El Primero de Mayo en Cuba

La celebración del Primero de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores, resultó una conquista del movimiento obrero a finales del siglo XIX, y una consecuencia de las turbulencias que experimentó el proletariado mundial en esos años.

Con el impetuoso desarrollo del imperialismo en las potencias capitalistas se agudizó la contradicción clasista entre burgueses y proletariados; muchos fueron los motines, paros, huelgas y manifestaciones de todo tipo, y los obreros reclamaban fundamentalmente mejoras salariales, reducción de las horas de trabajos y derecho de asociación.

A raíz de la huelga del Primero de Mayo de 1886 en los Estados Unidos, que culminó con la masacre de Chicago, se decidió por los trabajadores norteamericanos en su Congreso de San Luis en 1888, designar la fecha como efemérides del proletariado internacional. El citado acuerdo fue ratificado y establecido oficialmente por el Congreso Obrero Socialista efectuado en 1889, en París.

De esta forma surgió el Primero de Mayo como fecha de internacionalismo proletario; en homenaje a los Mártires de Chicago y teniendo como demanda principal la jornada de ocho horas.

 A partir de 1890, los trabajadores comenzaron a celebrar internacionalmente el Primero de Mayo, el cual devino en su transcurso “día de confraternidad proletaria; día de unión, de amor y solidaridad obrera y de protesta y rebeldía contra los explotadores nacionales y extranjeros que chupan la sangre de las masas productoras. En el Primero de Mayo el proletariado pasa revista a sus fuerzas; las cuenta, las une, las anima…”

Los sucesos de Chicago provocaron la justa protesta de los trabajadores cubanos.

A pesar del escaso desarrollo del movimiento obrero cubano para 1890, nuestros trabajadores participaron en la celebración del primer día del proletariado internacional.

Ese Primero de Mayo, aproximadamente tres mil obreros recorrieron las calles de La Habana con los acordes del Himno de Riego y la Marsellesa, interpretados por la banda de música que encabezaba el desfile.

También en 1891 se conmemoró el Día de los Trabajadores, exponiéndose muchos obreros al despido por abandonar los puestos de trabajo para tomar parte en la celebración.

Las primeras víctimas de la represión ante las actividades por el Primero de Mayo cayeron en 1893: José Rodríguez, en El Cano y ocho trabajadores más entre los cuales figuraban cinco españoles, en Pinar del Río.

En 1894, el gobernador español prohibió la celebración, atemorizado por el auge revolucionario en Cuba. Tampoco la permitió en 1895, cuando estaba en marcha la gesta independentista.

Con el advenimiento de la República, la clase obrera cubana, con una fuerte tendencia anarquista que se sobreponía a las ideas socialistas existentes en su seno, continuó la lucha por demandas económicas.

En 1906, el Partido Socialista Obrero, dirigido por Carlos Baliño, organizó un acto donde usaron de la palabra anarquistas y socialistas.

“El Primero de Mayo es un día que el obrero consagra como fiesta pero también es un día para preparar conciencias a una vida mejor. Dejar pasar este día como otro cualquiera del año, sería tanto como decir a nuestros opresores que llevamos con gusto la cadena de la esclavitud con que nos tienen aprisionados”, así expresaba el manifiesto lanzado por los socialistas en 1912.

En 1917 se efectuó la celebración más importante, hasta ese momento, y en la misma hubo manifestaciones de apoyo a la Revolución Socialista de Octubre.

Una huelga general de protesta por la detención de varios líderes obreros sirvió de marco para la celebración del Primero de Mayo en 1920.

En 1925, el Comité Pro Primero de Mayo compuesto por representantes comunistas, anarcosindicalistas y reformistas, preparó el acto de conmemoración, el cual fue resumido por Julio Antonio Mella.

Un cambio cualitativo en la conmemoración proletaria se produjo bajo el influjo del Partido Comunista; se alcanzó un genuino carácter de clase y se planteaban las demandas económicas y políticas junto a manifestaciones de solidaridad internacional y de antimperialismo.

Así, en un torbellino de manifestaciones obreras que en ocasiones dejaban el saldo de muertos y heridos por la represión que se le desataba, transcurrieron los Primeros de Mayo prerrevolucionarios.

A partir del triunfo popular en 1959 comenzó la celebración digna de la fecha proletaria.

En el acto efectuado en Santiago de Cuba en 1961, el Comandante Raúl Castro expresaba: “Podemos hoy celebrar con júbilo y alegría este Primero de Mayo, este día internacional del trabajo, en que se unen como en un desfile gigantesco los trabajadores y los pueblos de todos los continentes, de todas las lenguas, de todas las religiones, de todos los colores. Cuba ocupa su lugar, con la victoria, entre los que marchan a la cabeza del desfile.”

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1 comentario

  1. Me ha conmovido leer esto, de lo cual, por supuesto, no tenía el más mínimo recuerdo: !son casi 40 años!. Gracias…Marta

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