Por el Dr. José A. Aguilera Maceiras
(Inspector Provincial de Escuelas Privadas) y (Secretario del Club Rotario)
Para nuestra provincia la creación y funcionamiento de la Universidad, representa la cristalización de un anhelo largamente acariciado, lo cual ha sido posible por el desinteresado esfuerzo de un grupo de cubanos de buena voluntad.
Representa esta Universidad un paso de avance en el desarrollo de nuestra cultura regional y una manifestación de las inquietudes intelectuales que animan a nuestra provincia, cuyos perfiles culturales van acusándose cada día más con características propias.
Viene a llenar una sentida necesidad de todas nuestras clases sociales, especialmente de aquellas que económicamente se encuentran más modestamente dotadas porque ofrece oportunidades a la misma de adquirir una cultura superior y un título profesional que, de otra forma no podrían adquirir por falta de los indispensables recursos económicos para realizar estudios universitarios fuera de la ciudad o de la provincia en que viven.
La Universidad de Oriente favorece además los intereses culturales de toda la República, porque contribuirá a descongestionar de alumnos a la Universidad de La Habana con lo que ganará en rendimiento el desarrollo de las labores de profesores y alumnos, y aumentará notablemente el alto nivel de eficiencia que debe caracterizar a los centros superiores de cultura como son las Universidades.
La labor desarrollada por la Universidad de Oriente en los dos cursos que lleva funcionando, puede calificarse como meritoria, mejor aún, como brillante por todos conceptos.
Los profesores, con un cabal sentido de sus altas responsabilidades y con una verdadera preocupación por cumplirlas a plenitud, han creado un clima propicio para el estudio y la investigación y han tratado de desarrollar, con éxito visible, los hábitos de observación y experimentación en los alumnos, y el sentido de investigación de los hechos, de modo que puedan ser capaces de laborar por sí mismos en el futuro su propia cultura, y de que puedan contribuir activamente, poniendo en acción dichos hábitos, al progreso científico y académico de nuestro país.
Los alumnos, por su parte, han sabido captar el recto espíritu profesional y académico que ha guiado a sus profesores asimilándose fácilmente esta forma de plantear el hecho pedagógico, alcanzando notables adelantos en sus estudios.
Así se ha comprobado en las distintas actividades, excursiones, etc. aprovechadas para realizar de modo activo un aprendizaje provechoso y en las pruebas a que los alumnos universitarios han sido sometidos.
La labor académica de la Universidad de Oriente ha sido complementada con visible éxito con la celebración de la primera sesión de su Escuela de Verano que permitió a las clases profesionales de la provincia ampliar su cultura en los distintos aspectos que fueron tratados por notables profesores nacionales y extranjeros.
Las instituciones que siempre prestaron su calor y apoyo a la Universidad de Oriente desde su fundación, como el Colegio de Pedagogos al que me honro en pertenecer, tienen que sentirse plenamente satisfechos de la labor que ella viene realizando y todo el pueblo oriental se siente asimismo complacido de contar con un Centro de Alta Cultura que, por los resultados alcanzados en sólo dos años de vida, constituye ya un legítimo motivo de orgullo para esta región.
Una empresa cultural de la naturaleza de la Universidad de Oriente que, en el corto tiempo que lleva funcionando puede blasonar con legítimo orgullo de los magníficos frutos alcanzados y del amplio respaldo de la ciudadanía toda de esta provincia y de sus instituciones más representativas y responsables, no puede tener otro futuro que el de su definitiva consolidación para seguir constituyendo un principalísimo factor de progreso para esta región, cuna de tantos hombres ilustres y de tantos grandes hechos, y tan olvidada y abandonada siempre, y que ahora, con tanta hidalguía y decisión como siempre, debe alzar su voz responsable para pedir la consagración legal de su Universidad.
Es preciso que ella cuente con edificio propio, con laboratorios, talleres, campos de experimentación, biblioteca, etc., necesarios a su buen funcionamiento, y con fondos suficientes para acometer los altos empeños culturales a que está llamada y que laten en el pensamiento de sus profesores y alumnos. Y sobre todo, el texto legal que, basado en la Constitución de la República, consagre oficialmente, de manera definitiva, su existencia y funcionamiento.
Texto: Histórica foto donde aparece el Señor Ministro de Educación Dr. Aurelio Sánchez Arango en el Aula Magna de la Universidad de Oriente. En esta ocasión vino desde La Habana a visitar especialmente a nuestra Universidad cumplimentando una invitación del Consejo Directivo. Ofreció en su discurso ayudar a este Centro de Alta Cultura y así lo esta cumpliendo pues acaba de enviar la cantidad de $2,402.90 para pagar los trabajos que se vienen realizando en la preparación del Edificio de Quintero, donde funcionará la Universidad de Oriente desde el próximo Octubre. Además figuran en la foto, el Alcalde Municipal Sr. Casero Guillen, el Rector Dr. Felipe Salcines Morlote, el Decano de la Facultad de Filosofía, Dr. Pedro Cañas Abril y el Dr. Martínez Arango, Director del Departamento de Relaciones Culturales.
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Ese artículo demuestra el espíritu innovador de la naciente Universidad de Oriente, y cómo a pesar de haber surgido sin condiciones materiales, apelaba al altruísmo y desinterés de los miembros de la comunidad universitaria, para desarrollar una empresa cultural de esa índole. También, muestra a otros colaboradores de tamaña empresa, en la figura de A.S. Arango, muy controversial en la historia nacional, pero que desde su cargo de Ministro de Educación, y a través de su amigo Raúl Roa, dio una gran ayuda a la Universidad de Oriente en sus inicios.