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Si bien nos conocemos hace años, es esta de las pocas veces en las que enciendo la grabadora y comienzo una entrevista formal con el Dr.C. Jesús García. ¿Traes preguntas escritas? Sonrío. No, casi nunca puedo hacer eso. La entrevista es un género para aventurarse, para descubrir al otro, para estremecerse, simplemente conversemos.

¿Cómo fue que llegaste a ser Dr.C. con solo 28 años?

“Mi formación fue bastante intensa y rápida. En mi época de estudiante me inserté en el grupo científico estudiantil de mi Departamento y desde entonces fui guidado por mi tutor, el Dr.C. Julio César Escalona Arranz. Con él aprendí la manera de cómo estudiar, de un lado el componente docente y sobre todo el componente científico. Por mis resultados estudiantiles en la investigación en la Universidad de Oriente se aprobó como excepción que pudiera realizar mi Maestría aun siendo adiestrado y en el tribunal estuvo uno de los profesores del Programa VLIR-IUC. A partir de ese momento se me abrió el camino para continuar mi superación e incorporarme como estudiante de doctorado a la Fase I de este programa”.

Mientras conversamos, reina la tranquilidad en el salón Vilma Espín Guillois después de largas sesiones de trabajo del P3, proyecto dirigido al estudio de  Productos naturales y servicios farmacéuticos para mejorar la calidad de vida del paciente en hospitales de la región este de Cuba, en la segunda fase del Programa VLIR IUC.

¿De qué trató tu investigación doctoral?

“Mi tema de doctorado está relacionado con la evaluación fitoquímica antimicrobiana del Romero de Costa, especie medicinal empleada por los pobladores de la región oriental dada su localización fundamentalmente en la costa sur. Nos planetamos la meta de evaluar su uso farmacológico para verificar si existía una correlación entre el uso medicinal que le daba la población y la evidencia científica que soporta ese uso, pues muchas veces se utiliza por el conocimiento empírico pero no hay un aval científico de sus propiedades”.

¿Qué fue lo relevante de tus estancias en Amberes, Bélgica?

“Tuve la oportunidad de hacer dos estancia de investigación en la Universidad de Amberes para completar la fase experimental que no podemos hacer aquí en Cuba y eso fue fundamental para alcanzar los resultados que hoy exhibimos”.

¿Se comprobaron las propiedades medicinales del Romero?

“Si. Tiene propiedades antiparasitarias sobre enfermedades que no son endémicas de Cuba pero si son prioridad para la Organización Mundial de la Salud, com son la letmaniasis, la enfermedad del sueño africano y otras muy comunes en África, en Suramérica, Ámerica Central. Algunas llegana nuestro país por el flujo de colaboradores pero por suerte no existen en Cuba porque no existen los vectores que podrían desencadenarla”.

¿Entonces cual es su uso popular?

“En Cuba se emplea para bajar la fiebre, pero sabemos que esta es un síntoma que puede estar relacionado con infecciones. También se utiliza para aliviar dolores reumáticos y menstruales en algunas áreas del Caribe como Jamaica y Las Bahamas.

Por eso nos enfocamos en probar sus propiedades antimicrobainas porque es un pedido de la Organización Mundial de la Salud dada la resistencia que se observa a los antibióticos tradicionales para el enfrentamiento de enfermedades infecciosas”.

Recuerdo las muchas veces que coincidimos en clases de inglés, dónde único lo hacíamos porque nunca tuvo tiempo para cafés, bailes u otras actividades propias de los jóvenes. El reto de ser doctor antes de cumplir los 30 años le impidió estos divertimentos más de una vez. Sin embargo, ahora se siente que vale la pena.

¿Cuáles son tus nuevos desafíos tras tu titulación como Doctor en Ciencias?

“Después de la formación doctoral uno pasa a liderar procesos importante en las áreas donde trabajamos. En estos momentos me desempeño como profesor y me preparo para el cambio de categoría. También formo parte de la Fase II del Programa VLIR IUC como tutor de unos de los doctorantes.

¿Tan jóvenes como tú? Risas

Si, son fundamentalmente jóvenes que han concluido sus estudios de Maestría.

Formas parte de un equipo de investigadores que recién ha obtenido el Premio de la Academia de Ciencias de Cuba, importante galardón que se entrega desde 1990 a importantes resultados de investigación obtenidos en el país. ¿Qué se le aporta a la sociedad cubana con este resultado?

Fue premiado el trabajo “Contribución cientifica del uso racional de plantas medicinales  que crece en la región oriental de Cuba”. Es resultado de la labor de un grupo de investigadores del Departamento de farmacia de la facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad de Oriente, que han ido a la búsqueda de nuevas alternativas ante la política del Ministerio de Salud Pública de nuestro país de potenciar el uso de las plantas medicinales como vía para obtener nuevos productos fitoterapéuticos como alternativa a los medicamentos de uso sintético. Se reportó la presencia de más de 200 compuestos, algunos de ellos con actividad antomicrobiana….

Es una contribución muy importante pues abre el camino a nuevas formulaciones, debido a que la introducción de un medicamento herbolario requiere de una serie de investigaciones básicas que son el eje de este premio Academia.

Solo diez minutos duró esta entrevista, ya no está nervioso y aunque al principio notó la grabadora, al final ya se había olvidado de ella.

“Ok, cumplí contigo – me dijo – disculpa la demora de dos semanas. Mándame el trabajo para leerlo.”

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