Discurso de salutación del Sr. Presidente del Consejo Directivo de la Universidad, Dr. Felipe Salcines Morlote, pronunciado en la Ciudad de Santiago de Cuba el día 10 de Octubre de 1947, en el acto de inauguración de la Universidad de Oriente, y apertura del curso académico 1947-1948.
Sres. Veteranos de la Independencia,
Sr. Gobernador de la Provincia de Oriente,
Sr. Acalde Municipal,
Sr. Coronel Jefe del Distrito Militar de Oriente,
Sr. Coronel Jefe del Distrito Naval de Oriente,
Sres. Profesores de la Universidad de La Habana,
Sr. Representante de la Universidad de Sto. Tomás de Vilanova,
Sr. Representante de la Academia de Ciencias,
Sr. Representante de la Gran Logia Masónica de Cuba,
Sr. Arzobispo de Santiago de Cuba,
Sr. Agregado Cultural de la Embajada de los Estados Unidos de Norte América,
Sres. Profesores de Santiago de Cuba,
Sres. Integrantes del Claustro de la Universidad de Oriente,
Autoridades todas, Sres. de la Prensa, distinguida concurrencia,
Gloriosa Campana de La Demajagua: [1]
¡10 de Octubre de 1868! ¡10 de Octubre de 1947! Alfa y Omega de la parábola forjadora de un ciclo de la vida cubana. Expresión esplendente de trayectoria radiante de luz, de los destinos de un pueblo que se forma de anhelos, hechos hoy realidades.
Policromías de amanecer, claridades que permiten ver los caminos seguros que señalan los tiempos. Esperanza de una vida mejor. Sombras que se van. Consolidación de dignidades. Imperio de superación. Manifestación del deseo de fundirse en el “armonium” de las leyes eternas del gran todo, en función “continum” que diría Einstein. Exponentes de humanización. Árbol que fija hacia lo hondo de la tierra sus raíces, en lid con el infinito en su verticalidad. Arco-iris que embellece el cielo con los colores de todas las banderas, como una inmensa bandera de paz. Archipiélago de radiantes constelaciones como expresión inquieta de las conciencias por su perfección. Cascadas de luz, de las mejores luces del pensamiento para el logro perfecto del sentimiento de fraternidad humana. Canto a la vida. Ritmo de trabajo ennoblecedor. Esfuerzo mantenido. Corazón, cerebro y músculo, que vibran ascendentemente. Tales son señoras y señores los hermosos y elocuentes conceptos que cierran el ciclo de aspiraciones de la vida cubana que jubilosos celebramos hoy.
¡Gloriosos varones del 68! ¡Céspedes, magnífico y grande! Podeis descansar voluptuosamente en vuestros sepulcros inmortales. Vuestros sueños de libertad, aspiración inherente de toda alma noble. Vuestros generosos pensamientos de crear un pueblo como factor de conciencia inter-continental, vuestra confianza en el material humano de que se disponía: se han consumado.
Antes del cincuentenario de vuestra República, ha surgido, por las fuerzas intrínsecas de vuestro pueblo, por su potencial anímico, por su alto concepto del deber, por la supervaloración de sus dignidades, por la firme voluntad de ser los primeros, en esa lucha biológica de criatura y ambiente de los aristotélicos; ha surgido, la expresión más esplendorosa, más elevada, más humana, de todas las expresiones de la conciencia de un pueblo; ha surgido otra Universidad, la autóctona Universidad cubana por su fundación, producto de la ciudadanía que hicieron nuestros varones del 68 y las prédicas de nuestro Apóstol Martí. ¡¡ Ha surgido, la Universidad de Oriente!!
“Dadme un hecho y yo me postro ante él”. Dice el gran Carlyle.
Ante esta obra toda emoción, filosóficamente podemos aceptar que en su plasmación, han sido factores fundamentales, las leyes esotéricas que rigen el destino de todo lo creado, provocando acciones y reacciones, movimiento y vida, inteligencia en el hombre y sensibilidad hasta en las piedras del camino. Mas, también han sido factores determinantes, la gran influencia que en esta Patria tienen, los núcleos humanos que habitan estas tierras al Oriente, que recibiendo primero las vibraciones cósmicas del centro de un sistema planetario, forman “la Vieja Guardia” de la sociedad cubana, vigilante siempre, para entrar en acción, en los momentos de mayores dificultades. Lo demostramos en el orden político y hoy, en el orden cultural.
Señoras y señores: la Universidad de Oriente es un imperativo del momento. Nuestra querida Alma Mater, la Universidad de La Habana, fundada por monjes españoles dominicos hace dos siglos, llegó a alcanzar en nuestra República lugar prominente, en la escala de clasificación de las Universidades del mundo.
Hoy, con excelentes edificios, disponiendo de perfectos equipos, con magníficos, talentosos y sabios profesores, su clasificación ha descendido, sencillamente, porque la docencia de la Universidad de La Habana, que es de seis mil alumnos, se ha aumentado hasta diecisiete mil alumnos; y sin edificios, ni equipo, ni profesorado para la plétora, contraviniendo todo principio de Pedagogía moderna, que señala a cada Profesor, un máximo de 40 alumnos, se ve obligada nuestra siempre reverenciada Alma Mater, por el crecimiento de la población de nuestro país, a aceptar en alguna Cátedra hasta 1,400 alumnos. Ante esta situación generadora de anormalidades, la “Vieja Guardia” se moviliza y corre en auxilio amoroso, para ayudar, a la gloriosa Universidad de La Habana, a rescatar sus anteriores fueros.
Esta es nuestra postura, de cooperación leal y grande, de visera levantada, y comprendiéndolo así, la Universidad de La Habana hace portadores de sus mejores sentimientos de gratitud a sus distinguidos Profesores, que comparten con nosotros, esta justa trascendente en la mañana de hoy.
Surgimos a la vida, como el hombre ha hecho siempre las grandes empresas humanas; con la pobreza como escudo y como arma la voluntad. “Para la obra científica los medios son casi nada y el hombre lo es casi todo”, dice el gran sabio español Don Santiago Ramón y Cajal. Efectivamente, los aportes mejores al bienestar de la humanidad, los más grandes descubrimientos de todas las épocas, han sido hechos en lucha con la pobreza, en pequeños y precarios laboratorios, y por no hacer más que breves citas y como un homenaje a su grandeza en el día de hoy, recordemos a los esposos Curie en una cochera descubriendo el Radio; a Pasteur trabajando en su buhardilla salvando a la humanidad de la peste y a su Patria de la ruina; a Ramón y Cajal, desde su pobrísima casa conmoviendo los centros científicos de la época; a Galvani, Volta; Faraday, Herz [2], todos descubridores de los principios fundamentales de la electricidad que disfrutamos hoy, en la paz de sus modestos hogares fraguando un mundo nuevo; a Goldschmidh [3] descubriendo varios planetas desde la ventana de su pobre habitación y por no citar más, a ¡nuestro Finlay!, haciendo posible el canal de Panamá y la erradicación de uno de los azotes mayores de la humanidad.
En honor a estos genios, a estos sabios, a estas chispas de la divinidad, pido a esta distinguida concurrencia que se ponga de pie.
La Universidad de Oriente comienza hoy, en esta mañana radiante, que parece una invitación a la vida, por la acción de los señores, Perozo Bertrán, Salazar Cruz, Gutiérrez Ramírez, Soto del Rey y Molinos Aranda; y comprendiendo su inmensa trascendencia, ha dicho presente toda la sociedad cubana, que la hace suya, porque bien sabe que en ello va la felicidad de su destino, porque sabe que toda Universidad representa el órgano reproductor de la Filosofía, de la Ciencia y de la Industria, exponentes de progreso y de vida mejor.
La Universidad de Oriente beneficia a toda la Nación. Es “un honor para Cuba” acaba de decir el distinguido Profesor de la Universidad de La Habana, Doctor Juan B. Kourí, durante la apertura del curso académico.
¡Dichosos y felices los pueblos que tienen la distinción y el privilegio de establecer universidades!
Tenemos la suerte de surgir en un ambiente, que es un inmenso museo, emulador de dignidades y un gigantesco laboratorio que sólo espera a sus hombres, para que lo interprete y lo ponga en marcha de producción. Nos encontramos en un escenario histórico, frente a las fuentes más poderosas de la riqueza cubana, pisando las más fértiles tierras, contemplando los ríos más caudalosos, y con un subsuelo de variados metales, cuya riqueza estudiada hasta estos momentos, llega a la cifra de CIEN MIL MILLONES DE PESOS. Disfrutando de cortas distancias a un gran mercado consumidor.
Una vez más, se repite la gran enseñanza de la obra inmortal de Mauricio Materlink [4], “El Pájaro Azul”. Anhelamos la riqueza y la buscamos fuera de nuestra Patria, llegando a veces hasta a implorarla. Somos como los protagonistas de la obra de Materlink, peregrinos por los caminos del mundo tras la felicidad, sufren el dolor de la derrota y al regresar al hogar los sorprende “El Pájaro Azul”, que no quisieron ver.
¡Juventud cubana! La vida, en el orden político, económico y social, te ha lanzado un reto, en cuya meta hay una marca que dice: SUPERACIÓN. Hoy se amplía el horizonte de tus posibilidades de triunfo, tienes otra Universidad, conquista su augusta dignidad con el esfuerzo; al templo de Minerva se sube con batir de alas y no con crujido de anillares. Sé digna de la labor de los que te precedieron. Acuérdate [de] que la sabiduría persiste en el tiempo inmutable y eterna, y que a ti te interesa ir hacia ella, para conseguirla con las más puras de tus intensiones.
¡Sociedad cubana! Tú, que vas a recibir los beneficios de esta gran obra, aporta a ella tu valiosa cooperación. El individualismo es estéril sistema de épocas pasadas. En el concepto científico, nada se crea, ni nada se pierde. En el concepto social todo se crea y todo se pierde, dependiendo la fatalidad de la última premisa de las fuerzas sociales al actuar negativamente.
Esta es una obra colectivista que necesita el aporte espiritual de todos y el aporte material de los que pueden. Conjunción de esfuerzos para beneficio de cada esfuerzo.
¡Sociedad cubana! Ante la problemática de tu cultura, representas una gigantesca liana tejiendo una inmensa red y estrangulando al único instrumento de tu alta cultura; a la Universidad de La Habana. Es una extraña paradoja tu lucha entablada. Tus ansias de cultura derriban el templo. ¡Sociedad cubana! Tu dilema cultural es éste: si permaneces estática, perecerás. Si tratas de avanzar retrocederás.
La solución perfecta está en nuestra ofrenda que devotamente hacemos hoy. ¡¡LA UNIVERSIDAD DE ORIENTE!!
He terminado, muchas gracias.
[1] La Campana de La Demajagua, cedida gentilmente por el pueblo y los veteranos de Manzanillo, fue llevada por estos y por el Consejo de Veteranos de Santiago de Cuba a la Presidencia de este acto. [Tomado del original]
[2] Se refiere a Heinrich Rudolf Hertz, físico alemán, descubridor de las ondas de radio. Se ha respetado, durante la transcipción, el texto del original. [Nota del editor de La Tablilla]
[3] Se refiere Hermann Mayer Salomon Goldschmidt, pintor y astrónomo alemán, entre 1852 y 1860 descubrió catorce asteroides de variados tamaños. En su honor, fueron bautizados con el nombre de Goldschmidt el asteroide nº 1614 (descubierto el 18 de abril de 1852 por A. Schmitt, desde el observatorio belga de Uccle) y un cráter lunar. Se ha respetado, durante la transcipción, el texto del original. [Nota del editor de La Tablilla]
[4] Se refiere a Maurice Maeterlinck, escritor belga, Premio Nobel de Literatura de 1911. Se ha respetado, durante la transcipción, el texto del original. [Nota del editor de La Tablilla]
Fotos publicadas con el texto original
El Dr. Felipe Salcines pronunciando su discurso de salutación
Presidencia del acto de inauguración
El Consejo Directivo de la Universidad de Oriente. De izquierda a derecha los doctores Salazar Cruz, Perozo Bertrán, Salcines Morlote, Molinos Aranda y Soto del Rey
El Dr. Felipe Martínez Arango, Director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad, asistido de las Sras. Marina Soler de Perozo y Ruth Uribazo de Soto, Oficiales de la Secretaría General
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El que aparece en la foto es el Dr. Roberto Soto del Rey, fundador de esta universidad y miembro del comité gestor de la misma. Me enorgullece haber sido alumno, compañero de trabajo y amigo de él, ya que fue una persona consagrada en cuerpo y alma a nuestra universidad y una de las glorias de la Física en nuestro país.
Felicito a los editores de La Tablilla por la publicación de este discurso del Dr. Felipe Salcines Morlot, quien fuera el primer Rector de nuestra Universidad. Ello constituye parte de nuestra memoria histórica que debe ser conocida por nuestros profesores y estudiantes con el fin de rendirle mérito a aquellos profesores fundadores de la Universidad de Oriente que aunque no todos marcharon bajo el lema característico de nuestra universidad de Ciencia y Conciencia al triunfo de la Revolución en 1959, por no comprender la ideología de la misma, sí supieron ser, conjuntamente con el pueblo del Oriente y de Cuba, protagonistas de un hecho histórico trascendental, la creación de la Universidad de Oriente poniendo a su servicio todo su saber.Exhorto a los editores de La Tablilla publquen también el discurso de apertura del año académco 1955-1956, pronunciado por el Dr. Felipe Pazos y Roque,Director de la Escuela de Ciencias Económicas, que a su vez, servía para dejar inaugurada la Escuela de Ciencias Económicas, segunda de su clase en Cuba.
Felicito esta publicación y las demás que vendrán.
Hola, muy interesante. Sería bueno precisar cuál de los dos Soto del Rey del claustro, es quien formaba parte del Consejo Directivo de la Universidad, pues en el pie de foto solo se indica el apellido.