Por: MS.c Ángel Taboada Salmerón
El 10 de enero de 1929, sicarios al servicio del tirano Gerardo Machado, cegaron la vida del líder estudiantil y antimperialista Julio Antonio Mella, lo que impidió que se malogrará, su acariciado sueño de escribir un libro sobre José Martí.
La presencia del ideario patriótico, revolucionario y humanista de José Martí, caló profundamente en Julio Antonio Mella, quizás el primero de su generación en comprender con más claridad la impostergable e inaplazable necesidad de revalorizar la personalidad del Apóstol de la independencia de Cuba.
Sarah Pascual, amiga de Mella y profesora de la Universidad Popular José Martí, le escribe una biografía donde reconoce que “Mella era un devoto de Martí, puede afirmarse que el ideario de Martí fue parte sustancial de sus ideas”.
El estudio de la vida y obra revolucionaria de Julio Antonio Mella, genera la más cabal comprensión de cuan profunda fue la huella martiana en los órdenes ideológico y teórico.
La interpretación de la realidad de una República desgobernada como consecuencia de su conexión artificial con los círculos de poder de los Estados Unidos, le fue posible al enfocar su fecundo intelecto a la crítica de las relaciones de dominación prohijadas por la Enmienda Platt y a un ambiente de corrupción política y social que consideró discordante con la eticidad del proyecto republicano de José Martí.
En el acto fundacional del Primer Partido Comunista de Cuba, José Martí está presente en el Programa de los comunistas cubanos. “Con la enseñanza de Lenin se dice en el órgano de prensa del Partido “Lucha de Clases”, haremos realidad el postulado ideológico de Martí adaptado al momento histórico: Con todos y para el bien de todos”
En 1926 escribe Glosas al pensamiento de José Martí donde revela una coherente identificación con el pensamiento y praxis del Maestro. En este trabajo el líder antimperialista pone al desnudo la incompatibilidad entre la aspiración martiana de una Cuba con toda la justicia conquistada y la República cercenada por la dominación neocolonial norteamericana.
“Hace mucho tiempo que llevo en el pensamiento un libro sobre José Martí, libro que anhelaría poner en letras de imprenta. Puedo decir que ya está ese libro en mi memoria. Tanto lo he pensado, tanto lo he amado, que me parece un viejo libro leído en la adolescencia. Dos cosas han impedido realizar el ensueño. Primero: la falta de tiempo para las cosas del pensamiento. Se vive una época que hace considerar todo el tiempo corto para HACER.”
Se devela en Mella además, su indignación ante tanta ignominia, a la degradación que sufre el legado de Martí por la actitud traidora, hipócrita y canallesca de aquellos que nacidos en Cuba contribuían a su tiranización. A esos malos cubanos, que sería como decir también anti martianos había que anularlos y esa misión correspondería indefectiblemente a “una voz de la nueva generación “
La generación de Mella, tuvo continuidad en la de Fidel cuya obra redentora, se inspiró en aquella convicción expresada tras el golpe de estado de Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952, “Cubanos: Hay tirano otra vez, pero habrá otra vez Mellas, Trejos y Guiteras. Hay opresión en la patria, pero habrá algún día, otra vez, libertad.”
Correspondió a la Generación del Centenario liderada por Fidel, redimir al Apostol, a Mella, Villena, Trejo y Guiteras con la hombradía del 26 de julio de 1953.
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