Otros modos de acercarse a Martí

Once de la mañana. Los asistentes al espacio “La universidad y sus autores” tomamos asiento en la Sala de Referencias de la Biblioteca Francisco Martínez Anaya, atraídos por las credenciales del conferencista Jean Lamore: Profesor Emérito de la Universidad Michel de Montaigne (Bordeaux, Francia) y fundador de los intercambios de esta casa de altos estudios con universidades cubanas.

Se abordaría lo relacionado con el pensamiento martiano sobre la sociedad norteamericana de su época, la recepción de Martí en Francia y la influencia literaria del Maestro en Rubén Darío, el gran poeta modernista. Sobre esos temas, Jean Lamore ha venido desarrollando una activa labor científica y de promoción cultural, no solo en Francia, sino en varias universidades del mundo.

Ya en un trabajo anterior, el investigador comparó, desde la práctica poética y social, las posiciones de Rubén Darío y Martí, así como las experiencias de este último en los Estados Unidos. Durante la presentación en la Biblioteca, hizo énfasis en el sentido martiano de la riqueza y la pobreza, lo que había de común entre el autor de Azul y el de La Edad de Oro, y en cómo rechazaron ambos la venalidad del arte y la desmedida pasión por el dinero.

Para Martí, “el dinerismo mataba la creación, pues significaba la metalificación del hombre”, afirmó Jean Lamore, y destacó las referencias del Apóstol a sectores que pugnaban en las elecciones y derrochaban las riquezas en una vida fácil y vana, propia de la Dolce Vita de un New York reverberante de conciertos, festines y bodas, entre otros eventos sociales.

Explicó el profesor francés que la Fortuna había pasado a ser el único deleite en la vida de estos sectores, y reflexionó además sobre la brecha entre el Dinero y la Felicidad, abierta por José Martí en sus textos. Especial atención prestó a la relación entre el arte y el dinero, a partir de los postulados martianos; pues, para el más universal de los cubanos, el segundo pervertía todas las funciones del primero, estimulado por el lucro. En este sentido, Lamore comparó el pensamiento martiano con los de El pequeño burgués, de Rubén Darío.

Casi al cierre, el autor de José Martí, la guerre de Cuba et le destin de l’Amérique latine, se refirió a la recepción martiana en Francia, evidente desde la década de 1940. Primero, se veía al cubano solo como el hombre de Letras. Luego se indagó en su quehacer, su pensamiento y, finalmente, despertó interés el carácter humanista de sus obras.

La existencia de lugares en Francia, en los que rinden homenaje sistemático a Martí, suscitó el interés de los presentes, lo mismo que el trabajo desempeñado por algunas instituciones, entre las que se cuentan varias universidades. De lo que se trata, es de ampliar el conocimiento del Héroe Nacional de los cubanos en sectores populares; que no se quede solo en círculos académicos, cultos, lejos de aquellos para los que, en realidad, escribió el Apóstol.

De esta manera, también “La universidad y sus autores” rindió un homenaje al poeta de los Versos Sencillos. Este espacio volverá a abrir sus puertas el próximo curso escolar.

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