Palabras de agradecimiento de Dra. C. Vivian Herminia Magdariaga Baró

Buenos días

Ayer celebramos el día de los Derechos Humanos y que mejor derecho humano que compartir tanta alegría junto a ustedes y en especial en la Jornada del educador, DERECHO A LA EDUCACIÓN propiciada desde el triunfo de la Revolución cubana, por nuestro máximo líder Fidel Castro Ruz.

Estoy muy feliz y halagada, al igual que los profesores que me acompañan en este momento y que reciben en este hermoso acto, las categorías de Profesor Auxiliar, Titular y Consultante, como reconocimiento al servicio prestado en la formación de los profesionales del futuro, pero a su vez muy sorprendida, al ser designada, en nombre de todos, para agradecer una vez más a nuestra Revolución, a nuestra mambisa Universidad de Oriente, la oportunidad de contribuir desde nuestra ciencia y ejemplo personal a la educación de las nuevas generaciones.

¿Qué hay de extraordinario en mi trayectoria laboral que ameritaba tal designación?

Esta interrogante me hizo reflexionar, hacer un alto temporal y en un instante vi pasar toda mi vida como en una película, desde mi niñez hasta la actualidad.

Y digo mi niñez porque mis primeros educadores fueron mis padres, Emelina y Antonio, y todos los que continuaron en mi vida estudiantil y laboral, transcurridos en los predios de mi querida Universidad de Oriente, y digo esto porque mis estudios primarios y hasta el octavo grado transcurrieron en la Escuela Anexa “Enma Rosa Chuy Arnau”, posteriormente denominada “Manuel Ascunce Domenech”, cuyo claustro de profesores estaba integrado por prestigiosos maestros y profesores provenientes de las carreras pedagógicas de esta universidad, profesores como Esther, Guillermina, María Elena, Ana María, Hilda, la Dra. Morán, Noris Carbonell, Mirtha Fabá, Mercedes Cathcart, Francisco Pérez Miró, Electo Silva, Julia Tornés (fallecida en el cruel atentado a un avión de Cubana de Aviación en Barbados), entre otros, que con tanto amor, sacrificio, dedicación y disciplina depositaron en todos sus alumnos, todo su caudal de conocimientos.

Al concluir mis estudios preuniversitarios, me encontré en la disyuntiva de ¿qué estudiar? y me incliné por la Química, pues soñaba con investigar en grandes y complejos laboratorios; de la Química me enamoré en noveno grado, gracias al amor que empleó la profesora Nancy Castilla para que sus alumnos la comprendieran en toda su dimensión.

Retorno a la Universidad de Oriente en el año 1974; aquí fui dirigente estudiantil en la carrera de Licenciatura Química,  dirigente juvenil como presidenta de las Brigadas Técnicas Juveniles y sindical como Secretaria General y Organizadora indistintamente de la Sección Sindical de la Facultad de Ingeniería Química; dirigente política como miembro del Comité del Partido de nuestra Universidad durante tres mandatos y dirigente administrativa como jefa del Departamento de Preparación para la Defensa desde su fundación y hasta el año 2012. Pero también en mi vida estudiantil fui miembro de una agrupación coral y deportista, varias veces medallista en juegos deportivos universitarios y en mi vida laboral miembro del grupo de baile de los trabajadores de la Universidad de Oriente.

Recuerdo cuando en el cuarto año de la carrera, el Ministro de Educación Superior Vecino Alegret, nos convocó a dar nuestro compromiso de ejercer como profesores una vez graduados y no dudé en dar el paso al frente, ya para esta fecha, mis sueños de adolescente de ser una gran investigadora de las Ciencias Químicas, se habían transformado en ser educadora de las nuevas generaciones, gracias a mi desempeño como Alumna Ayudante e Instructor no graduado  en la carrera y al camino que con su ejemplo me trazaron mis profesores, entre los que se encontraban Margarita Morales, Nidia Sánchez, Juana Girón, Martha San Félix, Alina Marañón, Osmar Calderón, Matute, Del Monte, Alfonso, Fiffe, Lourdes Ballester, entre otros, constituyéndose en paradigmas para mí. 

Por lo que he sido muy afortunada, pues mi vida laboral ha transcurrido en el mismo lugar en que inicié mis estudios primarios. Desarrollar mi vida profesional durante 39 años, como profesora, profesora guía y coordinadora de año en la actual Facultad de Ingeniería Química y Agronomía, centro rector de la carrera de Ingeniería Química en el país, compartiendo la educación de nuestros estudiantes con prestigiosos profesores como René Viera, Julio Rosabal, Manuel Valle, Antonio Pons, Romelia Hing, Drina Mc Pherson, Oscar Reyes Yola, Leonel Garcell, entre otros, algunos de ellos lamentablemente fallecidos, luego como metodóloga de la Vicerrectoría Docente y posteriormente como Jefa del Departamento de Preparación para la Defensa, me ha hecho sentir muy comprometida con la formación de mis estudiantes.

Todo lo realizado, sin descuidar mi superación profesional, primero como Máster y posteriormente como Doctora en Ciencias Pedagógicas, con el respaldo incondicional de mi familia y la colaboración del claustro de profesores de la Cátedra Manuel F. Gran y el colectivo de profesores del Departamento de Enseñanza Militar de la Universidad de Oriente.

¿Por qué menciono los nombres de tantos profesores que contribuyeron a mi formación?

  • Porque soy fruto de los valores que sembraron y desarrollaron en mi
  • Porque se constituyeron en mí, paradigma de lo que debe ser un profesor universitario de estos tiempos, comprometido con la Revolución, la Patria y el Socialismo.
  • Porque me considero representante de mi heroica universidad mambisa.
  • Por formar parte de este claustro de Ciencia y Conciencia y
  • Porque lo que soy, se lo debo a la Revolución.

Agradezco este reconocimiento, en nombre de todos los que en el día de hoy han sido merecedores del mismo.

Muchas gracias

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