El primer homenaje a los mártires universitarios

Tras el triunfo de la Revolución, la Biblioteca Francisco Martínez Anaya de la Universidad de Oriente, sede de la constitución del Gobierno Provisional, el 3 de enero de 1959, acogió el primer homenaje de la comunidad universitaria a sus mártires, dedicado al Capitán Eduardo Mesa Llul.

El mismo tuvo lugar cuando los restos del otrora estudiante de la Escuela de Derecho fueron expuestos en el salón principal de la institución. La fecha en la que el homenaje tuvo lugar, difiere en dependencia de las fuentes consultadas.

“Eduardito”, como le decían cariñosamente, había caído en combate el 5 de noviembre de 1958, en el estribo de Alto Songo, y su cadáver  fue enterrado en la localidad El Socorro de manera provisional.

Luego de recibir el póstumo homenaje de su pueblo y, en especial, el de los miembros comunidad universitaria, sus cenizas fueron llevadas al Cementerio Santa Ifigenia y, luego, al Mausoleo del Segundo Frente Oriental Frank País, donde hoy reposan.

Este año conmemoramos el 55 aniversario de estos hechos, pero la recordación a los mártires es parte del diario quehacer de profesores, estudiantes y trabajadores del centro, comprometidos con su historia y la Revolución cubana.

Quienes visitan esta Casa de Altos Estudios oriental pueden distinguir, a un costado de la Biblioteca Central, el Monumento a los Mártires Universitarios: una pieza pétrea de medianas dimensiones, en cuya parte frontal, una placa de bronce presenta, junto a una rama de laurel, los nombres de Emma Rosa Chui, José Tey, Frank y Josué País, Eduardo Mesa, Cuqui Bosch y José Mercerón Allen. Habitualmente ante esa piedra nuestra comunidad deposita flores, en señal de respeto, y organiza sus ceremonias más solemnes.

Asimismo, los nombres de estos siete jóvenes, unidos a los de Julio Antonio Mella y José Antonio Echeverría, son mencionados al inicio de las actividades políticas y conmemorativas de la Federación Estudiantil Universitaria.

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