Atareado porque le tocaba ser moderador, relator, conferencista… 12 años después de su primera vez en Santiago de Cuba, descubro al Dr.C. Sandro Parinello en el segundo piso del Meliá Santiago, donde ha sesionado el Décimo Encuentro Internacional Ciudad, Imagen y Memoria.
Profesor Titular y Director del Laboratorio Dada, Responsable de expresión gráfica arquitectónica de la Universidad de Pavía, Italia; ha realizado varios trabajos junto a expertos santiagueros.
Disculpe, una amiga me ha comentado sobre su trabajo en Santiago de Cuba, me gustaría hacerle algunas preguntas. Le expliqué unos minutos después de su conferencia. Ahí empezó esta historia.
Prestó atención. Aunque no es su idioma materno, comprende y habla perfectamente el español ¿Ya está grabando? Me preguntó. Si, ¿Qué ha sido lo más relevante del trabajo que han realizado en Vista Alegre?
“Ha sido un levantamiento duro desde el dibujo como forma de pensamiento de la arquitectura, hasta la construcción de archivos para crear instrumentos de análisis y proyectos de urbanismo”.
Centrado en resumir en pocos minutos el trabajo de más de una década, se nota tenso. Mi costumbre de mirar fijo a los ojos lo inmoviliza. Por un momento parece olvidar la treintena de personas que nos rodea. “Vista Alegre es el trabajo más grande que hemos realizado en Santiago de Cuba, pero también hemos trabajado con la Oficina del Conservador de la Ciudad, con la cual en distintos años, hemos desarrollado cursos de formación, el levantamiento de algunas plazas del centro histórico, para desarrollar fichas técnicas necesarias al plan maestro de la ciudad e intercambios académicos”.
A Vista Alegre lo conoce como la palma de su mano. Junto a estudiantes de Cuba e Italia trabajó en el levantamiento y documentación del primer barrio jardín de la ciudad. Buenos y malos ratos, le ha traído ese lugar.
“En 2008 la Dra.C. Flora Morcate y yo editamos un libro, en el cual se incluyeron artículos de varios profesores de la Universidad de Oriente sobre la calidad de la arquitectura de Vista Alegre, su caracterización, su aspecto formal, histórico, social. También todos los dibujos del reparto, entre otros temas. Varios ejemplares se han quedado acá, otros están en Italia”.
Habla del Morro, le sugiere la Dra.C. Lourdes Rizo, él accede. “Es este también uno de los trabajos más importantes que tenemos, justo en el castillo San Pedro de la Roca. Hicimos el levantamiento y diseño y esto ha sido verdaderamente importante porque de ahí salió un proyecto mucho más grande relacionado con toda la documentación de la arquitectura hecha por los Antonelli, los ingenieros italianos que proyectaron las fortificaciones del Caribe. Este fue un trabajo que inició por Santiago de Cuba, luego nos fuimos a La Habana, con Eusebio Leal, e hicimos el levantamiento de todas las fortalezas, de ahí a México, Panamá, Puerto Rico, Colombia. No lo hemos hecho todo, faltan algunas”.
Mientras enumera yo reparo mentalmente en cuanta dedicación, conocimiento, sensibilidad, sentido de servir a otros, se debe tener para salir de tu casa, dejar a tus amigos, tu novia, tu bar y “levantar” una calle, un barrio, una plaza, una fortificación, la esencia de una ciudad que no es la tuya.
¿Qué sigue ahora?
Estamos trabajando en nuevas líneas de investigación que puedan ser útiles a nivel didáctico para estudiantes de la Facultad de Construcciones de la Universidad de Oriente.
¿Será el uso de la tecnología una de ellas? Recordé su conferencia, “Documentation and valorization of Holy Land cultural heritage: the virtual space for the historical sites”, hablaba con pasión de cuanto se puede hacer con un buen uso de las herramientas tecnológicas.
“Es posible, cada día más la tecnología es un instrumento para el cerebro de los arquitectos. Es importante recordar que al lado de todo el soporte tecnológico de estos días, necesitamos desarrollar la cabeza de los niños que estamos educando y la tecnología, claro que puede ser, porque cuando es bien utilizada, ayuda. Desde el dibujo, la forma más sencilla del pensamiento, hasta su traslación a la forma digital. Lo importante es lo que va pensando el arquitecto que tiene un trabajo muy difícil, requiere de mucha sensibilidad, mucho conocimiento y en Cuba, y fundamentalmente en Santiago, hay una conciencia social muy elevada al lado de un contexto físico-geográfico tan difícil por el clima tan caluroso, esto es muy positivo”.
Muchas gracias – dije – cuando creí haber terminado. Entonces preguntó el. ¿Significa algo tu pulsa? ¿Tiene que ver con la santería, por ejemplo? Sorprendida, reparé en mi prenda de muchas cuentas y colores, justo en la mano con la que sostuve mi grabadora unos 15 minutos. No – le respondí – es solo un adorno. El brillo de sus azulísimos ojos no dejaba dudas: observador, intenso, dispuesto, ávido. Doce años han pasado desde su primera vez en Santiago de Cuba y aún sigue descubriéndola.
Cayendo la tarde, de regreso a mi casa, lo encontré caminando la ciudad. “Visité el malecón. Está muy bonito. Aproveché para hacer unos cuantos dibujos”. Sonreí. En ese momento pensé comenzar otra vez la entrevista, pero no, mejor dejar para la próxima vez.
Durante el décimo encuentro Internacional Ciudad, Imagen y Memoria el Dr.C Sandro Parinello impartió la conferencia “Documentation and valorization of Holy Land cultural heritage: the virtual space for the historical sites”.
“El arquitecto debe aprender a utilizar la tecnología en favor del desarrollo de nuestras ciudades”.
Investigadores de Cuba, México, Chile, y otros países se interesaron por los aportes de Italia en este campo.
“He aprendido mucho en Santiago de Cuba. Trabajar con mis compañeros de la Universidad de Oriente ha sido una gran experiencia de vida”. Fotos: Rovier Mesa Rodríguez
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Sandro es un excelente colaborador de la Universidad de Oriente, particularmente del Departamento de Arquitectura y Urbanismo de la Facultad de Construcciones. Me fue de gran satisfacción haber trabajado y compartido con el desde el inicio cuando yo estaba haciendo mi Doctorado sobre Vista Alegre. Nuestro empeño por publicar un libro sobre ese barrio se hizo posible gracias a su intensa gestión y a la dinámica con que enfrentamos la tarea un colectivo de investigadores. Me alegró muchísimo el saber que pudo participar una vez más en el Encuentro Internacional Ciudad, Imagen y Memoria, y que seguro abrió nuevas posibilidades de intercambio dirigidas hacia un adecuado manejo del patrimonio edificado.