El mes de Julio, sin dudas, es, para todos los cubanos, de gran trascendencia, por la significación que conlleva el día 26. Un día glorioso que quedó marcado en el corazón de todos.
Los jóvenes de hoy, herederos de la estirpe de los asaltantes al Moncada, desempeñan un papel muy importante y decisivo, puesto que constituyen un ejemplo de lucha, consagración, continuidad y superación, multiplicado el mérito por estar signado con estos tiempos de crisis.
Como afirmara el Primer Secretario del Partido y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez:
…los tiempos de crisis son tiempos para crecer porque nos permiten encontrar nuevas soluciones sobre la base del conocimiento y de la creatividad…
Esa es la gran lección que nos legó la Generación del Centenario. De esta generación se destaca la figura de Fidel Castro Ruz; hombre genial pues supo convertir la adversidad en victoria. Cuando apenas era un joven confiaba en el Partido Ortodoxo, creía que este era una solución digna para Cuba, que sería posible en el propio contexto de la República neocolonial. Es entonces que sucede el Golpe de Estado del 10 de Marzo de 1952, que pulverizó el proyecto por el cual él apostaba, pero no sus esperanzas, y mucho menos su decisión de servir a Cuba como el más humilde y fiel de sus hijos.
Los jóvenes cubanos son herederos del legado que nos dejaron hombres de la talla de Martí, Frank, Mella, José Antonio Echeverría, Abel Santamaría, Fidel, Raúl, Almeida, el Che y muchos otros, porque al igual que ellos, los jóvenes de hoy saben utilizar cada situación, por difícil que sea, para lograr la soberanía plena de la isla, por medio del estudio diario y de su apoyo incondicional a la Revolución Cubana.
Luego se llevarían a cabo una serie de hechos que confirmarían aquello de que: “un cubano convencido de su misión y de su responsabilidad para/con la Patria no estará jamás diseñado para la derrota”; hablamos, evidentemente, del Asalto al Cuartel Moncada, el Desembarco del Yate Granma y la Lucha Armada.
Sesenta y ocho años después estamos convencidos de que, cada cubano, lleva en sí el legado de cada héroe que no se dejó vencer; que perdió hasta su vida, en algunos casos, en el difícil camino hacia la victoria.
Hoy los jóvenes cubanos reafirman la incondicional posición que asumen con su labor en el enfrentamiento a la Covid-19, que nos azota, y en la lucha diaria en contra de la recrudecida hostilidad del gobierno de los Estados Unidos hacia nuestra isla.
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