Compartimos este trabajo investigativo del profesor de Historia Dr. Rafael Angel Borges Betancourt
El tratamiento historiográfico en torno al lugar y papel de la mujer en la lucha insurreccional en Cuba durante la década del cincuenta del siglo pasado, se ha caracterizado por resaltar algunas de sus figuras más representativas, aunque ocupando, casi siempre, el lugar secundario o complementario de los hombres más representativos, mientras que la mayoría de ellas integrantes de ese conglomerado que se llama pueblo, permanecen en el anonimato. De ahí, la importancia de emprender estudios históricos donde se distingan a las mujeres que brillaron con luz propia. La destacada participación de la mujer cubana en la lucha antibatistiana, dio continuidad al legado heroico de otras grandes revolucionarias de nuestras contiendas independentistas y republicanas como Mariana Grajales, María Cabrales, Bernarda del Toro, Gloria Cuadras, entre otras.
Vilma Espín Guillois ha sido una de las “más beneficiadas” por la historiografía del período, en razón de su destacada participación en la lucha insurreccional como combatiente del Llano y la Sierra, así como su papel en la Revolución. Sin embargo, todavía no se cuenta con un profundo estudio biográfico que revele su formidable contribución a la Revolución Cubana. Una de las etapas de su vida que merece una cuidada atención es la de estudiante universitaria, en tanto, su ingreso a la recién creada Universidad de Oriente, marcó el inicio de una etapa decisiva en el afianzamiento y desarrollo de sus ideas políticas, que la distinguieron entre la más avanzada juventud combatiente de su época.
¿En qué universidad estudió Vilma?
La Universidad de Oriente en la que estudió Vilma, había logrado perdurar y fortalecerse gracias al empeño de su claustro y estudiantado, y la colaboración ciudadana. Inició sus actividades académicas el 10 de octubre de 1947, bajo la presencia simbólica de la Campana de Demajagua. Luego de una ardua lucha por su oficialización, el 22 de noviembre de 1949, el presidente Carlos Prío, firmó la Ley No. 16 que le dio su status de universidad oficial y pública del estado cubano y dotación económica, y posteriormente, la Ley No. 13 de 1951, que ratificó su derecho a ejercer plena autonomía docente y administrativa. Su divisa educacional que aparece en su escudo oficial es: “Ciencia y Conciencia”, la cual significaba que la institución no se ocupaba sólo de las cuestiones científicas, sino también de la formación moral y cívica del alumnado, tradición pedagógica que arrancó con el padre Varela y su discípulo José de la Luz y Caballero. Sus Estatutos elaborados por una comisión mixta integrada por hombres de ideas progresistas y revolucionarias la definen como “…un centro de enseñanza e investigación superiores, destinado al desarrollo de la alta cultura, a la orientación y mejoramiento de los valores cívicos y morales, al progreso de la técnica y a la preparación profesional. Los fines y actuaciones de la Universidad responderán siempre a una elevada función de utilidad social y de servicio al pueblo’’.
Al iniciar su primer curso escolar (1947-1948), la matrícula de la Universidad de Oriente era de 98 alumnos y 30 profesores, no contaba con un local propio, por lo que funcionó de manera provisional en la Escuela Profesional de Comercio (hoy Félix Pena). Entre 1950-1951 y 1955-1956, la matrícula creció en un número de 623 alumnos, excluidos los de la Escuela de Verano; el número de Carreras aumentó de 7 a 10, entre ellas figuraban algunas escuelas de carácter único en Cuba como las de Ingeniería Química Industrial, Ingeniería Mecánica, Ingeniería en Minas, Ingeniería Electrónica y Escuela de Ciencias Económicas, las cuales necesitaban costosos laboratorios e instalaciones, así como técnicos altamente especializados de difícil contratación en Cuba, lo que obligaba a la Universidad a contratar técnicos extranjeros a un alto costo. Además, de desarrollar un vasto plan constructivo.
Desde sus inicios el estudiantado universitario oriental se fue organizando de facto en la Federación Estudiantil de la Universidad de Oriente (FEU-O). Su principal lucha en esos años estuvo dirigida a lograr que se aprobaran las Leyes de oficialización de la Universidad considerada por esta como: “…la conquista más importante que ha tenido el pueblo de Oriente desde la fundación de la República”. Esto no significa que se mantuviera al margen de las luchas estudiantiles de la época, por ejemplo, la conmemoración del 27 de noviembre, que en 1951 estuvo dedicado a la solidaridad con la lucha de los estudiantes venezolanos contra la dictadura de Germán Suárez, donde Vilma canta con la Coral Universitaria. Con el nombre de MAMBISES los estudiantes universitarios orientales ingresaron formalmente a los juegos deportivos estudiantiles, su sello identificativo era el Mambí con machete en ristre montado a caballo. Su Reglamento aprobado en 1950, el artículo 2 expresa:
“Los fines de esta Asociación son: Desarrollar la solidaridad entre los alumnos de la Universidad de Oriente; completar la superación de los mismos en el orden moral, intelectual y físico; cooperar al cumplimiento de las funciones propias de dicha Institución y proteger el desarrollo normal y eficiente de las actividades universitarias de orden interno y externo”.[1] El artículo 3 plantea: “La Federación aspira a mantener las más cordiales relaciones con el profesorado y los funcionarios de la Universidad, ajustando sus actividades a las normas de los Estatutos y disposiciones del Centro”.[2] También se aspiraba a mantener los más estrechos lazos de fraternidad con los demás Centros estudiantiles y con los de cualquier índole cultural. Y el artículo 5: “La Federación se abstendrá radicalmente de toda discriminación racial, religiosa, política, social y sectaria y eludirá toda actividad de partidarismo político”.[3] La FEUO declaró “…su orientación totalmente apolítica, pero interesada siempre por los problemas sociales y por las luchas populares en que se empeñe la ciudadanía de nuestra patria…”
¿Cuáles fueron las principales características de Vilma como estudiante universitaria?
Vilma Lucila Espín y Guillois se graduó de Bachiller en Ciencias en el Instituto de Segunda Enseñanza Santiago (hoy IPU Cuqui Bosch) en 1948, por lo que matriculó la carrera de Ingeniería Química Industrial en la Universidad de Oriente, el 25 de septiembre de ese mismo año. Para entonces ya había cumplido los 18 años de edad[4] resaltando su austeridad, sensibilidad humana y comprensión, sin ningún tipo de barrera por el origen social, racial o religioso; el amor al estudio y a la lectura, a la superación cultural y a la afición por los deportes y la vida en contacto con la naturaleza producto de la educación recibida, primero en el hogar y luego en las escuelas donde cursó sus estudios primarios y secundarios. En su magnífico testimonio nos informa acerca de los inicios de su carrera universitaria, narra lo siguiente:
Cuando yo ingresé [a la Universidad de Oriente] llevaba un año de trabajo, tenía un alumnado pequeño; se estaba gestando la Universidad realmente y teníamos bastantes dificultades […] Los estudiantes y profesores venían a La Habana a batallar para lograr que se oficializara la Universidad […] estuvimos apretados hasta que nos dieron un viejo hospital militar que estaba medio destruido, en el lugar en que está la Universidad actualmente. Hasta ese momento había estado en el local de la Escuela de Comercio y para los de Ingeniería Química era muy difícil trabajar allí […] Montamos las tuberías nosotros mismos –no había ni tuberías de agua ni nada-, y empezamos a improvisar laboratorios. No había campana: sacábamos los gases con tubos par la ventana. Esa fue una etapa de pioneros muy atractiva, muy agradable, que nos permitió comenzar una lucha ahí mismo, iniciándose la Universidad. Fuimos también pioneros en esa carrera que no existía en Cuba hasta entonces. El programa era muy violento, hubo que modificarlo posteriormente, porque en realidad estudiábamos mañana, tarde y noche.
Después vinieron los planes de Extensión Universitaria, cultural, la cosa del deporte obligatorio, ideas que en aquel momento eran muy progresistas comparadas, por ejemplo, con la Universidad de La Habana. El ambiente era el de una Universidad muy diferente, de concepciones avanzadas.[5]
Vilma se destacó en la Coral Universitaria dirigida por el italiano Juan Viccini. También pertenecía al grupo de danza, ya que desde pequeña, estudió ballet, se destacaba además en el deporte, era la capitana del equipo de voleibol de la Universidad de Oriente. Asela de los Santos, estudiante de la carrera de Pedagogía y compañera de estudios recuerda que ella era “alegre, le gustaba el ballet, y al mismo tiempo el carnaval. Tenía una voz espléndida; era solista de la coral universitaria. Pero le gustaba también el deporte: era la jefa del grupo de voleibolistas de la universidad. Ella se convirtió en un ejemplo, en un modelo para sus compañeros.
Nos hicimos muy amigas porque pensábamos igual en muchas cosas. Pensábamos que las personas valían por sus valores, no por la posición económica y social que tuvieran […]. Eso nos unió mucho. Íbamos al cine, salíamos de compras. La posición social de ella le permitía ir a los clubes más selectos, pero ella nunca iba a esas actividades. Le gustaba estudiar; era muy estudiosa. Cogió la carrera de ingeniería porque en el programa había una gran carga de Matemática; disfrutaba resolver problemas”.
La Universidad de Oriente fue el lugar donde Vilma se convirtió en revolucionaria. En su formación integral tuvo mucho que ver la calidad de la labor docente educativa realizada por los profesores, algunos de ellos, intelectuales de izquierda con ideas antifascistas, democráticas y comunistas, quienes contribuyeron notablemente al propósito de cumplir en la práctica su filosofía educacional. Como expresara el expresidente de la FEUO, Jorge Ibarra Cuesta, acerca de su positiva influencia: “…infundir en el alumnado la inquietud por la tragedia social que vivimos […] Sus esfuerzos no tendieron a ofrecer soluciones, sino a plantear la realidad brutal y descarnada. El alumno ha sido asimilado por este proceso pedagógico al proceso de la creación de la ciencia y la conciencia”. Vilma los recuerda de la manera siguiente:
Posteriormente, vinieron profesores como José Luis Galbe […] López Rendueles, Chabás, Almendros, Griñán, Portuondo, una serie de profesores que ayudaron mucho a darle un carácter progresista a la Universidad. […]
Como ocurrió con otros jóvenes de su generación, dos hechos políticos influyeron decisivamente en el cambio radical que experimentó su vida, uno de ellos fue la asonada militar ocurrida el 10 de marzo de 1952.
Al amanecer de ese día, comenzaron a circular por la ciudad los rumores de golpe de Estado en la capital, los cuales no tardaron en ganar los predios del recinto universitario. A las once de la mañana y previa citación, se efectuó una sesión extraordinaria del Consejo Universitario, con la participación de los directivos de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Oriente. Se tomaron los acuerdos siguientes:
- Nombrar una Comisión conjunta para que redacte una declaración pública en la que se fijen los principios sustentados por la Universidad de Oriente, la cual estaría integrada por los doctores Cañas Abril y Martínez Arango por el Consejo, y el alumno Wilfredo Rodríguez, por la Federación de Estudiantes universitarios.
- Que una Comisión del Consejo asista a la reunión convocada por entidades cívicas, designándose al Rector Salcines, al doctor León Bizet, al doctor Pujals Fernández, al Ingeniero Vázquez A y al doctor Figueroa Araujo, en unión de los alumnos asistentes a esta reunión.
- Declarar en sesión permanente al Consejo universitario y a la FEUO
- Conceder el voto de confianza al Sr. Director del Dpto. de Publicidad y Actividades Sociales, doctor Figueroa Araujo, para establecer contactos con las diversas dependencias del estado en esta ciudad, a fin de tener informado al Consejo, acerca del desenvolvimiento de los hechos y que este resuelva según lo tenga por conveniente y aconsejen las circunstancias.
- Comunicarse de inmediato con la Universidad de La Habana, para actuar conjuntamente, si ello es factible.
- Citar el Claustro de Profesores General de este Centro para las 5.00 pm de este día, a fin de informarle acerca de los acontecimientos nacionales y que por el mismo se considere y resuelva lo pertinente.
A las cinco de la tarde se efectuó el Claustro General de Profesores de la Universidad de Oriente, pero a esa hora ya se había consumado el golpe en todo el país y en el cuartel Moncada, el capitán Alberto del Río Chaviano había asumido el mando del Regimiento No. 1 “Antonio Maceo”, haciendo declaraciones a favor de la Junta Golpista. El Rector Salcines dio a conocer el documento redactado por el Consejo, en el que se fijaron los principios de la Universidad de Oriente aprobado por unanimidad que en algunas de sus partes expresaba:
Todo movimiento de fuerza que constituya una violación de los principios constitucionales de la república, sin que exista una situación de dictadura o de opresión que impida el libre ejercicio de los Derechos Ciudadanos, es un atentado criminal contra los principios de libertada y democracia sobre los que se asienta la estructura básica del estado Cubano (…) En consecuencia, la Universidad de Oriente se pronuncia con toda energía contra la sedición militar que se dice perpetrada en la ciudad de La Habana.[6]
El Claustro General se solidarizó con las declaraciones expresadas y sus consecuencias, acordando que el documento se firmara por los presentes que quisieran hacerlo, con carácter voluntario. Todos los presentes lo suscribieron. Asimismo, acordó proponer al Consejo la suspensión de clases por un término de 48 horas, y que se mantuvieran en activo las oficinas de la Universidad. Para el caso de que se intentara ocupar el centro por la fuerza pública, deberían cerrarse las puertas y dejar que las rompan sin resistir por la fuerza, aunque haciendo saber el derecho que tenía el centro de mantener en su recinto la actitud que estime conveniente, en uso de la autonomía que le ha sido concedida por Ley de la República. Se acordó por unanimidad, conceder al Consejo voto de confianza para la solución de cuantos asuntos se presentaran y que el Claustro General se mantuviera en sesión permanente y continuar en sesión a las 11 de la mañana del próximo día.
El periódico de la tarde, Oriente, publicó en sus páginas una nota de protesta de la Universidad de Oriente en una de cuyas partes se expresaba:
El 10 de marzo pasará a nuestra Historia Patria como fecha luctuosa en la que un hombre ambicioso de poder, apoyándose en la fuerza bruta, da al traste con la paz de la ciudadanía cubana, destruyendo el gobierno legítimamente constituido de nuestra nación.[7]
La Universidad de Oriente fue “El primer organismo en Cuba que protestó, en documento oficial, contra el golpe del 10 de marzo fue la Universidad de Oriente […] a unas pocas horas después de consumado el hecho”.[8] Vilma que cursaba el cuarto año de su carrera recordó la actuación estudiantil ante los sucesos:
Recuerdo que ese día, poco después de las siete de la mañana, llegó a alguien y dijo: ” Oigan, dicen que Batista dio un golpe de Estado”. El profesor que teníamos en aquel momento tenía un hermano postulado para Representante y dijo: “Si eso es verdad aquí hay que alzarse”.
“Y a mí me pareció la cosa mejor del mundo aquello que había dicho el hombre. Yo creí que lo había dicho muy en serio y ahí mismo decidí que había que alzarse. Y entonces empecé a dar unos brincos altísimos de la felicidad que me produjo la idea de alzarnos. En realidad una siempre había tenido unos anhelos muy románticos de poder participar en luchas heroicas […] quería en ese mismo momento agarrar los fusiles e ir a pelear.
(…)
Salimos hacia el centro de Santiago y fuimos al parque Céspedes; dondequiera se hicieron mítines-relámpago, la gente se arremolinaba y hablaban los politiqueros de entonces. [9]
En horas de la tarde un grupo de estudiantes de la Universidad de Oriente planeaban la primera acción de propaganda clandestina en Santiago de Cuba y en Cuba inmediatamente después del golpe. Entre los integrantes del grupo estaban Vilma y Nilsa Espín, Asela de los Santos y otros compañeros. De esa reunión salió la primera proclama que se redactó en la Universidad de Oriente, contra Batista, y resultó también el momento en que se nucleó un grupo de compañeros […] Este grupo comenzó inmediatamente a realizar actividades revolucionarias de manera espontánea, como producir y distribuir proclamas, pero ya organizadamente, en forma muy planeada y bien pensada.[10]
Las fuerzas del Ejército comenzaron a merodear por la Universidad. Vilma Espín lo ha recordado de esta forma:
…yo me sentía tan furiosa que me puse a provocar a los guardias y a decirles cosas. Un grupo de compañeros preparó barricadas con unos sacos de cemento de la construcciones que estaban haciendo detrás y colocamos altavoces con unos discos del poema de Guillén “No sé porque piensas tú soldado que te odio yo”. Allí estaba el grupo de gente más progresista y combativa de la Universidad, todo el mundo indignado, con los soldados allí abajo y lanzando discursos y consignas el día entero. El Consejo Universitario estaba reunido arriba cuando llegaron de momento unos guardias. Asela de los Santos y yo estábamos solas, sentadas abajo, y los guardias entraron con una cara de pena y de susto, los pobres, y nosotras enseguida de frescas, molestas porque habían pisado el suelo universitario: “¿Y usted qué quiere?”, y nos pusimos a discutir, y entonces avisaron que yo estaba peleando con una guardia –mentira, yo estaba discutiendo con aquel hombre- pero el Consejo en pleno bajó la escalera corriendo, y en definitiva el guardia, que era un pobre infeliz, quedó tan asustado que se fue para abajo otra vez y no pasó nada, pero en realidad ya empezaba la cuestión de qué hacer, la actitud de rebeldía.[11]
A las once de la mañana del 11 de marzo se reanudó el Claustro General, con la misma asistencia del día anterior, más la incorporación de otros profesores y una delegación de la FEUO, Ojea, en nombre de la FEUO, expresó que dicho organismo está dispuesto a luchar hasta el fin con el objeto de liquidar la dictadura. Sabourin considera que hay dos cosas a contemplar: aceptar o no aceptar los hechos. En el primer caso, nos impondrán nuevas condiciones y nos someterán, en el segundo caso, sólo queda un camino, resistir pasivamente en la forma, aunque manteniendo la mayor actividad posible y en contacto con todos los sectores de opinión de la Nación. El Claustro General por unanimidad acordó lo siguiente:
1. Ratificar en todas sus partes la Declaración Pública formulada en el día de ayer y en la cual se enjuiciaba lo situación de facto impuesta en la Noción y se pronuncia con toda energía contra la mediación militar que la ha creado.
2. Suspender las actividades docentes ordinarias, sin recesar en las otras, hasta tanto sean restauradas las garantías constitucionales, que considera como requisito mínimo para el desenvolvimiento de aquellos.
3. Exigir el más absoluto respeto a la autonomía universitaria y, por lo tanto, a la inviolabilidad del recinto universitario.
4. Iniciar, tan pronto las condiciones lo permitan, un movimiento de opinión que tienda a devolver o nuestra patria el ejercicio formal del poder civil, cumpliendo así, el deber fundamental e indeclinable que como centro de alta cultura le es inherente de formar ciudadanos en una patria libre. [12]
Además de publicar dicha declaración de principios.[13]
En la tarde del martes 11 de marzo, fueron detenidos y puestos en libertad inmediatamente, varios estudiantes de la Universidad de Oriente, por repartir unas “hojas sueltas” elaboradas el día anterior por las calles de la ciudad, en las cuales se expresaba su rechazo al golpe de Estado. Algunos días después, el mismo grupo de estudiantes universitarios distribuyó su segunda proclama que de acuerdo con el testimonio de Vilma “… en que se utilizaban unos versos patrióticos de Heredia, agregándoles unos comentarios sobre la situación del momento y una frase de exhortación a la lucha. Aquello no tenía gran contenido político, pero sí mucha rebeldía […] En definitiva las primeras luchas fueron de este tipo: tirar panfletos a escondidas con ayuda de los bedeles”. [14] Una nueva proclama se hizo pública en la noche del 13 de abril, simultáneamente, en cuatro cines de la ciudad: Aguilera, Cuba, Oriente y Rialto. mientras se proyectaba una película estudiantes de la Universidad de Oriente, lanzaron al aire numerosos volantes con el título: Alocución a nuestro pueblo. Proclama número 3, y firmada por un Comité Estudiantil Oriental. En su texto se condenaba la violación de la Constitución de la República por los que “estremecidos por la fiebre de poder, no han reparado en nada para llegar a él”. También advertía: “Pueblo cubano: empezarás a sentir los estragos de un gobierno de fusil y bayoneta”. Y enseguida exhortaba: “Pueblo: no dudes de tu valor y adelante”. Los preparativos se realizaron en la casa de Vilma Espín.[15]
La FEUO y la Federación Local de Centros de Segunda Enseñanza (FLCSE), en reunión conjunta, adoptaron el acuerdo “de mantenerse en huelga hasta el jueves de la presente semana, haciendo patente y firme. El 17 de marzo, la FEUO volvió a patentizar esta posición. Ambas organizaciones se sumaron a las acciones de repulsa en contra de los Estatutos Constitucionales del 4 de abril como fueron: Jura de la Constitución de 1940 y la Invasión Constitucional de Oriente a Mantua, que se inició por la universidad oriental. Vilma valoró el significado del 10 de marzo para su formación política y revolucionaria de la manera siguiente:
Cuando el 10 de marzo, en lo personal, podría decir que yo tenía muy poca preparación política, estaba muy poco consciente de la situación del país […] En realidad tenía una posición muy escéptica, muy poca clara de que pudiéramos hacer algo, salvo alguna contribución mía al desarrollo tecnológico del país, derivada de mi carrera.
…yo creo que puedo agradecerle a Batista que ese mismo día sí fue una cosa para mí explosiva. Sin tener mucha conciencia de qué cosa estaba pasando en el mundo, sí adquirí una decisión total de acabar con eso que estaba pasando. Me parecía hasta prácticamente una ofensa personal aquello de violar incluso hasta las vías legales de la democracia “representativa”, eso me pareció ya el colmo […] posiblemente me creó, ya de verdad, un espíritu de rebeldía.[16]
Esa actitud le valió a la universidad una política hostil del gobierno de facto caracterizada por constantes agresiones. La Universidad de Oriente tuvo que defenderse de los intentos de eliminar la autonomía de las universidades de Oriente y Marta Abreu de Las Villas. La reacción entre los directivos, profesores y estudiantes de las tres universidades oficiales no se hizo esperar, se conformó un bloque monolítico en defensa de la legitimidad de la autonomía universitaria considerada como “única e indivisible”, por lo que un ataque a la misma en cualquiera de ellas, constituiría una violación intolerable a esa institución universal, “…si la dictadura de Batista quiere sangra estudiantil, el estudiantado de Oriente, Las Villas y La Habana, sabrá hacer más extenso ese martirologio, defendiendo la autonomía de las universidades”, obligando a la dictadura a modificar sus proyectos, aunque condicionando la designación de los profesores a la supervisión del Estado.
Vilma estuvo presente en las actividades realizadas en la Universidad de Oriente para conmemorar el centenario del natalicio de José Martí en enero de 1953. El 23 vio la luz el periódico El Mambí, órgano oficial de la FEU-O, dedicado a honrar su memoria. Los estudiantes abogaban por hacer del Apóstol “un Martí vivo y en acción”. Asimismo, participó en el entierro simbólico que se hizo en Santiago de Cuba por la muerte del estudiante universitario Rubén Batista Rubio, que fue convertido en un campo de batalla. Después de eso, empiezan a buscar la manera de conspirar mejor y se incorporó junto con su hermana Nilsa, también estudiante de la universidad, al Movimiento Nacional Revolucionario, MNR, fundado por el profesor Rafael García Bárcenas cuyo programa se orientaba hacia una revolución nacionalista y socialista.
El otro hecho capital en su formación revolucionaria fue el ataque a los cuarteles Moncada y Céspedes el 26 de julio de 1953 en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente. Sobre lo ocurrido ese día recuerda que en su casa se sintieron los tiros como si fuera en el patio, se levantó de la cama dando brincos y gritando que habían atacado el Moncada. Al día siguiente, fueron para la Universidad y junto con Asela de los Santos decidieron ir para el cuartel y averiguar lo que realmente había ocurrido.
Desde esa misma tarde se inició en toda la provincia oriental un movimiento de solidaridad con los participantes que se encontraban heridos o huyendo de la represión. En casa de Vilma fue escondido Severino Rosell y también prestaron ayuda a los que se encontraban escondidos en el hospital de La Colonia Española. Acerca del significado de estos hechos señala:
Hay que destacar después del Moncada, lo importante que fue para nosotros, el impacto tremendo que causó La historia me absolverá. Fue algo que nos dio la garantía de una cosa nueva. Recuerdo que estaba en el Laboratorio cuando me dieron un ejemplar y lo leí ahí mismo, de un tirón. Estábamos todos fascinados, se hablaba un lenguaje nuevo […] era un programa avanzado y atractivo para la juventud. Fidel aún estaba en Isla de Pinos pero nos identificamos completamente con él y con sus objetivos.[17]
Con la entrada a la Escuela de Educación de la Universidad de Oriente de Frank País García y Pepito Tey, para estudiar la carrera de Pedagogía, y su ascenso posterior a la dirección de la FEUO, se incrementó la participación de ese organismo estudiantil en la lucha antibatistiana: fortalecer la unidad del sector en todos sus niveles, así como los vínculos con la clase obrera y campesina, restituir la Constitución de 1940 y el establecimiento de un sistema verdaderamente democrático, fueron las proyecciones de trabajo de la nueva dirigencia estudiantil universitaria. En consecuencia la FEUO promovió y apoyó la realización del Primer Fórum Azucarero Nacional, que se manifestó contrario a la implantación por el gobierno de los embarques de azúcar a granel y el despido compensado, y donde Vilma presentó una ponencia relacionada con las investigaciones que realizaba bajo la tutela del doctor Julio López Rendueles, republicano español exiliado en Cuba y comunista; la continuidad de la Escuela Obrera “Rafael María Mendive”; la celebración conjunta del Día Internacional de los Trabajadores, entre otras acciones.
El 7 de diciembre las organizaciones estudiantiles encabezaron una manifestación que partió de la Escuela Normal hasta la casa de Los Maceo, los jóvenes gritaban consignas tales como: ¡abajo el chacal Chaviano!, ¡ Díaz Tamayo, Diez x Uno!, ¡Abajo Batista!; la cual fue interceptada y reprimida por la policía y el ejército con un saldo de varios estudiantes detenidos y lesionados. Un pequeño grupo de ellos integrado por las hermanas Guillois, Arnoldo Menéndez Tomassevich y Amado Gutiérrez Cabezas, pudo llegar hasta el glorioso lugar y dejar constancia del homenaje estudiantil al Mayor General Antonio Maceo.A principios de 1954, los estudiantes de todo el país realizaron un movimiento de protesta a favor de Abelardo Crespo, en el que participaron también los estudiantes santiagueros. Las hermanas Guillois, en carta pública abogaron para que no lo enviaran al presidio junto a sus compañeros, sino al hospital Calixto García, por encontrarse afectado debido a la herida sufrida en el Moncada; este reclamo no fue escuchado por el dictador. La lucha por la amnistía de los presos políticos y de los Moncadistas en especial, sería una de las principales direcciones de lucha del movimiento estudiantil.
Durante una visita del Dr. Armando Hart a la ciudad, se reestructuró el Ejecutivo del MNR quedando de la siguiente forma: Rafael Dujarrí, organizador; Frank País, acción; Vilma Espín, propaganda; Jorge Ibarra, estudiantil; y María Antonia Figueroa, finanzas. Después eso, desaparece la dirección del MNR, y el grupo que quedó aquí en Santiago sería el germen de Acción Revolucionaria Oriental, fundada por Frank a fines de ese año, con ideas muy concretas de acción y sobre todo, prepararse para un alzamiento armado, y más tarde del MR 26-7 en Oriente.
El
14 de julio de ese año, Vilma venció su último examen en la Universidad de
Oriente, recibiéndose de Ingeniera Química Industrial, una de las dos primeras
mujeres que en Cuba alcanzaban ese título, terminando su vida como estudiante,
pero no su vinculación con la Universidad ni el movimiento revolucionario. Inmediatamente después cumplió con lo prometido al padre
de hacer un postgraduado, en septiembre de ese año, en una universidad de
Estados Unidos. Allí fue contactada para que a su regreso trajera una
documentación y orientaciones del jefe del Movimiento 26 de julio para Frank
País, de quien se convirtió en una cercana y fiel colaboradora.
[1] Lidia Sánchez Fujichiro: Crónica de la FEUO. Anexo
[2] Ibídem
[3] Ibídem.
[4] Nació el 7 de abril de 1930 en la ciudad de Santiago de Cuba, Oriente. Sus padres José Espín y Margarita Guillois se distinguían por la solidez de sus valores éticos que orientaron la formación de sus seis hijos: Liliana, Vilma, Nilsa, Iván, Sonia y José Alejandro.
[5] Deborah, citado en Una revolución que comienza, p. 52
[6] Acuerdo No. 227, en Libro de Actas del CU desde el 14 de febrero al 5 de noviembre de 1952. Archivo de la Secretaría General de la Universidad de Oriente.
[7] Citado por Lupiáñez, ob. Cit. p. 27
[8] Además, el primer organismo que en Santiago de Cuba fue rodeado por la tropa, fue la Universidad de Oriente […] Recuerdo la frase que se dijo entonces cuando un oficial dice: “Es que nos han llamado por teléfono diciendo que aquí va a haber dificultades”. Ya comenzamos bajo el régimen de sospecha. El oficial se molestó, pero no hicieron otra cosa puesto que la Universidad tenía realmente prestigio en esa época”.Entrevista de León Bizet a Nils y Bertha Castillo. Archivo histórico de la Universidad de Oriente.
[9] Testimonio publicado en Una revolución que comienza Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 1983, que a su vez fue tomado de revista Santiago, número 18-19, junio-septiembre de 1975, p. 53
[10] “Tía Rosa está grave”, en Santiago, revista de la Universidad de Oriente, no. 18-19, junio-septiembre de 1975, pp. 277-278, citado por Poveda: Propaganda y revolución en Santiago de Cuba 1952-1958, p. 129
[11] Citado por Una revolución que comienza, p. 54, en Revista Santiago, no. 18-19, junio-sept de 1975,
[12] Acuerdo no. 227. Libro de actas del Claustro General desde el 14 de febrero al 5 de noviembre de 1952. Archivo de la Secretaría General de la Universidad de Oriente.
[13] Declaración de la Universidad de Oriente al Pueblo de Cuba. 10 de marzo de 1952 en archivo FEUO. También, en Bohemia, no. 12, La Habana, 23 de marzo de 1952. pp. 80-81. Citado por Lupiáñez, ob. Cit., p 28
[14] “Deborah” en Santiago, pp. 61-62, citado por Poveda, ibídem
[15] Poveda: Propaganda y Revolución en Santiago de Cuba, p. 130-131..
[16] Deborah, en Una revolución que comienza, p. 53
[17] Deborah, ob. Cit. p. 59
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