Por: Cesia Massip Martínez (estudiante de Periodismo)
Con el otorgamiento de una nueva categoría profesional aumenta el nivel de responsabilidad; los nervios invaden al reconocer el compromiso mayor, no solo personal, sino también vocacional.
“Se supone que si tienes la mayor posición educacional te enfrentas a un mayor reto, además que teniendo esa categoría sabes que desde el punto de vista profesional docente tienes el máximo rango que es doctor y la máxima categoría como docente que es la de Profesor Titular”, así afirmó la Dra. C. Alina González Marañón, quien se desempeña en estos momentos como profesora principal del primer año académico de la carrera de Ciencias Farmacéuticas, y dentro de unos días, desempeñará la labor de vicedecana docente de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas.
La misma recibió la categoría de Profesora Titular este 23 de junio en el acto de entrega de Títulos de Profesor Titular y Profesor Auxiliar, celebrado en el Salón 70 Aniversario de la Universidad de Oriente. Este logro suyo y de muchos, se inscribe en el contexto de los festejos por el 75 aniversario de nuestra Alma Máter oriental.
Dentro de sus palabras sostuvo la idea: “sé que es un nuevo reto porque también se puede pasar a ocupar mayores responsabilidades, tener cargos de dirección sobre todo a nivel de departamento, facultad e incluso a nivel de Universidad”.
Pero aún así ella sabe que es un orgullo, pues podemos afirmar que está mejor formada docentemente para enfrentar todo el proceso de formación a los estudiantes. Pero reconoce que hay un reto importante con los jóvenes, no es nuevo a la verdad, pero sabiendo que ahora es más complejo formar y reforzar valores.
El vital que desde este mismo instante dedicará mucho más tiempo y esfuerzo al compromiso revolucionario, que es el compromiso con la Patria y la responsabilidad que asume con ella. Además debemos destacar la obligación ciudadana sobre todo a la hora de ejercer el derecho de quejas, peticiones y a formular críticas que siempre debe comprender el compromiso a participar en las soluciones a los problemas, destacando la tarea que tiene como profesional, comprometida con el desarrollo local y del país.
Sintiendo por el magisterio, desempeña su labor desde el año 1996; trabajando en un centro de investigación de Toxicología y Biomedicina, aunque radicaba en ese instituto, ya ella prestaba servicios como profesora adjunta en la Universidad. No es hasta el 2002 que formar parte de dicho claustro.
Concientizando su condición de superación, expresaba que toda categoría docente que el profesor alcanza tiene un período. Cada 5 años debe pasar por el proceso de presentarse ante un tribunal para revisar si sus requisitos alcanzados le permiten seguir ejerciendo esa categoría o no. En un deber el ampliar aún más su intelecto, superándose y cumpliendo con las metas y los objetivos que aumentan. Es constante la superación, el trabajo en la investigación, la dirección de trabajos de diplomas, tesis de maestrías y doctorado, para así poder seguir ratificando a su tiempo esta categoría.
Procediendo de una familia que ha dedicado toda su vida al magisterio, con sus abuelos maestros, directores de centros escolares y hasta rectores de la universidad, al igual que su tío, el cual se desempeñó en la rectoría en el período de sus estudios, y sus padres también son profesores universitarios; su esposo al igual que su hija mayor y ella, todos pertenecen a esta hermosa profesión.
“Es hereditario, nos gusta nuestra profesión, enseñar lo que sabemos a la nueva generación, formarlos y sobre cualquier cosa dar todo lo que sé a mis nuevos estudiantes, amo lo que hago”, así coronó nuestro encuentro. Y con esa ferviente pasión en sus últimas palabras demostraba el mayor sentimiento que se puede sentir por lo que se ejerce: el amor. Convirtiéndose en un ejemplo de orgullo hacia su superación profesional y devoción por su trabajo. Concluyó nuestro encuentro, con el mayor placer de saber que existen personas con tal conocimiento capaz de darlo en el magisterio.
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