El CEBI a la vanguardia

La ciencia debe encontrar caminos para la solución de problemas en todos los tiempos; pero aún más en los difíciles. La pandemia ha mostrado hasta qué punto podemos sobrevivir; a pesar de las heridas.

Además del esfuerzo colosal del abnegado personal de la salud, se suman centros que investigan, desde varias aristas, como paliar el nefasto impacto de la COVID-19.

Muchos han obtenido excelentes resultados; uno de ellos es el Centro de Estudios de Biotecnología Industrial, perteneciente a la Universidad de Oriente. Liderado por el Dr.C. Humberto Joaquín Morris Quevedo ha avanzado en la producción de setas comestibles; ostentan así mismo otros resultados valiosos.

Hemos trabajado esta línea prácticamente desde la creación del CEBI hace 28 años. A su importante composición nutricional avalado por su alto contenido de proteínas, aminoácidos esenciales, vitaminas y minerales, se le suma propiedades inmuno-estimulantes que lo convierten en un alimento esencial.

Quevedo comentó que se realizó, en meses recientes, una producción de setas en condiciones satisfactorias; utilizaron como sustrato la pulpa de café, residuo muy común que se genera de la agroindustria azucarera en nuestro territorio.

Para llevar a cabo investigaciones relacionadas con la producción de alimentos y obtener dividendos, el Centro de Estudios de Biotecnología Industrial, se inserta con Empresas del territorio.

El encadenamiento con la Industria Alimentaria, específicamente el Polígono Barquillo, permitió que las setas comestibles se lograran presentar enlatadas, en la modalidad de salmuera, y se destinaron 30 kg a trabajadores de la salud, del Hospital Joaquín Castillo Duany, por ser muy vulnerables a la exposición de esta pandemia”, aclaró el destacado investigador.

Nuevas alianzas, nuevos frutos

Este prestigioso Centro, que cuenta con un personal incansable y de excelencia, continua mostrando importantes resultados en sus investigaciones. El Dr.C. Morris Quevedo explicó que laboran en el diseño, preparación y formulación de un expediente de 2 nuevos suplementos dietéticos; los mismos se obtienen a partir de los polvos de las setas comestibles. Tienen previsto  presentarlo al Instituto Nacional de Epidemiología y Microbiología.

“Lo que proponemos es la biomasa seca de las setas, que puede ser utilizada como aditivo en diferentes preparaciones culinarias como sopas, cremas, pastas, jugos y salsas; su presentación será en cápsulas de 250 miligramos”, señaló Morris.

Comentó que estos suplementos se encuentran en revisión; se valora su administración a personas vulnerables y al personal médico que trabaja más directamente con los casos de COVID-19.

Y, como si fuera poco, también la producción de setas comestibles tiene su impacto en la agricultura.  El Dr.C. Morris Quevedo director del CEBI añadió que debido a la producción, se genera un sustrato remanente que es la pulpa de café agotada luego del ciclo productivo, donde se cultivó el hongo; esta exhibe propiedades interesantes que la convierten en un abono orgánico muy adecuado.

Aclaró el destacado investigador que, en estudios precedentes, ha sido evaluado para diferentes cultivos de interés agronómico. La Biofábrica Santiago, perteneciente a la UEB de semillas, pretende adaptarla a estas plantas, para lo que valora convenientemente las condiciones de terreno.

Esto se ha utilizado en viveros de posturas de cafetos en la Estación Agroforestal Experimental del municipio Tercer Frente y hemos propuesto su aplicación en el Polígono Productivo Barquillo y en la Universidad de Oriente que está enfocada en las temáticas de producción de alimentos”, enfatizó Morris.

Indicó, además, la existencia de demandas a partir de experiencias previas de la Asociación de cunicultores; porque este sustrato remanente puede sustituir, parcialmente, determinados componentes que se emplean en la formulación de pienso para conejos.

De igual forma, con el ganado menor, también se han materializado experiencias muy interesantes gracias a este sustrato remanente.

Maltina de arroz: un sueño posible

Este proyecto surge como respuesta a una demanda del 1er Secretario del PCC en Santiago de Cuba, Lázaro Expósito Canto, a partir de las experiencias obtenidas por el trabajador no estatal Sandro Vaillant. Este, desde hace varios años, cuenta con licencia sanitaria para producir y comercializar esta bebida: la maltina de arroz.

La malta, explica el Dr.C Morris es una bebida muy demandada por sus propiedades organolépticas y su valor nutricional.  Al dificultarse el cultivo de la cebada malteada, por las características de nuestro clima y suelos, se debe importar.

La experiencia de este trabajador del sector no estatal consiste en la producción de maltina de arroz, empleando como materia prima el arroz y el sorbo.

Como ambos se pueden cultivar en nuestro país, es factible la soberanía en cuanto al suministro de estas materias primas; lo que evita interrupciones en los ciclos de producción. El producto obtenido ofrece un importante beneficio nutricional; podrá ser consumido, también, por pacientes celíacos que representan el 1% de la población.

El directivo del CEBI aseguró que, el sorbo, uno de los cereales empleados en la elaboración de la maltina de arroz, tiene características particulares en cuanto al aroma; el sabor aporta un número de polifenoles significativos, que tienen un papel preventivo en enfermedades de curso crónico como la diabetes, cáncer así como enfermedades cardiovasculares.

“La intención es diseñar una propuesta tecnológica que permita la capacidad productiva de esta y a la vez que la tecnología se base en un principio de economía circular, es decir, ciclo cerrado en el que los diferentes subproductos generados en el proceso, se conviertan en nuevos productos utilizables en la nutrición animal, acuícola o en la generación de suplementos nutricionales para humanos”, Morris Quevedo.

En el diseño de este proyecto están implicados varios Centros: la Universidad de Oriente, el Centro de Estudios de Biotecnología Industrial, el Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado, la Cervecería Puerto del Rey, la Cervecería Hatuey, la empresa RETOMED y la Empresa Metal Mecánica Varona de La Habana.  

La Universidad tendrá un papel fundamental el mismo; debido a que asumirá la conservación de las cepas de microorganismos que se emplearán en ese proceso; garantizarán la optimización de las condiciones tecnológicas para la producción; darán acompañamiento en lo que se refiere a entrenamiento superación y se encargarán de la capacitación postgraduada del personal; entre otros particulares.

Aunque no ha sido poco lo logrado por el CEBI, tiene aún muchos retos por delante. Se empeñan en lograr que los resultados tengan una efectiva aplicación en la práctica social, para que las investigaciones cierren ciclo con esos intereses prioritarios del país.

Esto significa que los estudiantes de pregrado y postgrado; y los proyectos investigativos deben enfocarse en estas líneas de trabajo que tiene nuestro centro para contribuir a la producción de alimentos”, concluyó Morris Quevedo.    

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