Vilma Espín Guillois: Amor y ética

Hoy hablamos de Vilma Espín Guillois, la combatiente, la madre, la amiga, la heroína, la compañera de trabajo, la federada. Una mujer que caló hondo en el corazón de los cubanos. Y es que hoy 7 de abril, cumpliría 91 años de vida.

Y es justo como la calificara Asela de los Santos: “…una de las grandes personalidades de la historia de nuestra Revolución…”

Vilma dedicó su vida a luchar por la dignidad, la emancipación, la justicia, la igualdad; siempre con una gran sencillez y valentía. Nació y fue criada en el seno de una familia de alta posición económica, que cultivó con esmero la formación espiritual y cultural de sus hijos por encima de las cosas materiales.

La Universidad de Oriente tuvo una influencia decisiva en la formación ideológica de los estudiantes de la década de los años 50. De aquí emergió Vilma, una joven reflexiva, muy serena, con un sentido ético en todas sus acciones. Que se convirtió, casi sin proponérselo, en líder natural para todos sus compañeros.

El paso por la etapa universitaria marcó una pauta importante en su personalidad patriótica y en su sentido de justicia social. Los valores que adquirió le sirvieron para convertirse en una fiel y valiente colaboradora de Frank País en la clandestinidad. Esta es la causa de que fuera perseguida por los esbirros de la tiranía; lo que su detonó su necesidad de subir a la Sierra Maestra. Allí se incorporó al II Frente Oriental “Frank País García”. Y es allí, en medio del fragor del combate, donde surge el amor entre ella y Raúl, amor puro e infinito; probado por la vida misma.

Amiga inquebrantable de Fidel, se convirtió en la indiscutible artífice de una revolución dentro de la Revolución, al encarar con energía e inteligencia siglos de discriminación de la mujer. Y por esta noble causa luchó, con ejemplar convicción, para lograr la emancipación e igualdad de ésta en la sociedad. Esa fue la motivación fundamental de su vida; la que la mantuvo firma y serena al frente de la Federación de Mujeres Cubanas.

Hoy hablamos de Vilma Espín, en sus múltiples afanes como forjadora de los fundamentos científicos para la educación preescolar. Así también se destacó en el desarrollo de proyectos de investigación, para el campo de la industria de los alimentos; ejerciendo su profesión: Ingeniera Química.

Como fundadora del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y miembro de su Buró Político, su palabra fue siempre esclarecedora y natural.  Supo demostrar que todos los días hay que saber ser revolucionario, en la lucha por la transformación de la sociedad. Así mismo, en tribunas internacionales, alzó su voz para la divulgación y defensa de la obra de la Revolución. Con denuedo sembró ideas a favor del mejoramiento humano; del mismo que nos hablara Martí.

Hoy, a 91 años de su nacimiento, nos acompaña su coraje y determinación. En estos momentos en que la humanidad enfrenta esta terrible pandemia de la Covid-19, se impone recordarla como el ser humano que nos educó a enfrentar la adversidad, e incluso la muerte. Nuestra eterna Vilma estuvo asistida siempre por dos poderosas fuerzas: el AMOR y la ÉTICA.

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