Por: Maybeline C. Matamoros Álvarez (estudiante de Periodismo)
“Más que un acto de solidaridad, es un deber que tengo como ciudadana”, alegó Elaine Bueno Nápoles, donante voluntaria de sangre; para quien este gesto es una muestra de humanidad cada vez más frecuente en Cuba. Su puesto de trabajo radica en la Biblioteca de la sede Julio Antonio Mella, de la Universidad de Oriente (UO) y desde allí contribuye al programa de donación de sangre existente en la Isla.
“Mi vida de laborar en la UO comenzó en 1983 con 18 años, y pasado dos años, ya estando integrada al Movimiento Sindical, llega el impulso a los trabajadores a que se sumaran a la campaña de donaciones de sangre, que en aquel entonces tenía el eslogan Dona sangre, salva una vida”, agregó Bueno Nápoles.
La primera experiencia de Elaine Bueno como donante fue en ocasión de la necesidad de un familiar de ser transfundido. Ello influyó en su determinación para incorporarse al Movimiento de donantes de la provincia de Santiago de Cuba.
Con 37 años de experiencia en este proceso, Elaine Bueno mencionó la importancia que tiene este programa de donación en el país y su eficacia. Aseguró, además, que la contribución de los donantes es esencial para salvar vidas de personas que requieran una transfusión, y recalcó que esta acción debería hacerse periódicamente.
En sus palabras no podía faltar el nombre de Fidel Castro Ruz y el concepto de Revolución de aquel Primero de mayo del 2000 en el que el líder histórico expresó: “Revolución es… modestia, desinterés, altruismo, solidaridad…”, valores que describen, sin duda alguna, esta labor humanitaria.
En la conversación, cómplice de emociones, la protagonista hizo un llamado a los jóvenes para que se sumen a la campaña amplia y activa a lo largo del territorio nacional, y así aporten su sangre para las transfusiones, tan necesarias en caso de desastres o emergencias porque suelen provocar una elevación repentina del requerimiento de este recurso en los centros hospitalarios.
Llegue, de esta manera, el reconocimiento a quienes con sus mejores sentimientos contribuyen y aportan al programa de donaciones de sangre para salvar vidas.
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