Por: Yosnaida Ramírez Ramos (Estudiante de Periodismo)
Indudablemente la llegada del Internet, no solamente implicó un adelanto tecnológico con imposiciones naturales sobre el periodismo tradicional que se venía desarrollando; sino que fue acogido en planos mundiales, desde la sociedad hasta los medios de comunicación.
Implantó un nuevo lenguaje, novedosas formas narrativas y maneras de hacer un periodismo superando las barreras de lo tradicional, en este, el lector o consumidor mediático de las noticias que se difunden en las redes sociales suplantadas al sistema de Internet, tienen la posibilidad de aportar su opinión y generar nuevos temas de interés.
A través de la exposición de sus ideas en los comentarios realizados a lo que consumen en las redes, se vuelven internautas activos. Los principales prosumidores de nuestros tiempos son jóvenes.
A pesar de no ser profesionales en comunicación son capaces de entender, analizar y generar nuevas temáticas a través de su mirada crítica y valorativa, visualizada por todo el que esté conectado a la red.
El usuario va dejando de ser un ciudadano pasivo, y participa activamente en las redes sociales acogiéndose a las nuevas prácticas para el consumo e interacción entre los prosumidores.
Este ciudadano mediático va adquiriendo habilidades en el nivel de búsquedas a medida que interactúa en redes, sabe lo que es de su interés, es más certero en sus opiniones, contrasta fuentes y crean sus propios blogs, videos para youtube o podcast en los cuales manifiestan su posición ante cualquier noticia que suponen estas herramientas.
Los modos de producción, distribución, acceso, recepción y uso de los bienes culturales son transformados por las novedosas plataformas digitales y le concede, a su vez, la activa participación y visualización de los internautas que en ellas participan, como resultado de los productos creativos que estos pueden subir a las redes.
Según Néstor García Canclini (2019) “las formas de participar en la producción de programas, de producir datos sobre audiencias e interactuar entre emisores y receptores o entre receptores y usuarios han cambiado lo suficiente como para que esta reorganización del poder sea más que una simple continuación de la época controlada por las industrias comunicacionales masivas”.
Precisamente, por las condiciones que propicia o implanta la globalización digital se van acrecentando los retos, y ya no existen simples emisores porque la retroalimentación e interacción en las redes los convierte al mismo tiempo en receptores de las críticas y opiniones de los usuarios.
Ante una situación tan convulsa, debemos replantearnos concepciones olvidadas, retomar antiguos hábitos de lecturas, ser más palpable ante la realidad objetiva y sobre todo, hacer correcto uso de las redes sociales.
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