Por: MS.C. Ángel Taboada Salmerón
El discurso histórico es argumentativo, como también lo es el discurso político, por lo que responder a la interrogante que da título a este pretendido artículo no puede resultar la excepción.
Decir que Cuba es una dictadura es recurrente en el discurso de odio de nuestros enemigos, dentro y fuera de la isla. Es consustancial a la pretension, cobarde y platista, de neocolonizarla por segunda vez en nombre de la libertad, la prosperidad y el progreso, supuestamente yugulado por la revolución triunfante el primero de enero de 1959.
Decir que Cuba es una dictadura, no es coherente con la objetiva realidad que prueban 62 años de revolución, con el apoyo mayoritario de su pueblo, frente a la embestida y al odio visceral de la mayor potencia económica y militar del planeta.
Decir que, en la Cuba de hay una dictadura, la convierte en la más suigeneris de cuantas han existido en el continente, todas ellas prohijadas y apoyadas por sucesivas administraciones norteamericanas. La única dictadura que no ha sido compatible con los intereses dominantes de los Estados Unidos sería Cuba.
Decir que en Cuba hay una dictadura pondría en tela de juicio verdades incuestionables sobre lo alcanzado por su pueblo en materia de justicia social, en todos estos años de revolución socialista en el poder.
Entre esas verdades podriamos citar estas:
*No existen dictaduras sin perseguidos, torturados, sin juicios extrajudiciales, sin grupos paramilitares y sin periodistas asesinados.
*Las dictaduras no muestran interés por emprender programas para el crecimiento espiritual y cultural de las masas. Cuba se proclamó como el primer país de América Latina libre de analfabetismo en fecha tan temprana como 1961, primer paso táctico dentro de la estrategia humanista cultural de la Revolución.
*El haber derrotado con la participación de un pueblo miliciano, encabezado por su comandante en jefe, a los invasores mercenarios reclutados por la CIA y financiados por el gobierno de los Estados Unidos en menos de 72 horas no resulta dable a ninguna dictadura.
*Cuba, su líder y su pueblo todo, permanecieron dispuestos a defender su soberanía e integridad, cuando la amenaza nuclear en octubre de 1962 no era abstracta, sino latente. Una dictadura no estaría en la capacidad de hacerlo.
*Desde 1959 se han graduado cerca de 350 000 profesionales de la salud, de ellos, 41 000 extranjeros. Además, en 12 países se forman más de 30 000 estudiantes con las brigadas médicas internacionalistas cubanas. Esto no resulta posible para ninguna dictadura.
El Esquema Nacional de Inmunización, que protege contra 13 enfermedades, con la excepción de la triple viral, la polio y la BCG, consta de vacunas que se fabrican en Cuba. Ninguna dictadura puede exhibir esos resultados.
Cuba, en medio de las circunstancias que le impone el genocida bloqueo norteamericano, dispone de cinco candidatos vacunales contra la COVID-19, creados por sus propios científicos; lo que permitirá vacunar a toda la población en este año 2021, y ser el primer país del mundo en vacunar a todos los habitantes que tengan los dos años de edad cumplidos.
El año 2019, un amplio, participativo y democrático proceso de consulta popular, convirtió al pueblo en protagonista y hacedor de su Constitución; las dictaduras no consultan, imponen.
Haber derrotado, con la mayoría revolucionaria de su pueblo, el intento de subvertir y derrocar a la revolución con una maniobra política mediática, direccionada desde Estados Unidos, es expresión del apoyo popular hacia su gobierno. Las dictaduras no son apoyadas por los pueblos.
Los mencionados, son solo algunos de los sobrados argumentos que hacen fehacientemente demostrable que, en la Cuba que conoció libertad, independencia y soberanía el primero de enero de 1959, no existe una dictadura.
Los pueblos no se identifican con los dictadores, y el nuestro aprendió de Fidel que la Revolución es fruto genuino de los más nobles y sagrados ideales, y que defenderlos deviene en juramento.
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