Por: Dra. C. Aymara Reyes Saborit
En estos tiempos tan difíciles, debido al rebrote de la Covid-19, estamos siendo impactados por el aumento considerable de casos positivos de la enfermedad, en nuestra provincia y en el país todo.
Este rebrote, desafortunadamente, ya va cogiendo nombre y cuerpo de un amigo, un compañero de trabajo, un vecino, un familiar. Por eso, y bajo estas circunstancias tan adversas, es tan importante lo que cada cual pueda hacer desde su espacio, desde su pedacito, para ganarle la batalla al virus.
Hoy quiero compartir los rostros de quienes he denominado “mis valientes”. Aunque sé que representan a muchos otros valientes que asumen tareas en zonas rojas, en otros centros de aislamientos, en laboratorios, zonas en cuarentenas, comunidades. En fin, amigos, compañeros de trabajos, colegas, vecinos y familiares en franca “pelea cubana contra los demonios” por todo Santiago de Cuba y también por toda Cuba.
En el centro de aislamiento de la Sede Mella, está la Lic. Lianne Romero Oña, joven profesora en adestramiento laboral que asume el reto de estar muchos días alejada de sus familiares, de sus rutinas de vida, en esta “nueva anormalidad” que representa para muchos convivir con el COVID.
Lianne, en su quehacer diario, asume todo tipo de tareas; desde las asociadas a la limpieza de espacios hasta garantizar la alimentación de los pacientes en aislamiento. Y, aunque no entró como psicóloga en el centro de aislamiento, sino como voluntaria convocada por la UJC, en la medida que el personal de salud supo de su presencia, requirió otros desempeños propios de su profesión.
De esta suerte, ha brindado acompañamiento psicológico a las personas ingresadas, en el momento de comunicarles un diagnóstico de PCR positivo. Incluso, ha facilitado la mediación de conflictos que pudieron aparecer, al calor de esta tarea compleja; pues es muy cierto que las circunstancias caldean los ánimos para todos, ante tanto estrés y carga de trabajo.
Lianne me confiaba que el saldo positivo, más allá de la experiencia y la ayuda a los necesitados, ha sido el equipo de trabajo que han conformado; y los nuevos amigos que ha logrado durante los 15 días en que estuvo en zona roja; jóvenes comprometidos y valientes como ella.
Mis otras heroínas son la Lic. Yailis Salmon, recién graduada también; y la estudiante de 5to año de Psicología Lidia Esther Botalín Páez, quienes están dando acompañamiento psicológico a toda la población en cuarentena del Reparto Santa Bárbara, asumiendo importantes retos. Las jóvenes se crecen ante las dificultades y los miedos (de ellas y sus familiares), aprendiendo siempre y sobre todo brindando amor, solidaridad, apoyo, desde las herramientas profesionales que la Psicología nos brinda, para ayudar a los otros, a vencer sus diversos problemas cotidianos.
Han estado acompañando igual a familias con conflictos de convivencia; adultos mayores solos; orientando a padres cómo manejar de la mejor forma a hijos, con dificultades y trastornos psicológicos.
A las tres las he visto desarrollarse, aprender y aprehender la Psicología nuestra de cada día. Espero que las enseñanzas de sus profes les sirvan no de algo, sino de mucho; y sigan demostrando, con su quehacer diario, nuestros valores profesionales de humanismo, solidaridad, altruismo, respeto al otro, compromiso y entrega incondicional al bienestar de nuestro pueblo.
Esas son mis valientes, que, reitero, representan a un grupo mayor de colegas del gremio y estudiantes de psicología, que dieron el “sí” al frente; no sin conflictos, con miedos, ansiedades, inseguridades, pero convencidas del rol que le corresponde a la #psicologiasantiagueraunida y hoy están salvando a Cuba, como muchos otros profesionales.
A ustedes les doy gracias infinitas; con ustedes está el corazón de sus profesores… y les pido se cuiden mucho, para que salgan ilesas y puedan compartir sus experiencias….y puedan, también, decirles a sus hijos “yo estuve allí”, “yo estuve entre los valientes”.
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