Con la intención de recrear un mundo del futuro, los jóvenes artistas aficionados de la Facultad de Ingeniería Química y Agronomía interpretaron esta semana un espectáculo que pudo tener mayor lucidez y coherencia.
En realidad esta gala pone en entredicho el esfuerzo de semanas de trabajo de aficionados y profesores, quienes al cierre mostraron alivio de haber concluido y exhibido un producto artístico, que pese a no tener la mejor factura, por momentos resultó entretenido.
Preocupante que los aplausos, en vez de ovación, reflejaron por momentos burla y lo que pudo ser una historia súper divertida por la concepción de “la ficción supera la realidad” constituyó un guión deficiente y sobreactuado. Después de disfrutar de una decena de galas universitarias en este mes, resulta contraproducente ver un diseño de vestuario pobre y en más de una ocasión mal escogido en correspondencia con el tipo de música que se bailó.
Como público aprecié de muy positivo la demostración de las jóvenes cantantes y el derroche de imaginación y talento de “Eddy”, quien deleitó a los asistentes con sendos trajes de gala confeccionados con material reciclado. Atractivos, elegantes, vistosos, exhibidos con glamour. De eso se trata, de aprovechar este espacio para mostrar virtuosismo en cada una de las manifestaciones, no importa si son 15 o 6 los números culturales que se presentan. Hay que repensarse estos tópicos, pues en aras de “marcar” se nos va la mano y sube a escena casi cualquier cosa.
Pensemos juntos: ¿Es obligatorio que todas las facultades presenten una gala artística pese a no contar con suficiente talento joven? ¿Qué pasa si con absoluto rigor se evalúa y decide que por este año, tal o más cual Facultad no presentará una “Gala”? En mi opinión, la oportunidad debe existir, pero forzar a la preparación y el montaje de todo un espectáculo cultural cuando es evidente que en la mayoría de las manifestaciones artísticas no existe rigor, y peor, no existe talento, a todas luces es un desacierto que exhorto a revisar para posteriores ediciones.
A todos los que participaron de uno u otro modo ¡Bravo! por dedicar parte de su tiempo libre a organizar y protagonizar iniciativas como esta, no obstante, no es suficiente y en este caso ni realidad ni ficción: esta no es la gala que queremos en el futuro.
FOTOGALERÍA
Fotos de Rovier Mesa Rodríguez
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A pesar de que este artículo lleva tiempo publicado, ahora es que me detuve a leerlo. Quiero recomendar a los profesionales de La Tablilla que cuando publican estas cosas relacionadas con lo que hacen los estudiantes de manera extracurricular deben ser cuidadosos con las críticas que hacen y la forma en que lo hacen. La Tablilla es el órgano oficial de informaciones de la Universidad de Oriente y no una revista de farándula. Las galas son actividades que los estudiantes realizan de forma extracurricular y la mision de todo el claustro universitario es motivarlos por participar, y mostrar su talento, que sea bueno, malo o regular, es su talento y derecho tienen más allá de ser evaluados. Los estudiantes de la FIQA estudian Ingeniería Química e Ingeniería Agrónoma, no estudian artes. Por tanto, moestraron en su gala lo que podían hacer y nuestra misión es destacar lo bueno, las críticas especializadas se hacen a profesionales de un área determinada no a artistas aficionados, pues al contrario de lograr que mejoren, esto que se ha publicado aquí, seguro estoy, los lleva a no tener nunca más ganas de volver a hacer una gala. Mucho cuidado.
Tristes comentaristas, ponderemos el trabajo cuidado con las criticas, les recomiendo un estudio de casos pormenorizado antes de emitir una crítica