La constitución del primer Gobierno de la Revolución

La constitución, en el momento oportuno, de un gobierno provisional que funcionaría en las zonas liberadas por el Ejército Rebelde, estuvo en el centro de la estrategia de lucha de la dirección del Movimiento 26 de Julio, lo que posibilitaría restablecer la legalidad, quebrantada en el país con el golpe militar del 10 de marzo de 1952, y para poner en vigor la Constitución de 1940, a la cual se apegó en ese entonces la dirección de la Revolución.

Para dar cumplimiento a este objetivo fue propuesto como candidato a la presidencia el Dr. Manuel Urrutia Lleó, quien debía jurar el cargo de Presidente Provisional en el histórico poblado de Baire, en días los posteriores a la reunión de la Rinconada, Palma Soriano, efectuada 18 de diciembre de 1958.

El Juramento, sin embargo, no llegó efectuarse en la fecha prevista. Se precipitaron los acontecimientos, y el tiranó huyó en la madrugada del 1ro. de enero de 1959, lo cual condicionó la entrada de las fuerzas del Ejército Rebelde a la ciudad de Santiago de Cuba.

Se evaluó entonces, nuevamente, la necesidad de crear el Gobierno provisional. Entre todas las propuestas realizadas para acoger este acontecimiento, se toma la de la Universidad, por lo que había significado la rebeldía del estudiantado universitario en el enfrentamiento a la tiranía batistiana.

La Biblioteca era, además, el sitio en el que la Universidad realizaba sus actos solemnes. Desde 1952, esa institución llevaba el nombre de Francisco Martínez Anaya.

Se le engalanó para el Acto de Constitución del Gobierno Provisional con las 21 banderas de las Repúblicas Americanas. A sus puertas, el Ejército Rebelde se apostó convenientemente. La actividad dio inicio a las cinco de la tarde.

En el acto estuvo presente, en representación de la Casa de Altos Estudios, el Dr. Alberto Dubois Guernica, rector en funciones; y, a nombre del Jefe de la Revolución y de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio, el Dr. Armando Hart Dávalos, quien además fue el orador principal de la cita. Se encontraban junto a él otros combatientes, como Vilma Espín Guillois, Carlos Franco y Marcelo Fernández, así como Carlos Iglesias, representante del Ejército Rebelde. En el acto se encontraban también representantes haitianos, de Venezuela y República Dominicana.

El primer acuerdo, fue honrar la memoria del Apóstol José Martí, en el Cementerio de Santa Ifigenia. Urrutia, que había jurado y tomado posesión de la Primera Magistratura de la Nación el día primero a las once de la noche, ante el pueblo en armas, congregado en el Parque Céspedes para escuchar las primeras palabras de Fidel tras el triunfo de la Revolución; en ejercicio de las facultades de que fue investido dispuso convocar, en la Biblioteca Francisco Martínez Anaya, a los señores Roberto Agramonte Pichardo, Ángel Fernández Rodriguez, Julio Martínez Páez, Faustino Pérez Hernández y Luis M. Buch Rodríguez.

Otros ministros y dirigentes nombrados en sus cargos ese día, fueron: Coronel José Rego Rubido, Jefe del Estado Mayor del Ejército; Comandante Gaspar Brooks, Jefe de la Marina de Guerra; Comandante Efigenio Amejeiras Delgado, Jefe de la Policía Nacional Revolucionaria; Dr. Emilio Menéndez, Presidente del Tribunal Supremo; Dr. Felipe L. Luaces Sebrango, Fiscal del Tribunal Supremo; Dr. Raúl Cepero Bonilla, Ministro de Comercio y Dr. Manuel Fernández García, Ministro del Trabajo.

Con el Acto, se legalizó la toma del poder alcanzado por el triunfo de las armas del Ejército Rebelde y la lucha de todo el pueblo cubano. La Universidad de Oriente tiene el mérito histórico de haber sido el lugar escogido para ese acontecimiento.

Otros acuerdos adoptados fueron:

Primero: Considerando los altos merecimientos del doctor Fidel Castro Ruz, al servicio de la Patria como Jefe de la Revolución que ha derrocado el régimen tiránico instaurado el día 10 de marzo de 1952, nombrarlo Comandante en Jefe de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire de la República.

Segundo: Ante el deber ineludible de resolver la situación que plantea la necesidad de proveer el ejercicio de la potestad legislativa que corresponde al Congreso de la República, según la Constitución de 1940, declarar cesantes en sus cargos a las personas que detentaban, respectivamente, la Presidencia de la República y las funciones legislativas; declarar, asimismo, disuelto el Congreso de la República, cuyas funciones asumirá el Consejo de Ministros; y cesantes, a los gobernadores, alcaldes y concejales; y que así se publique por medio de la proclama correspondiente en la Gaceta Oficial de la República de Cuba.

Tercero: Ante la necesidad de fijar la norma fundamental estructuradora del estado de derecho que caracterizará el desenvolvimiento del Gobierno y de la nación, reafirmar la vigencia de la Constitución de 1940, tal como regía en la fecha nefasta de la usurpación del poder público por el tirano, sin perjuicio de las modificaciones que de ella acuerde el Gobierno Provisional para viabilizar el cumplimiento de los postulados de la Revolución hasta la promulgación de la Ley Fundamental.

Cuarto: Que hasta tanto el Gobierno Provisional se traslade a la ciudad de La Habana, esta ciudad Santiago de Cuba sea la Capital provisional de la República, como homenaje de reconocimiento a su abnegación y heroísmo en la lucha gloriosamente terminada.

Quinto: A reserva de firmar los oportunos Decretos y disponer su publicación en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, nombrar a los señores Roberto Agramonte Pichardo, Ministro de Estado; Ángel Fernández Rodriguez, Ministro de Justicia; Julio Martínez Páez, Ministro de Salubridad; Faustino Pérez Hernández, Ministro de Recuperación de Bienes Malversados, cuyo Ministerio se dejó creado a reserva de dictar la Ley y los Reglamentos que determinen sus funciones dentro de la organización del Consejo de Ministros; y Luis M. Buch Rodríguez, Secretario de la Presidencia y del Consejo de Ministros.

Los Ministros designados aceptaron sus cargos, juraron ante el pueblo en el Salón de la Biblioteca de la Universidad de Oriente y tomaron posesión de los mismos. El ultimo acuerdo de aquella jornada fue que en todos los actos y documentos oficiales se identificase aquel histórico 1959, como “Año de la Liberación”.

Fuente: Acta de Constitución del Gobierno Revolucionario. Libro de Actas No. 1. del Consejo de Ministros, pp 2-4. Archivo del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de la República de Cuba.