habitantes, lo que quiere decir que no todos nos vamos a contagiar. Si las personas que se han contagiado, en muchos casos, no tomaron las medidas de aislamiento social o fueron contactos directos de otros casos confirmados.
Debemos darnos sistemáticamente mensajes de ánimo y serenidad, para entendernos y tratarnos bien. Fomentar una actitud de aceptación activa y serena sabiendo que las cosas son como son, no como nos gustaría que fuesen, para no enfrascarnos en modificar lo que está fuera de nuestro control. Es útil entrenar técnicas de relajación, visualización, autohipnosis u otras similares. Solo respirar de forma lenta y pausada por un periodo de tiempo es capaz de apaciguar nuestro estado mental.
Potenciar la diversificación de la atención (distracción) con uso de la estimulación ambiental y desarrollo de actividades gratificantes es una salida inteligente. La música, por ejemplo, puede ser un recurso muy útil, ya que permite la elaboración y modulación de emociones a un nivel no verbal. También podemos dedicar tiempo a nuestros hobbies preferidos o explorar nuevos y practicar ejercicios físicos.
Hasta aquí lo que queríamos compartir contigo. Recuerda diariamente cumplir con el ejercicio de reflexión al que nos invitaba unos días atrás nuestro presidente Miguel Diaz-Canel ante la habitual práctica de aplaudir al personal de salud a las 9 de la noche, ¿Que he hecho yo hoy para ayudar a frenar la Pandemia?… y por supuesto #QuédateEnCasa.

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1 comentario

  1. Agradecida por la información pues ayuda a encontrar recursos para enfrentar la cotidianidad con menos malestar y más conocimiento. Cultura psicológica y gestión solidaria de ayuda y autoayuda son pilares para un mayor bienestar y calidad de vida. Aprovecha el recurso que te brinda la psicología permite sanar y
    curar.

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