La joven Lic. Rocío Pérez Macías, concluyó su pregrado hace unos años, en la especialidad Química, de la Universidad de Oriente. Ella trabaja en el Laboratorio de Minerales de la Empresa Geominera Oriente. Su tesis de grado contribuye a los resultados de la investigación: Empleo de microorganismos para la remoción de compuestos orgánicos persistentes y metales pesados. Este, obtuvo Premio de la Academia de Ciencias de Cuba en el 2020.
Acerca de su trabajo, nos cuenta.
El agua azul del cobre se está estudiando en un proyecto que incluye su bioremediación, utilizando microorganismos; es un lago que tiene una alta presencia de metales pesados y otros contaminantes como materia orgánica, contenido de sulfato, son compuestos persistentes que influyen en los organismos vivos, tanto plantas, animales como seres humanos. A la mina de cobre ubicada se le comenzó a explotar en el siglo XVI, hasta el siglo XX; luego vino la formación del lago que mide 1,8 kilómetros de largo y 1kilómetro y medio de ancho. El agua de color azul está dada por el alto contenido de sulfato de cobre, que tiene esa tonalidad.
Mitos peligrosos
Las personas piensan que las aguas del lago azul, nacido de las minas del cobre, tienen aplicaciones medicinales, sin embargo es bastante elevada la presencia de metales pesados. Esos metales se acumulan en los tejidos vivos, no se eliminan del organismo y su acumulación provoca serios efectos nocivos en los seres vivos.
La joven investigadora trabaja, sin descanso, para aportar, con su esfuerzo, resultados que ayuden al desarrollo del territorio que la vió nacer. Incluso, mantiene vínculos con la Institución que la formó como profesional. Y es que la UO potencia la capacidad investigativa de sus estudiantes, para lograr formar verdaderos hombres de ciencia… porque en ellos está el futuro del país.
Visitas: 0
Dejar una contestacion