Influencers: peligro u oportunidad

Por: Karla Camila Del Rio Salmon

Sin duda alguna las redes sociales y el Internet, como adelanto científico- técnico, han cambiado nuestra forma de interactuar con el mundo. Aun cuando algunos se resisten a dejarse envolver en el universo de las nuevas tecnologías, y a pesar de la brecha digital, varios son los fenómenos sociales que surgen del entramado de las redes.

Uno de estos fenómenos, casi el más popular entre los jóvenes hoy, es el de los Influencers.

Aunque hoy son conocidos con el anglicismo Influencers, los inspiradores han existido siempre: músicos, pintores, escritores, filósofos, periodistas, entre otros; todos caracterizados por su habilidad para influir en las decisiones de un gran número de individuos.

El término Influencer, se utiliza, en Marketing, para denominar a un sujeto que tenga conocimiento sobre determinado tema; y que además posea influjo sobre los compradores potenciales y las actividades de mercadotecnia orientadas en torno a estos. Con el desarrollo de las redes sociales, pasaron a ser personas que han obtenido popularidad en plataformas como Instagram y YouTube; o que poseen un Blog con un amplio espectro de seguidores.

Según explica el sociólogo y filósofo francés Emile Durkheim, en su conocida teoría totémica, los orígenes del ser humano están estrechamente relacionados con el reconocimiento y veneración de una entidad superior.

En la actualidad, estos ídolos de masas son los conocidos youtubers, instagramers y celebrities. Estos han conseguido tener un nivel de popularidad en las redes que los convierte a su vez en creadores y difusores de tendencias.

Los también llamados líderes de opinión, pueden ser, igualmente famosos; en ocasiones son personajes públicos que utilizan adecuadamente su visibilidad y logran, mediante su carisma y constante actividad en las redes, crear una comunidad de fieles seguidores que estarán al pendiente de cada publicación que realicen.

Es normal encontrar entre los jóvenes un profundo interés en saber qué marca de ropa viste su cantante favorito; qué bebidas y comidas consume el deportista al que admira; o a que restaurante asiste la modelo que sigue en Instagram.

Aunque todo esto llegara a parecerle efímero y superfluo a algunos, lo cierto es que detrás existe un negocio millonario. Negocio que ha convertido a las plataformas digitales en nuevos y bien remunerados puestos de trabajos.

Cada vez son más personas las que prefieren fiarse de la opinión de un Bloguero o Instagramer que de un anuncio publicitario. El acontecimiento ha llamado el interés de las marcas; muchas han reorientado su estrategia de marketing y han utilizado a estos como una forma más eficiente de llegar a sus clientes; generando así miles de millones.

El fenómeno influencers también ha provocado que, al exigírseles la producción constante y en grandes cantidades de contenido para publicidad, les sea cada vez más difícil mantener una línea editorial en consonancia con cada marca para lograr así no afectar su esencia.

Otro factor negativo que marca a los Influencers es que, al estar en constante búsquedas de material con potencial para ser viralizado, caen en la trampa de difundir falsas noticias. Y es así que muchas veces son promovedores de conductas incorrectas que se ven replicadas por sus seguidores; estos en muchos casos, son niños o pre-adolescentes que tienen acceso a estas plataformas ideadas, realmente, para para personas adultas. Pues se requiere de la madurez suficiente de estas para discernir lo que es correcto o no.

Entonces, ¿son los Influencers y su “poder” sobre los niños, adolescentes y jóvenes, un peligro? ¿Deberían los padres prohibirles a sus hijos el consumo de este tipo de contenido?

El fácil acceso que tienen hoy los adolescentes a estos modelos, que se corresponden con edades más tardías, puede crear en ellos el deseo de crecer antes de madurar; incluso en algunos casos le puede acercar a conductas riesgosas típicas de estas edades: como el consumo indiscriminado de drogas o las relacionadas con su sexualidad.

El camino a tomar por los padres no debería ser el de la censura, sino el de educar a sus hijos en un sentido crítico, desde pequeños, para impedir que sean manipulados.

Lo cierto es que los Influencers, se han convertido en una parte esencial en las redes sociales y de las vidas de miles de millones de personas. Deciden que marcas o productos se venden más y hasta pueden inclinar la balanza en unas elecciones presidenciales, incitar al caos o ayudar a defender las más nobles causas.

Ellos están ahí, en las redes, produciendo contenido constante; trasmitiendo sus experiencias y sus visiones, nos toca a nosotros decidir cuánto o como influyan en nuestra.

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