MSc. Liliam Inés Ávila Maldonado. Departamento de Historia de Cuba. Universidad de Oriente.
Julio Antonio Mella es el líder indiscutible del movimiento revolucionario cubano en la década del 20 del pasado siglo. Su multifacética personalidad ha sido objeto de análisis y valoración por diversos autores, que han destacado la significación de su obra como dirigente político de proyección nacional y continental. Nacido en 1903, Mella cubre con su breve existencia uno de los períodos de nuestra vieja república, en los que Cuba pasó de colonia española a víctima del voraz imperialismo norteamericano; pero también los años del incremento de los combates y las organizaciones obreras, de los primeros pasos fortalecedores del pensamiento socialista y, sobre todo, de las influencias del triunfo de la Revolución de Octubre.
El liderazgo de Mella en las luchas sociales, no fue solo en Cuba, sino que su alcance ha llegado a otros países, su influencia se evidenció en la conciencia social de los pueblos. Desde su temprana juventud, y en el contexto de su propia formación académica, son palpables las inquietudes revolucionarias del joven. Solicita su admisión a exámenes en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. El 16 de junio de 1919 es aprobado en dichos exámenes y comienza sus estudios de bachiller por la enseñanza libre. En Septiembre de 1921 termina sus estudios de bachillerato e ingresa como alumno de Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana.
Iniciado como líder de los estudiantes en la lucha por la Reforma Universitaria, en noviembre de 1922 es nombrado administrador y colaborador de la revista Alma Mater. En enero de 1923 habla en la asamblea del día 12 en el Aula Magna. En marzo del mismo año el Directorio de la Federación de Estudiantes Universitarios acuerda, a propuesta de Mella, celebrar el Primer Congreso Nacional de Estudiantes; en junio ocupa la Presidencia de la Federación de Estudiantes Universitarios. En octubre se celebra el Primer Congreso Nacional de Estudiantes, presidido por Mella. Funda Juventud, revista de los Estudiantes Renovadores de la Universidad de La Habana.
El 3 de noviembre de 1923 se inician los cursos de la Universidad Popular José Martí fundada por Mella. “El proletariado instruido ha de marchar a la vanguardia (…) No hay ideal más alto que la emancipación de los proletarios por la cultura y por la acción revolucionaria”.
En 1924 ingresa a la Agrupación Comunista de La Habana. Ofrece su apoyo al Movimiento de Veteranos y Patriotas. Habla en el acto inaugural del Ateneo Universitario. Es nombrado Presidente de la Federación Anticlerical. En Septiembre de 1924 encabeza las protestas populares, por la presencia en La Habana del barco fascista “Italia”. En marzo de 1925 dirige las manifestaciones de protesta por la cuestión de la soberanía de Cuba sobre Isla de Pinos. Publica (abril, 1925) el folleto Cuba, un pueblo que jamás ha sido libre.
En correspondencia con la aspiración del establecimiento de una justicia social, fundamentada no sólo para Cuba, sino para la América toda, Mella sustentaba que el establecimiento de la misma se desplegaría a través de una verdadera Revolución Social. Definía que “Luchar por la Revolución Social en América, no es una utopía de locos o fanáticos, es luchar por el próximo paso del avance de la historia”, (Julio Antonio Mella, Cuba: Un pueblo que jamás ha sido libre, pág. 182) sentenciando al final que estaba contra el imperialismo y a favor de la justicia social en América.
En julio de 1925 funda con otros revolucionarios la sección cubana de la Liga Antimperialista de Las Américas; en agosto de 1925 funda con Carlos Baliño y otros militantes marxistas, el Partido Comunista de Cuba. Visita al barco soviético “Vatslav Vorovsky” en la bahía de Cárdenas. Publica sus experiencias en Lucha de Clases el artículo Una tarde bajo la bandera roja. El 25 de septiembre de 1925 el Consejo de Disciplina de la Universidad de La Habana le impone la sanción de expulsión temporal de este centro superior de estudio. Escribe carta de protesta ante el Consejo Universitario.
El 27 de noviembre de 1925 es detenido por la policía machadista y enviado a la cárcel junto a varios trabajadores, bajo la acusación de haber cometido “actos terroristas”. Del 5 al 23 de diciembre de 1925 sostiene una huelga de hambre en señal de protesta por su injusto encarcelamiento. En enero de 1926 sale de Cuba para evitar ser asesinado por orden de Machado. Llega a México, donde en breves días es nombrado miembro del Comité Ejecutivo de la Liga Antimperialista de las Américas. Ingresa en el Partido Comunista de México. El 20 de junio de 1926 es detenido durante una manifestación de protesta por la condena impuesta a los obreros Sacco y Vanzetti en Estados Unidos.
En agosto de 1926 publica el folleto El grito de los mártires. En diciembre de 1926 Publica el folleto Glosas al pensamiento de José Martí. Allí apunta: ” Es imprescindible que una voz de la nueva generación, libre de prejuicios y compenetrada con la clase revolucionaria de hoy, escriba ese libro. Es necesario dar un alto, y, si no quieren obedecer, un bofetón, a tanto canalla, tanto mercachifle, tanto patriota, tanto adulón, tanto hipócrita… que escribe o habla sobre José Martí… Ya da náuseas tanto asco intelectual. ¡Basta! Martí -su obra- necesita un crítico serio, desvinculado de los intereses de la burguesía cubana, ya retardataria, que diga el valor de su obra revolucionaria considerándola en el momento histórico en que actuó.”
En febrero de 1927 asiste al Congreso Mundial contra la Presión Colonial y el Imperialismo, celebrado en Bruselas, Bélgica. En marzo de 1927 visita la Unión Soviética, donde permanece varias semanas. El 21 de febrero de 1928 habla en el acto organizado por la Juventud Comunista, en Ciudad México, en solidaridad con la lucha de Sandino en Nicaragua. En Septiembre de 1928 funda en la Universidad de México la Asociación de Estudiantes Proletarios. El 27 de octubre de 1928 pronuncia un discurso contra el fascismo en un mitin organizado por la Liga Internacional Antifascista, en Ciudad México. El 7 de noviembre de 1928 habla en un acto organizado por el Partido Comunista de México, en conmemoración del 11no aniversario del triunfo de la Revolución Socialista de Octubre en Rusia.
En México, y acerca de México, pudo comprender las dos aristas del problema latinoamericano: La demostrada pretensión y acción del imperialismo norteamericano, manifestado en la política yanqui hacia América Latina, por lo que resultaba necesario prestar atención a este movimiento del imperialismo yanqui en el continente, y la posición entreguista de los gobernantes del territorio.
Julio Antonio Mella supo avizorar el papel que le correspondía a los intelectuales honrados, los estudiantes y obreros, que eran los que estaban llamados a estrechar los lazos de la unidad a favor de la lucha común, en tal sentido sentenciaba “… por encima de la acción del imperialismo, de la traición de las castas dominantes en la América Latina, está el interés común del proletariado y de los antimperialistas de todo el continente, que deben unirse contra el enemigo también común. No olvidemos la fórmula la victoria final ¡Proletarios de todos los países, uníos!”
Su intensa actividad movilizativa, dirigida a concientizar, preparar y organizar a las masas para la continuidad de la lucha de liberación nacional en las condiciones de la dominación neocolonial del imperialismo norteamericano, preámbulo indispensable de la liberación social. Fue rápida su comprensión de la necesidad de una profunda transformación de la realidad económica, social y política del país y, en consecuencia, de la importancia que tenía la unidad del movimiento estudiantil con el movimiento obrero y con los trabajadores en general, con la intelectualidad progresista y otros sectores sociales interesados en esa transformación.
El 10 de enero de 1929 cae mortalmente herido en Ciudad México y fallece cerca de las dos de las madrugada del día 11, consciente que ésta acción era ordenada desde Cuba; el dictador Gerardo Machado había logrado consumar el crimen.
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