El espacio Mirar a Fondo retomó sus encuentros en este 2019 con la visita a la Universidad de Oriente del filólogo, crítico, ensayista y profesor Mario Masvidal Saavedra, quien disertó por casi dos horas este jueves sobre la impronta de Cuba en la narrativa de Ernest Hemingway.
Masvidal recordó como varias generaciones de cubanos alcanzaron a interactuar con quien fuera uno de los escritores más influyentes del siglo XX y aun lo recuerdan, sobre todo, en el poblado de Cojímar.
Ernest Miller Hemingway nació en Oak Park en 1899 y murió en Ketchum en 1961. Su obra se distinguió por la sobriedad de su estilo como por los elementos trágicos y el retrato de la época que representa. Vivió las dos guerras mundiales, la Guerra Civil Española y particularmente en Cuba, los años de la dictadura batistiana.
A unos 15 kilómetros de La Habana se encuentra Finca Vigía, lugar de residencia en Cuba del escritor entre 1940 y 1960. “Este es en la actualidad el mejor museo de Hemingway en el mundo”, afirmó Masvidal quien recordó que al morir el periodista su viuda donó la casa al estado cubano y es así que el 21 de julio de 1962, esta se conviertió en la primera institución creada para divulgar la vida y la obra.
De su etapa en Cuba es muy recordada su amistad con Fidel. De mucho antes siempre se le vió en el Floridita, se supo de sus muy gustados paseos en yate, incluso “aquellos en los que salía con sus amigos a patrullar la costa norte del país en busca de submarinos nazis en época de la segunda guerra mundial. La amistad con los pescadores fue tan profunda -sigue contando Masvidal- que al morir, muchos de ellos donaron el bronce pertenecientes a las hélices de sus botes y otras piezas de navegación, para hacer la escultura que lo eterniza en el poblado de Cojímar, donde el novelista tuvo relaciones muy estrechas con la gente más humilde de ese lugar, ubicado hacia el este de la capital cubana”.
Hemingway obtuvo muchos galardones, entre ellos el Premio Pulitzer en 1953, que recibió por “El viejo y el mar” y el Premio Nobel de Literatura en 1954 por el conjunto de su obra.
En la actualidad su figura atrae a numerosos extranjeros, quienes descubren la huella del escritor en sitios como la Bahía de La Habana, la Habana Vieja, el Hotel Ambos Mundos, el Bar-Restaurante Floridita, Las Terrazas de Cojímar, la Cervecería Hatuey, la Marina Hemingway, Finca Vigía, y los cayos Mégano y Coco, todos de gran atractivo turístico.
Todos tenemos una versión de Hemingway, nuestra propia historia de él, pero lo cierto es que fue “un cubano sato” como el mismo se calificara, no era puro, pero si un auténtico amante de Cuba y los cubanos.
A continuación referimos algunas de las publicaciones de Ernest Hemingway.
Novelas
- Aguas primaverales (The Torrents of Spring, 1926)
- Fiesta (The Sun Also Rises, 1926)
- Adiós a las armas (A Farewell to Arms, 1929)
- Tener y no tener (To Have and Have Not, 1937)
- Por quién doblan las campanas (For Whom the Bell Tolls, 1940)
- Al otro lado del río y entre los árboles (Across the River and into the Trees, 1950)
- El viejo y el mar (The Old Man and the Sea, 1952)
- Islas en el golfo [o Islas a la deriva] (Islands in the Stream, 1970)
- El jardín del Edén (The Garden of Eden, 1986)
- Al romper el alba (True at First Light, 1999)
Relatos
- Tres relatos y diez poemas (Three Stories and Ten Poems, 1923)
- En nuestro tiempo (In Our Time, 1925)
- Hombres sin mujeres (Men Without Women, 1927)
- El ganador no se lleva nada (Winner take Nothing, 1933)
- La quinta columna y los primeros cuarenta y nueve relatos (The Fifth Column and the First Forty-Nine Stories, 1938).
- Nick Adams (The Nick Adams Stories, 1972)
Otras
- Muerte en la tarde (Death in the Afternoon, 1932)
- París era una fiesta (A Moveable Feast, 1964)
- El verano peligroso (The Dangerous Summer, 1985)
A la disertación del intelectual cubano Mario Masvidal asistieron profesores e investigadores de las Facultades de Humanidades, Ciencias Sociales, el Departamento de Patrimonio de la UO y otros espacios afines. Fotos Rovier Mesa
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