Por: Dra.C. Rosa María Reyes Bravo
En 2009 llegó a esta provincia un villaclareño sencillo, jovial, conocido por su trayectoria como dirigente en otras provincias del país, por ejemplo, en la hermana provincia Granma.
Se decía que era un dirigente partidista sin igual, capaz de transformar lo peor y más feo que existía. Pasaron pocos días para que el rumor popular se hiciera eco de su presencia inesperada, en cualquier sitio donde supiera la existencia de malos procederes; allí lograba remover las fibras de la vergüenza colectiva con su pedagogía crítica.
Su excepcional método que fue motivo de alegría para los que sufrían por lo feo y peor de Santiago, también fue molestia y hasta rabia para quienes fueron señalados, descubiertos en su descontrol o mal trabajo. Su estilo promovía incansables horas de reunión desde el amanecer hasta el anochecer.
En la víspera del huracán Sandy se dirigió a los santiagueros como un padre a sus hijos; hablaba a su pueblo como si hubiese nacido literalmente en él, ya se lo había ganado.
En realidad, el Secretario del Partido Comunista de Cuba, en Santiago, disfrutó y se ganó el derecho de ser santiaguero como el que más. Le devolvió a este pueblo el orgullo por su ciudad, le hizo renacer su belleza y se propuso hacerlo más culto y disciplinado.
Sus grandes aprendizajes y experiencias como maestro primario en su Caibarien natal, se fueron enriqueciendo con su trayectoria partidista y lo convirtieron en un pedagogo de la política. Sí, enseñó a todos los cuadros de este territorio claves para ser un buen dirigente político y administrativo: escuchar siempre al pueblo, ponerse en el lugar del pueblo, sentir como pueblo y pensar que siempre se puede, que siempre hay una alternativa, una solución, que los imposibles, las negativas, sólo existen en nuestros pensamientos y corazones, que todo lo que se propongan los cuadros actuando en UNIDAD, siempre será posible y que con cuadros decididos a luchar y vencer así, siempre habrá un pueblo dispuesto a trabajar y vencer las dificultades, por duras que sean.
NO MENTIR, TRABAJAR, SOÑAR Y TRABAJAR MÁS TODAVÍA, son las esencias que enseñó y con las que los mejores se quedaron. Sandy casi destruyó la ciudad y algunos poblados, pero la visión estratégica, integrada, decidida, optimista y de amor a su Santiago, hizo que la ciudad se levantara toda.
Por eso fue un placer más que un deber, acompañar al Secretario Lázaro Expósito Canto, junto a mi colega Dr. C. Pedro Tejera Escull, como “tutora” académica de su ejercicio curricular excepcional, bajo el título: “El rol del líder político en la implementación de las políticas públicas, caso de estudio recuperación de las secuelas del huracán Sandy en Santiago de Cuba“. Con este trabajo con se honró la Universidad de Oriente; así como de tenerlo como graduado de Licenciatura en Filosofía Marxista Leninista. Un tribunal exigente quiso saber la sostenibilidad de su legado, clave para mantener y desarrollar el Socialismo que tanto necesitamos.
Era el año 2014, los métodos del “Jefe” de la provincia calaron en lo hondo de muchos. Como olvidar que un poco más de 100 jóvenes universitarios de todo el país que intercambiaron con él, en mayo de 2016 en el teatro universitario, a propósito de la clausura del Fórum Nacional de Estudiantes de Ciencias Sociales, Naturales y Exactas realizado en la Universidad de Oriente, quisieron “clonarlo“.
Lo tuvimos muchas veces, tal vez nos quedamos esperándolo en una asamblea partidista, pero su método siempre fue otro, el de los hechos que dan satisfacción al pueblo, el del vínculo de la Universidad con sus sueños, los de todos, y el compromiso fehaciente con un futuro mejor. Será nuestro deber, siempre, mantener ese legado.
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