La trascendencia de Lenin

Se están cumpliendo 98 años de la desaparición física de uno de los revolucionarios más destacados del siglo XX, cuya obra ha logrado trascender en el tiempo: Vladimir Ilich Ulianov.

Se le reconoce como líder de los obreros y campesinos rusos, fundador del partido bolchevique, del primer estado proletario y referente para los explotados en todo el mundo. Su obra escrita se encuentra compilada en 55 tomos, traducidos a varios idiomas, contentivos de alrededor de 9000 documentos redactados por él. Igualmente existen selecciones en 1, 2, 3 y 12 tomos. Entre las obras emblemáticas que permiten aproximarse a su pensamiento están: ¿Quiénes son los amigos del pueblo y como luchan contra los socialdemócratas? (1894), El desarrollo del capitalismo en Rusia (1899), ¿Qué hacer? (1902), Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática (1905), Materialismo y Empiriocriticismo (1909), El imperialismo – fase superior del capitalismo (1916), El Estado y la revolución (1918), Las tareas inmediatas del poder soviético (1918), La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo (1920). La Revolución de Octubre en 1917 fue el resultado de su elaboración estratégica y bajo su dirección el Estado proletario de los soviets logró sostenerse frente a sus enemigos de dentro y de fuera.

Vladimir Ilich Ulianov, nace en la ciudad de Simbirsk, el 22 de abril de 1870. Su padre, Ilya Nikolaevich (1831 – 1886), era un inspector de primera enseñanza, que compartía las ideas de los demócratas revolucionarios de 1860. Su madre, Maria Alexandrovna Blank (1835 – 1916), mujer de vasta cultura, amaba la música y seguía de cerca las actividades escolares de sus hijos. Valodia, como le llamaban de niño, compartió su vida familiar con 5 hermanos: Anna, Alexander, Olga, Dmitry y María.

En 1986, falleció Ilya y la familia se vio obligada a trasladarse a los alrededores de la ciudad de Kazán. Se mudaron a la casa del abuelo materno en el poblado de Kakuchkino. En 1887 el primogénito, Alexander, fue ejecutado por su participación en los preparativos de un atentado al Zar Alejandro III. La muerte de Alexander afectó mucho al joven Lenin. Sobre el acontecimiento Vladímir Ilich expresó: «Nosotros no iremos por esta vía. No es la buena».

En 1887 Volodia ingresa en la Universidad de Kazán para estudiar Derecho, tras haber finalizado con los máximos honores sus estudios de bachillerato. En ese mismo curso, lo expulsaron de la casa de altos estudios por sus actividades antizaristas. Cuentan que al ser detenido, un oficial le dijo: ¿Para qué alborota tanto, joven, si ante usted se alza un muro? El joven Lenin replicó: “Un muro. Sí, pero carcomido. Basta un empujón para que se derrumbe“.

En mayo de 1889 la familia se trasladó a la provincia de Samara, donde se vinculó a los círculos marxistas existentes. Se licenció a distancia en la carrera de Derecho en la Universidad de San Petersburgo. Publicó en 1894 ¿Quiénes son los amigos del pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas?, una argumentada crítica a los populistas. En abril de 1895 viajó al extranjero, decidido a estudiar el movimiento obrero de Occidente. Pasó unas semanas en Suiza, y luego visitó Berlín y París. Poco después de su regreso fue detenido por la policía secreta del Zar y encarcelado en diciembre de 1896.

En la Cárcel, Lenin rápidamente se puso a trabajar en lo que luego publicaría bajo el título de “El desarrollo del capitalismo en Rusia. Se comunicaba con el exterior a través de su hermana Ana y de Nadezhda Krupskaya, una estudiante a quien había conocido en los círculos marxistas. Fue deportado a Siberia oriental en 1897. Pronto Krupskaya, fichada por la policía, fue también detenida. Ambos se reunieron en el destierro en Siberia y se casaron en 1898. En el destierro, la pareja llevó una vida ordenada, sin sobresaltos, que le permitió a Lenin terminar de redactar en 1899 su primera obra fundamental, El desarrollo del capitalismo en Rusia, en la que sostenía que la revolución industrial y el capitalismo avanzaban decididamente pese al semifeudalismo imperante en el país.

A poco de comenzar 1900, con 30 años de edad, Volodia comenzaba su primer exilio en Suiza. Allí puso en marcha un proyecto largamente acariciado: la publicación de un periódico socialdemócrata de alcance nacional. El primer número de Iskra (La Chispa) vio la luz el 21 de diciembre de ese año, con un editorial suyo encabezando la primera página. A partir de otro artículo de su autoría, publicado en la Revista Zaria, en diciembre de 1901, comenzó a firmar como Lenin. Hasta entonces solo había utilizado su nombre o los seudónimos de K. Tulin o V. Ilin.

La aparición del libro ¿Qué hacer?, una de sus obras más importantes, en marzo de 1902, lo identifica como el líder de los marxistas rusos. Lenin reclamaba la necesidad de una organización de revolucionarios profesionales y sintetizaba la idea del Partido como vanguardia de la clase obrera. Esta obra desató la polémica en torno a cómo estructurar el Partido dentro del II Congreso de los socialdemócratas rusos (1903), en el cual se consumó la ruptura definitiva entre los seguidores de Lenin, llamados bolcheviques (mayoritarios) frente a los mencheviques (minoría).

Lenin regresó a Rusia en 1905 para incorporarse a la espontánea revolución que había estallado. Posteriormente, tras la derrota de las masas populares en 1907 se vio obligado a exilarse de nuevo. En esos años de auge de la reacción, reunió y reforzó las filas de los bolcheviques en su labor de forjar un partido revolucionario marxista. En 1916 publicó Imperialismo, fase superior del capitalismo, donde analiza este sistema en sus características identificables en esa época y argumenta, a contrapelo de otras tesis, cómo la revolución socialista también es posible en países atrasados como Rusia.

Volvió a su patria en abril de 1917. Un amplio movimiento popular había derrocado al zarismo y existía una dualidad de poderes en el país entre el Gobierno provisional burgués y los soviets que obreros, campesinos y soldados habían organizado por toda la nación. En una situación política convulsa Lenin se sumió en la clandestinidad, pues existía una orden de arresto contra su persona. El 23 de octubre de ese año el Comité Central del Partido Bolchevique adopta su propuesta de insurrección. Una vez llegados al poder el 25 de octubre de 1917, Lenin y los bolcheviques promulgaron tres decretos:

– De la Tierra, que proscribía la propiedad terrateniente y les entregaba la tierra a los campesinos;

– De la Paz, mediante el cual Rusia salía de la guerra imperialista iniciada en 1914; y,

– De las Nacionalidades, por el que se le otorgaba a las antiguas naciones subyugadas por el zarismo la opción de la independencia o integrar la República Socialista Federativa Soviética de Rusia.

Durante años, con más intensidad entre 1918 y 1920, las fuerzas contrarrevolucionarias intentaron derrocar al Estado soviético con el apoyo de las potencias occidentales, especialmente Francia y Estados Unidos. Al ejército de la contrarrevolución, comandado por antiguos generales zaristas, lo derrotó el Ejército Rojo, integrado por campesinos y obreros. El país quedó devastado, la economía maltrecha y el hambre se enseñoreó en amplias regiones. El reto más grande de la Revolución pasó a ser entonces la reconstrucción económica de Rusia, tarea que Lenin se propuso encarar de inmediato. Y en aquel país destrozado, aún con rezagos feudales, se comenzó a edificar la formidable superpotencia, tanto en lo económico como en lo militar, que llegó a ser en pocos años.

El 30 de agosto de 1918 Lenin fue objeto de un atentado por parte de Fanny Roid Kaplan, miembro del partido eserista. Pese a las dificultades de la guerra civil y las secuelas del atentado, el 2 de marzo de 1919, en Moscú, Lenin inauguró el Primer Congreso de la III Internacional, como organización del movimiento comunista. En marzo de 1922 Lenin asistió por última vez a un congreso del Partido. Un mes después se le intervenía quirúrgicamente para extraerle las balas que continuaban alojadas en su cuerpo desde el atentado y que le habían ocasionado graves secuelas. Desde entonces solo tuvo pequeñas etapas en que mejoró parcialmente. Aun así, tuvo la fuerza de dictar varias cartas, entre ellas su llamado «testamento» en la que expresa su gran temor ante la lucha por el poder entablada entre León Trotsky y José Stalin en el seno de la dirección del partido.

Para diciembre de 1922, Lenin sufrió un derrame cerebral que le hizo perder la movilidad de una pierna y el brazo derecho. Aun así, con la finalidad de integrar las diferentes nacionalidades, Lenin proclamó el 30 de diciembre de 1922 la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).  A principios de marzo de 1923, sufrió el segundo ataque, que le privó temporalmente del habla. Lenin falleció en la ciudad Gorki, el 21 de enero de 1924. Una hemorragia cerebral acabó con su vida. Su cuerpo fue expuesto en Moscú en la gran sala de la Casa de los Sindicatos, donde el pueblo masivamente y sus autoridades le rindieron tributo póstumo. Luego se le trasladó a la Plaza Roja, donde permanece su cuerpo.

Valeri Novosélov, médico en jefe del Centro Gerontológico Científico y Médico, pasó varios años estudiando los archivos sobre los últimos días de Lenin y las monografías que realizaron varios médicos sobre el tema. En entrevista, este investigador destacó que Lenin sufrió una serie de hemorragias cerebrales, lo cual explicaría por qué se optó por neurólogos para su tratamiento. Sin embargo, el neurólogo Harry Vinters, de la Universidad de California, y el historiador ruso Lev Lurie, afirmaron a la conferencia anual de Maryland (EE.UU.), en el 2012, la posibilidad de que el líder bolchevique haya sido envenenado. Estos científicos aseguran que su deceso ocurrió demasiado pronto, pues no fumaba y no dejaba que le rodearan los fumadores. No tenía diabetes o sufría de sobrepeso. Además, la autopsia no mostró evidencias de una presión arterial alta, según refirió el sitio web de la televisora Rusia Today.

Con el tiempo, el reconocimiento a Lenin se expandió por el mundo con énfasis en los trabajadores. En el centenario de su nacimiento Fidel expresó:

Lenin es de esos casos humanos realmente excepcionales. La simple lectura de su vida, de su historia y de su obra, el análisis más objetivo de la forma en que se desenvolvió su pensamiento y su actividad a lo largo de su vida, lo hacen en realidad ante los ojos de todos los humanos un hombre verdaderamente (…) excepcional.

(Fidel Castro Ruz. Discurso en la velada solemne en conmemoración del Centenario del natalicio de Vladimir Ilich Lenin, el 22 de abril de 1970).

La caída del socialismo en la URSS propició la agresión a la memoria y la trascendencia de Lenin. Sus detractores colocan en las redes sociales consideraciones que desvirtúan el significado de su pensamiento y obra revolucionaria. Por otra parte, plazas, parques, colinas, instituciones, estatuas, bustos y especialmente sus obras permanecen como síntoma de su permanente y entrañable presencia para muchos. Lenin ha dejado una huella imperecedera en la historia.

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