Por: MSc. Ángel Taboada Salmerón
Hace 65 años todo Santiago se cubrió de luto ante la pérdida de uno de sus mejores hijos. Era el 30 de julio de 1957 cuando Frank País pasó a la inmortalidad y al sagrado retablo de los héroes y mártires de la Patria.
Más de 20 balazos en su cuerpo pusieron fin a su existencia física, pero no pudieron impedir que deviniera “en símbolo de toda la generación que se sacrificó” como dijera el Comandante en Jefe Fidel Castro. El juicio valorativo del líder rebelde se sustentaba en la fe infinita en la victoria y la valentía irradiada con su ejemplo, sintetizada cuando dijo: “El día que quede un solo cubano que crea en esta revolución, ese cubano seré yo.”
Un breve recuento de su efímera pero fecunda existencia nos hace recordar que tenía solo 18 años cuando en aquel amanecer del 26 de julio de 1953 escuchó los disparos desde su casa, distante del Moncada e inquieto por lo que acontecía trató de llegar a la fortaleza militar pero los guardias se lo impidieron. Insiste y logra penetrar ya en la noche y ve en el suelo los cuerpos masacrados de los asaltantes, que luego describiría “Yo los llegué a ver estaban todavía tirados en el suelo, todos llenos de sangre, de balas y de honor”
También el General de Ejército Raúl Castro da testimonio de la valía de Frank.
“Después de aquella acción (el Moncada) y la matanza que le siguió, Frank agrupó a lo mejor de la juventud santiaguera… Él quiso continuar la lucha en cuyo inicio no había participado, y cuando se crearon las condiciones con la mayor naturalidad (…) puso a sus combatientes y se puso él mismo bajo las órdenes de Fidel…”.
Fidel le confió a Frank la misión de levantar en armas a su amada Santiago, nadie mejor que él para organizar la estratégica y crucial acción en apoyo al desembarco de los expedicionarios del Granma aquel amanecer de verde olivo del 30 de noviembre de 1956, en que debieron producirse simultaneas acciones armadas en varias ciudades del país.
La hombradía se vistió de verde olivo en aquella jornada del 30 de noviembre que trasciende en el tiempo, fue una legitima expresión de arrojo y heroismo. Frank País fue el alma de aquella gesta, su valor y entrega sin limites a la causa revolucionaria, constituyó una de las páginas más gloriosas de nuestro devenir histórico.
Es conocido que la adversidad se impuso de manera imprevisible y el el yate Granma no arribaría a las costas cubanas hasta el 2 de diciembre, pero el 30 de noviembre constituyó una victoria moral que estremeció a toda Cuba. Es el propio Frank quien relataría, en apretada y elocuente síntesis, lo ocurrido en Santiago de Cuba aquel épico y memorable 30 de noviembre de 1956:
“ La población entera de Santiago, enardecida y aliada a los revolucionarios, cooperó unánimemente con nosotros. Cuidaba a los heridos, escondía a los hombres armados, guardaba las armas y los uniformes de los perseguidos; nos alentaba, nos prestaba las casas y vigilaba el lugar, avisándonos de los movimientos del ejército. Era hermoso el espectáculo de un pueblo cooperando con toda valentía en los momentos más difíciles de la lucha”.
En el discurso por el 25 aniversario del 30 de Noviembre, Vilma espín señaló:
“Para hablar del 30 de Noviembre es necesario hablar de Frank País, es necesario hablar del pueblo de Santiago de Cuba, que en ningún momento fue simple espectador de la batalla sino que la apoyó decididamente y, en el momento preciso, escondió a sus hijos de la barbarie batistiana, guardó armas y uniformes, ¡que no permitiría el pueblo santiaguero que se repitiera la masacre perpetrada tras el Moncada”
En los ultimos días de su breve pero fecunda existencia terrenal se vio obligado a a hacer una constante vida clandestina, ya que era buscado con tenacidad por las fuerzas represoras del regimen batistiano En carta a Celia Sánchez le decía: “Me han hecho brincar desde el domingo hasta hoy de 4 casas, hemos estado dichosísimos, pero no sé hasta cuando me durará, ojalá que sea lo suficiente hasta algo que debo hacer”
El 30 de julio fue asesinado junto a su amigo Raúl Pujols, en el Callejón del Muro. La noticia de su muerte conmocionó a toda la sociedad santiaguera, una la huelga surgió espontáneamente del dolor, e ira popular en la ciudad, extendiéndose por todo el país. Una peregrinación luctuosa de decenas de miles de santiagueros le acompañaron al cementerio en robusta manifestación que hizo a las fuerzas del régimen replegarse a los cuarteles. Fidel al enterarse de su muerte expresó:
“¡Que monstruos; no saben la inteligencia, el carácter, la integridad que han asesinado!. No sospecha siquiera el pueblo de Cuba quién era Frank País, lo que había en él de grande y prometedor. Duele verlo así ultimado en plena madurez, a pesar de sus 23 años, cuando estaba dándole a la Revolución lo mejor de sí. ¡Cuánto sacrificio va costando esta inmunda tiranía!
El 30 de julio ha sido instituido en Cuba como Día de los Mártires de la Revolución en homenaje a la memoria de Frank y a la de todos los Mártires de la Revolución Cubana. La fecha es recordada y venerada con una peregrinación en la siempre rebelde y heroica Santiago de Cuba en homenaje eterno a los hijos de la Patria caídos en defensa de la libertad y los ideales por los que ofrendaron sus valiosas vidas y por los que hoy, las nuevas generaciones de cubanos estamos en la combativa e irrenunciable disposición de defender al precio que nos impongan las circunstancias por muy difíciles y comprometidas que estas sean.
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