Yo no sé lo que es vivir sin Fidel

Por Dr. C. Fidel Antonio Castro Smirnov

Palabras de tributo y homenaje al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a un año de su partida Física. Acto Central de la Cátedra Honorífica para el Estudio del Pensamiento y la Obra de Fidel. Universidad de Oriente.

Yo soy Fidel. Mi padre es Fidel. Mi abuelo es y será siempre el eterno e invicto Fidel. Mi nombre es Fidel, y mi vida se llama Fidel. Mis pensamientos, mis sueños, mis anhelos, se llaman también Fidel.

No puedo ni debo decir que converso con él, como en todas aquellas ocasiones que guardo en mi mente, en mi memoria; pero sí puedo, debo y quiero decir que necesito hablarle, y lo hago a menudo.

No puedo, ni debo ni quiero decir que Fidel no está físicamente. Puede no estar presente el calor de Fidel. Pero sí está presente la energía de Fidel, el trabajo de Fidel, el impulso de Fidel, la fuerza de Fidel (más fuerte que las fuerzas nucleares), la dinámica de Fidel, la onda de Fidel, la luz de Fidel (la más bella e intensa), el movimiento de Fidel, el magnetismo de Fidel, el tiempo de Fidel, la obra y la conciencia de Fidel, están muy presentes y perdurarán. Y la energía, el trabajo, el impulso, la fuerza, la luz, el movimiento (también interpretado como cambio, siendo el más integral el movimiento social Fidelista), todo ello es Física, por tanto Fidel sí está presente físicamente.

El ADN de Fidel está presente en millones de revolucionarios dentro y fuera de Cuba, en nuestra América, en el mundo, así que Fidel está presente biológicamente. La química de Fidel une a millones, incluso a quienes no piensan como él pero lo respetan, lo admiran y lo quieren, así que Fidel está presente químicamente. La ciencia toda, nos brinda la tan añorada y querida presencia de Fidel entre nosotros.

No puedo ni debo decir que fueron pocas todas aquellas ocasiones que tuve a mi abuelo para mí, su ternura, sus muestras de cariño, su voz, su calor, su altura y su fuerza, su abrigo intelectual y moral, su estatura impresionante, su imagen conmovedora, su carisma cautivador, sus palabras de aliento, sus valiosos consejos. Aunque lógicamente siempre quise más, me consuela que siempre me esforcé y luché por aumentar el tiempo con Fidel, que me podía haber tocado, por cuidarlo, por atenderlo, por ayudarlo, por acompañarlo, por compartir peligros y desvelos, por brindarle momentos felices. Tuve el inmenso privilegio de que una parte considerable de mi vida transcurrió muy cerca de Fidel, y por ello puedo, debo y quiero hablar en nombre de los cercanos a Fidel.

No puedo, ni debo ni quiero decir tampoco que fueron muchas las miles de horas con Fidel, como joven cautivado por sus ideas y su historia, por su pensamiento y acción, por sus hazañas y proezas, como uno más entre millones. Vendrán muchísimas más horas de Fidel, con Fidel y para Fidel, y nunca serán suficientes. Por ello me considero moralmente identificado con los que lo amaron desde lejos. Puedo, debo y quiero hablar también, en nombre de ellos.

Todo el tiempo con Fidel, todos esos segundos, minutos, esas horas, toda esa unidad de tiempo que no encuentro capaz de describir el tiempo relativo y absoluto junto a él, todo ese espacio vivido en común, los años que colaboré con los compañeros que lo cuidaban, alguna que otra vez que le provoqué carcajadas e incluso aquellas que lo hice molestar.

La vez que se atoró y asustado le golpeé la espalda con error de cálculo en la fuerza. Al día siguiente, durante las entrevistas para el libro “Cien horas con Fidel” y en la escuela donde estudió la primaria en Santiago, le cuenta Fidel a Ramonet de sus peleas, y a mala hora el periodista le pregunta qué significaba un “pescozón”. Mi abuelo me llama y me pide que me ponga en firme, y yo muy orgulloso pero ajeno a la conversación previa cumplo con su pedido. Vino entonces otro error de cálculo en la fuerza de la demostración práctica de un “pescozón por la cabeza”, interpretada por mi como cariñosa represalia y enseñanza de que uno no se puede quedar dado.

De cuando estuve grave siendo niño y él me visitaba a diario, de cuando jugamos ajedrez, de cuando me mostró el histórico fusil que llevó en la Sierra Maestra, el verlo pensativo, verlo recordar, verlo contento por nada o verlo serio resolviendo lo poco y lo mucho, verlo dormir, caminar de aquí a allá, verlo siempre seguro y optimista, siempre combatiendo, pensando, conversando y trabajando.

Disfrutar de la cotidianidad de sus gestos; de su voz de cerca, de lejos, por teléfono, por radio, por televisión; escucharlo despierto y en sueños, descifrar su susurro conspirativo; apreciar y disfrutar con su cultura del detalle; ayudarlo en lo posible e imposible, en lo fácil y en lo difícil; alcanzarle un vaso de agua, un bolígrafo, un discurso; seguirlo en sus ideas, proyectos y experimentos; acompañarlo por tierra, mar y aire, con calor o lluvia, con nieve o en medio de un huracán; sentarme a su lado en un carro, o un avión, o en una mesa, o tantas horas detrás de él en un teatro; caminar detrás, al lado o delante guiándole los pasos. Ponerle las medias, leerle, sufrir más yo cuando lo veía a él sentir dolor, alegrarme más yo con su sonrisa, servirle una copa de vino (y de paso servirme un poco yo del suyo, asegurándome previamente de que estuviera de un excelente humor).

Que me pregunte lo mismo por la nanotecnología, la teoría de la relatividad, del universo, de matemática, de historia, del mar, de lo que estoy leyendo o investigando, o por mis padres y hermanos, por la salud…; que me diga: ¡Fide! ¿Cómo estás? ¡Cuídate!, ven más por aquí, tengo un recado para tu papá… Que diga que yo soy su amigo, que me haya presentado al mejor amigo, Hugo Chávez, con quien compartimos memorables vivencias familiares.

De aquella noche al final de la Gala Cultural por el Día de la Independencia de los Estados Unidos, el 4 de julio de 2002, le dije que tenía algo muy serio que decirle. Me llevó sólo a su oficina en Palacio, y pude finalmente exclamarle: ¡Te quiero con coj….! Posterior a su efusivo y prolongado abrazo, me dijo con cierta timidez y bajito: “y yo también eh, que no se te olvide”.

De hacerme tan feliz, y de verlo hacer feliz a tanta gente.  En fin, de una lista demasiado extensa pero que me cuesta trabajo interrumpir, todo eso y mucho más, constituyen lo más preciado y valioso para mí, y encabezan mis vivencias más felices y entrañables.

Fidel, mi abuelo, me motiva, me inspira, me da fuerzas, me impulsa, me guía, me impresiona, cada día. Lo quiero, lo admiro, lo extraño, ni más ni menos que hace un año, ni más ni menos que dentro de 1 año, de 2, de 5, de 10, de 20 o los que me toquen vivir antes de ir a buscarlo donde esté, más allá de la ciencia y el marxismo.

Nunca me despedí de él ni pienso hacerlo. Pensar que no lo puedo abrazar o estrechar su mano, oírlo aclararse la garganta, escucharlo de cerca muy atento, apreciar la expresividad de sus manos permanentemente al acecho de un contacto cariñoso, sentir otra vez su mano en mi hombro, verlo de cerca y tocarlo, darle un beso, bromear con él, brindar con él, sostenerle un vaso o una copa o una taza si se va quedando dormido, llevarle personalmente un diploma, hacerle tantas preguntas que me surgen y respuestas de él que necesito ahora; intentar responder su caudal interminable de preguntas para las que aún continúo buscando respuestas, y que me sorprenden por el genial mecanismo intelectual que a tan avanzada edad llegó a formular. Todo ello y mucho más, me provoca un dolor inefable, que aumenta con el tiempo, que no se deja casi nunca dominar y mucho menos me permite aprender a vivir con ese dolor.

Debo decir aunque no quiera, que no lo he superado. Paliar ese dolor, que es muy fácil decirlo, es uno de mis mayores desafíos y un deber por razones de salud. Lo es también descubrir cómo convertir dolor en felicidad, cómo buscarlo y encontrarlo, para menguar la inevitable ansiedad con homenajes diarios a Fidel.

Hago camino al andar en medio de ese desafío, paso mucho tiempo buscando recursos para evadir y mitigar el luto desgarrador y que este no me domine ni me controle, visito casi mensualmente Santiago de Cuba y paso muchas horas cerca de la Piedra Rebelde que enseña e ilumina; me lanzo en paracaídas a 4 Km de altura para homenajear a Fidel, abrazando una bandera que lleva su imagen.

En el presente sigo teniendo el inmenso privilegio de ser uno más de sus colaboradores, acompañándolo concretamente con mi tiempo y energías en uno de sus proyectos científicos. Continúo cumpliendo con lo que me dijo el 13 de agosto de 2002: cuando te gradúes el año que viene vas a la Universidad de las Ciencias Informáticas (eso fue alrededor de un mes antes de que la UCI comenzara sus labores docentes, hace poco más de 15 años). Fue precisamente en la UCI donde el 29 de abril de 2016 realizamos por primera vez “Un salto por Fidel”, en el que 26 paracaidistas desafiamos la gravedad y las alturas para transmitir un mensaje de cariño y homenaje al Comandante por sus 90 años, regalándole un momento feliz cuando le enviamos el video. Debo y quiero repetir, en cuanto se pueda, una y otra vez, “Un salto por Fidel”.

Me honra también haberle dedicado este año un Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba, y el título de Investigador Titular. Me honra venir a Santiago de Cuba a hablarle, a contarle mis cosas, mis planes, a felicitarlo por el día de los padres, a celebrarle su cumpleaños, a darle cariño. Y marcharme más seguro, lleno de fuerzas, motivaciones, y energías. Una vez más, ¡infinitas gracias abuelo! Y como tú decías, en la vida de los hombres agradecidos, infinito más uno, es mucho más que infinito. Exquisita, rigurosa y profunda, la matemática de Fidel.

Por visitarlo tan a menudo, me honra el haber comenzado a colaborar con la Universidad de Oriente, con el Centro de Biofísica Médica fundado por él, y de que me hayan concedido el inmenso privilegio de formar parte de la Cátedra Honorífica para el Estudio del Pensamiento y la Obra de Fidel. Mis dos mensajes a mi querido abuelo, escritos en el libro de Santa Ifigenia, fueron publicados y dieron lugar a hermosos y conmovedores comentarios en la red de redes. Infinitas gracias a todos.

Yo no puedo, ni debo ni quiero decir que no puedo vivir sin Fidel. Yo no sé lo que es vivir sin Fidel. Yo escojo vivir feliz con Fidel, y así contribuyo de manera modesta, a que Fidel también siga siendo feliz.

Cada día recuerdo su consejo el 20 de octubre de 2004, cuando en medio de la tremenda angustia por su accidente en Santa Clara, me dijo: ¡no estés triste! Sí debo y quiero decir que seguiré esforzándome para poder cumplir con ese pedido de un abuelo que no le gusta ver sufrir a un nieto. Yo escojo la alegría de sentirlo siempre conmigo, y aunque nunca supere mi pérdida, nuestra pérdida, sabré vivir feliz con sentimientos tan profundos por mi abuelo, por mi amigo, por mi maestro, por mi paradigma, por mi Comandante en Jefe, por el gran Fidel, a quien siempre tendré presente con inmenso y especial cariño.

Y la convicción de ser feliz guardando vivencias tan valiosas, la convicción de seguir cumpliendo con él, es lo que me permite llevarlo conmigo y en mí, feliz y vivo, todos los días.

Como uno más entre millones que nunca se soltarán de su mano, de quienes lo cuidaron y lo cuidarán siempre, de sus colaboradores, de sus amigos, de los que intentamos acercarnos a lo mejor de su ejemplo y que colectivamente decimos “Yo soy Fidel”, de los hombres de ciencia y de pensamiento que él formó, de los que lo aman de cerca y de lejos, como fruto de lo que él sembró y como uno más de la familia que tanto lo quiere, le envío nuevamente muchos besos, un fuerte abrazo, y mi más sincero y sentido homenaje a un año de su reciente travesía.

A un año del día escogido por él para volver a embarcarse a nuevas batallas, ¡Mi tiempo sigue siendo el tiempo de Fidel!

Santiago de Cuba, 24 de noviembre de 2017.

Fidel y Fide caminando juntos

Fidel y Fide conversando

titulofidelcastrosmirnov

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7 comentarios

  1. Fidel ha significado todo para nosotros el pueblo cubano y para otros pueblos de América que también han sentido su pérdida , aún no me conformo realmente de su partida ,los agradecidos siempre estaremos hasta el final siguiendo sus ideales , su legado que nos dejó en el concepto de Revolución , continuaremos adelante esta Revolución que con mucho esfuerzo y dedicación realizó , la FEU siempre será lider suprema de su pensamiento porque Fidel vive en el corazón de cada cubano y él es insustituible .

  2. Estimado Fidelito, se siente orgulloso de tener un brillante nieto como usted, un magnifico retoño de nuestro invencible y eterno Caguairán, Cuba con su ejemplo le dará fuerza a toda su familia para que sigan adelante, defenderemos el legado de nuestro invicto líder, y salvaremos siempre cada conquista.
    “No se vivir sin Fidel”: todas sus palabras estremecieron los corazones del teatro universitario, hombres y mujeres con los ojos lluviosos, no se pudo evitar.
    El amor, el recuerdo infinito y la obra de Fidel quedan para siempre en las grandes páginas de la historia, el mundo necesita sus reflexiones y pensamiento, ningún agradecido del planeta lo olvidará jamás. La grandeza del Comandante en Jefe, sus hazañas, y la Revolución cubana se aprecian en todas la latitudes del Universo, lo pude ver y sentir una vez más ayer, cuando recibo este mensaje de un ciudadano italiano, Giorgio quien ama a nuestra isla como la suya:
    Mi estimada amiga, envío esta foto que yo tengo en mi casa, el recuerdo de mi mamá, mi papá, dos queridos amigos y sobre todo el Comandante FIDEL, que está siempre en mi casa y cerca de mí, así no puedo recordarlo solo el 25 noviembre, más todos los días yo lo recuerdo, yo deseo a la isla y a todo el pueblo cubano, que el cielo los proteja, dar fuerza y paz a todos.
    En humildes versos y pocas palabras puedo reafirmar una vez más que:
    “!FIDEL ES CUBA, Y ESTÁ EN TODAS PARTES!”

    FIDEL, CORAZÓN DEL PUEBLO

    Duele el pecho que te añora,
    Hoy, nos falta tu sonrisa
    y aunque te vemos deprisa
    hay sollozos en la aurora.
    El que agradece te adora
    será imposible olvidarte;
    lograremos despertarte
    a diario en “Altar Sagrado”:
    ¡Vamos de tu puño atado
    porque estás en todas partes!

    Fidel, es pueblo: una escuela,
    Industria, la agricultura,
    Deporte, moral, cultura,
    Es patria libre, y tutela.
    Líder nuestro, el centinela,
    Y avance en cada renglón;
    Centros de investigación,
    Un retoño, es multitud,
    Bondad, justicia, es salud,
    Amor, y Revolución.

    En cada plaza cubana,
    vas en la primera fila,
    y contemplan tus pupilas
    a este pueblo que se hermana.
    Tu convicción se desgrana
    como aguacero de mayo;
    y al cantío del buen gallo
    Fidel, despierto prosigue:
    ¡Vemos que en la marcha sigue
    al galope, su caballo!

    Lic. Ma.Magdalena Cabrera Zamora(U.O)
    24 de noviembre de 2017

    “SENTIMIENTOS INEFABLES”

    Estimas conmovedoras
    raíces del corazón,
    en el libro, en tu expresión…
    la lealtad al sol que adoras.
    Beso, abrazos sin demoras
    intercambian, Fidelito;
    tu caricia al monolito
    va, a lo más hondo y arcano:
    ¡Y FIDEL, CIÑE TU MANO
    CON UN AMOR INFINITO!

    Lic. Ma.Magdalena Cabrera Zamora(U.O)
    6 de octubre de 2017

  3. Estimado Fidelito, cada vez que le veo y lo escucho, siento la sensación de compartir esos sentimientos tan puros que salen de su corazón; claro que debe sentir el vacío y la sensación de no saber vivir sin Fidel, su abuelo, su padre y amigo.
    Yo tampoco se como voy a poder vivir sin mi líder, sin mi comandante, por eso buscare la manera de tenerlo cerca, manteniendolo presente día a día en mi pensamiento, trasmitiendo con amor y dedicación, sus ideas, su legado a los niños y jóvenes de la comunidad de Micro 7, comunidad que, con infinito orgullo se mantuvo año tras año cuidando las urnas en las que era propuesto en cada proceso eleccionario, para que continuara guiando con amor de revolucionario incalculable a su pueblo.
    Por eso le invitamos cuando tenga un tiempo que visite esta comunidad, como lo hacia el cada vez que tenía una oportunidad y seria otra forma de vivirlo y recordarlo con toda la ternura y la emoción con la que siempre le recibíamos.
    Gracias Fidel

  4. Saludos Fidelito como te conocimos todos,gracias por estar en nuestra,tuya de tu abuelo, de todos la Universidad de Oriente, como Santiago de Cuba, Rebelde,Hospitalaria,Heroica siempre, no dejes d evolver que siempore te esperaremos,

    Gracias

  5. Querido Fide
    Permíteme llamarte con el diminutivo que te nombra ante tus seres más cercanos. Tus sentidas, profundas y hermosas palabras nos hacen descubrir, comprender y querer aun más esa otra bella dimensión del Comandante en Jefe, padre, abuelo, amigo, que sembró y cosechó lo mejor del ser humano también en sus hijos y nietos, a pesar de todo el tiempo que le dedicó a esta inmensa obra y el que le robó a la compañía familiar. Tu sencillez y amor inmenso por tu abuelo, (el padre de una buena parte de mi generación que muchas veces lo llamamos Papá Fidel, y hoy sufrimos en silencio su partida física igual), tu agradecimiento y orgullo infinito, que es también el nuestro, tu inteligencia para buscar recursos y controlar los sentimientos que acompañan tu duelo, que es también el nuestro, nos hace quererte, apreciarte y decirte que en la Universidad de Oriente puedes encontrar el abrigo necesario para aliviar tu dolor, para acompañar tu amor al Comandante, para que nunca mueran sus ideales, para las grandes proezas cotidianas que aún están por hacer, la compañía para seguir haciendo con la ciencia a las que nos conminó, REVOLUCIÓN

  6. Estimado Fidelito,
    Querida comunidad universitaria:

    Días sentidos estos que nos llevan al recuerdo de hace 1 año, que se hacen más emotivos después de leer estas bellas palabras del nieto.

    Gracias a Fidelito, por este amor tan grande a su abuelo que nos hace sentirlo muy cerca, pues así lo amamos nosotros.

    Gracias, por escoger la Universidad para compartir tus vivencias.

    Gracias a Fidel, por ser tan enorme, aprender todos los días de tus enseñanzas, de tu ejemplo y hacernos lo que hoy somos, un pueblo digno.

    Hasta siempre comandante.

  7. Maravilloso Fidel!, eres el alumno que conocí cuando estabas en 11 grado en el grupo # 1, el de Física del I.P.V.C.E. “V.I.Lenin”. Muchas Felicidades por tus éxitos profesionales y muchas gracias por todo lo sentido y agradecido acerca de tu abuelo. Te saluda el profesor principal de E.F. de la unidad 11 grado del curso 2001-2002. Que buena la actividad del Educador ese año. D.T.B.!

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