La ciudad de Santiago de Cuba, como todo el país, enfrenta una situación sanitaria adversa, debido a los inevitables embates de la Covid-19. Para revertir la situación es imperativo adoptar medidas, incluso drásticas, que reviertan la realidad.
El Grupo de Trabajo que, bajo la égida de los decisores, estudia los sucesos y traza estrategias, labora arduamente para reducir el desplazamiento de los santiagueros, punto neurálgico para la trasmisión del virus.
De esta suerte, se han tomado medidas para mantener a las personas, el mayor tiempo posible, en sus casas. Así, desde hace casi 30 días, tenemos limitada la estancia en las calles hasta la 1 de la tarde, solamente.
Esta medida restrictiva obedece al alto riesgo de contagio aún existente en el territorio. Reducir la movilidad es el principal objetivo.
Hay muchas personas en desacuerdo, la unanimidad en estos casos es casi una quimera; pero los índices de positividad a la Covid-19 siguen elevados. Se ha demostrado que, en la confianza está el peligro.
Sobreentendido está que las medidas por sí solas no disminuirán los infectados. Hay que ser responsables y cumplir todo lo orientado por las máximas autoridades.
Es importante acotar que algunos mecanismos no están debidamente “engrasados”; el nombramiento de “mensajeros”, por ejemplo, para gestionar en las calles las diversas necesidades de las familias, desde los alimentos hasta los medicamentos, no se ha logrado implementar con acertada eficacia. Responsabilidad que es preciso ventilar en cada cuadra, entre los vecinos.
La reducción de la movilidad de las personas tiene que complementarse con el lavado de las manos, así como del uso permanente del nasobuco, prenda indispensable en nuestro atuendo diario. Además, constituye un factor esencial para el control del virus el distanciamiento social en todos los espacios; acciones que aligeren esa gran cantidad de individuos tanto en las Agencias Bancarias como en los Supermercados.
Aunque haya cierta disminución de casos no podemos caer en el agotamiento o la desidia, en cuanto a las medidas. Ahora es cuando hay que ser aún más conscientes de que la Covid-19 no da tregua. Cada vez que la confianza nos gana regresamos a una nueva ola de contagios. Por eso, ser responsables y ayudar al avance de la imprescindible vacunación en el país, coadyuvará en un descenso de infectados.
Llamémonos todos, entonces, al cumplimiento estricto de las medidas para controlar este mortal virus, que tantas vidas ya ha cobrado en el mundo.
Cuidémonos, santiagueros…por tí, por mi….por todos!
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