Por: M.Sc Angel Taboada Salmerón
En la mañana del 21 de septiembre de 1958, en Soledad de Mayari Arriba, en las indómitas montañas del Segundo Frente Oriental “Frank País”, antigua provincia de Oriente, el joven comandante rebelde, Raúl Castro, jefe del frente guerrillero, deja inaugurado el Congreso Campesino en Armas, advirtiendo con imperturbable convicción, “En estos momentos, en esta etapa histórica en que vivimos, sin Reforma Agraria no puede haber Revolución Cubana; y aquí, tal vez por participar en el mismo, no nos percatamos de la magnitud de este acto, porque en estos momentos, en el día de hoy, está iniciándose, está gestándose”
La atención a los problemas del campesinado y su estratégica vinculación con el Ejercito Rebelde fue prioridad desde la propia fundación del Segundo Frente Oriental, al crearse numerosos Comités campesinos, hasta llegar a la constitución del Buró Agrario. En esa mañana fundacional, 84 bases campesinas de seis municipios de la antigua provincia de Oriente se reunieron en plena circunstancia insurreccional para demandar soluciones al problema de la tierra, e impulsar la justicia a los habitantes rurales, cuestiones inherentes al programa del Moncada.
Participaron en el congreso 160 delegados, entre ellos José Ramírez Cruz, y 500 invitados de Guantánamo, Baracoa, Alto Songo, Yateras y Mayarí. Allí se analizó un informe que daba a conocer las actividades desarrolladas hasta la fecha por el Comité Regional y los problemas más ancestrales del campesinado cubano. El documento expresaba la necesidad inaplazable de un cambio que condujera a una Reforma Agraria, además se hizo un llamado a la unidad y al apoyo al Ejército Rebelde. Luego se procedió a la elección de los miembros del Comité Regional Agrario.
Preciso y convincente Raúl Castro al expresar: “El principal objetivo de los campesinos debe ser en este momento, forjar y mantener la unidad. He aquí lo principal si queremos lograr el triunfo y conquistar nuestras demandas. Las fuerzas reaccionarias que se mueven contra la unidad, pueden ser derrotadas si nos mantenemos unidos y vigilantes.
Días después de concluido el Congreso Fidel Castro promulgó la ley número 3 del Ejército Rebelde denominada Primera Ley Revolucionaria Agraria, que estipulaba el derecho a la propiedad de la tierra que cultivaban los poseedores de las tierras del Estado, así como de los arrendatarios, subarrendatarios, aparceros, colonos, subcolonos y precaristas que ocupen lotes de cinco o menos caballerías de tierra.
Sesenta y tres años se cumplen del histórico Congreso Campesino en Armas, expresión muy clara de la comprensión lograda por los hombres del campo sobre la necesidad de alinearse a la naciente revolución, en aras de una redención que les fue negada siempre por los gobiernos de turno corrompidos y proimperialistas de la Cuba anterior a 1959.
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