“Qué monstruos! No saben la inteligencia, el carácter, la integridad que han asesinado…”

A cada instante recordamos a quienes dieron sus vidas por la Revolución Cubana; pero el 30 de julio, en especial, es la fecha designada para honrar la memoria de todos ellos. Su entrega noble y desinteresada hizo posible la realización de los sueños presentes.

Al caer abatido Frank País, por esbirros de la dictadura, la Revolución pierde a un magnífico organizador; un forjador de cuadros revolucionarios y un hombre de pensamiento político avanzado y profundo. Para Frank, el objetivo de la lucha no era “poner parches para salir del paso”, sino, remover, derribar, destruir, el sistema imperante en Cuba y construir una patria nueva.

Raúl Pujol, por su parte, fue uno de los organizadores de la Resistencia Cívica santiaguera, y un activo colaborador de las fuerzas revolucionarias. En su casa se celebraron reuniones del Movimiento 26 de Julio en varias ocasiones.

Al decidirse la organización del II Frente Oriental, Pujol fue uno de los encargados de la confección de los implementos necesarios y de la adquisición de equipos y suministros. Su ferretería fue un verdadero centro de los revolucionarios. Fue perseguido tenazmente por los de la tiranía.

Frank País se refugió, en varias ocasiones, en la casa de Pujol, en San Germán y Rastro.

Reconforta ver hoy en nuestras calles a adolescentes y jóvenes que disfrutan un futuro donde su preocupación mayor consiste en la superación científica, técnica y cultural, para que este pueblo al cual pertenecen -y ellos mismos- disfruten de la justicia y el bien social por el que tantos lucharon un día.

Las aulas, desde la primaria hasta las universidades, garantizan hoy espacio para todos, porque sin importar edades ni otra condición, la realización de los sueños es en Cuba siempre posible.

Los adolescentes y jóvenes de la Generación del Centenario tuvieron otras cosas en qué ocuparse. En medio de un ambiente hostil y corrupto, las posibilidades de estudio resultaban escasas y, a la par con ellas, las de obtener un trabajo digno.

El 30 de julio de 1957, hace exactamente sesenta años, fue asesinado Frank País García, joven revolucionario y maestro de apenas 22 años, que a muy corta edad dirigiera el Grupo de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio, en Santiago de Cuba. En el emblemático Callejón del Muro de la Ciudad Héroe, las hordas de la tiranía le dieron muerte a él y a Raúl Pujol.

Fue un golpe doloroso para la causa liberadora, al extremo de que, al enterarse, nuestro líder eterno Fidel Castro, con ira y dolor, escribió:

No puedo expresar la amargura, el dolor infinito que nos embarga. ¡Qué bárbaros, lo cazaron en la calle cobardemente valiéndose de las ventajas de que disfrutan para perseguir a un luchador clandestino! ¡Qué monstruos! No saben la inteligencia, el carácter, la integridad que han asesinado…

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