Del II Congreso Nacional de la UJC al 54 aniversario

Independientemente de que los acuerdos del II Congreso de la UJC han llegado a todos nuestros compañeros estudiantes, la revista “Mambí” consideró oportuno la reproducción de algunos fragmentos de estos acuerdos, toda vez que la importancia de los mismos así lo requiere.

Como es de conocimiento de todos, la Comisión 5 del Congreso se reunió para discutir aspectos relacionados con los estudiantes y profesores universitarios; por lo que pertenecen a los acuerdos de esta Comisión los puntos que en este número reproducimos.

El Congreso considera a las malas actitudes docentes como la principal deficiencia que presenta el estudiantado universitario, pues no pueden considerarse como estudiantes revolucionarios aquellos que no practiquen una actitud consecuente con su primer deber, que es el estudio. No puede haber coexistencia con las malas actitudes docentes, ni pueden tener cabida en nuestros centros universitarios los que no muestren una correcta actitud como estudiantes.

Teniendo en cuenta lo anterior, el Congreso propone:

Considerar la buena actitud ante el estudio en correspondencia con buenos resultados docentes. Esto implica fijar el requisito de aprobar todas las asignaturas como el mínimo para medir buena actitud ante el estudio, valorándose además la asistencia, puntualidad a clases, cumplimiento del tiempo de estudio individual, ayuda prestada al compañero que lo necesite, etc.

Profundizar el trabajo encaminado a desarrollar la conciencia de la necesidad del estudio la experimentación y la investigación, utilizando las Brigadas Estudiantiles como instrumento de trabajo en este sentido, incrementando al mismo tiempo en su seno, las medidas, exigencias, control y aseguramiento docente.

Recomendar que los estudiantes que abandonen cualquier carrera, entendiéndose por su colectivo que han tenido mala actitud, no se les permita reingresar a la Universidad, hasta tanto no hayan revertido al estado los gastos que éste invirtió en su formación quedando además condicionado dicho reingreso a la actitud mantenida en la labor socialmente útil en que hayan sido ubicados.

Se considerara además que aquellos estudiantes sancionados por las universidades nacionales o en el exterior, sean invalidados de ocupar cargos dirigentes y de responsabilidad técnica y administrativa en los lugares donde se les sitúe, por el tiempo que dure su sanción debiendo ser atendidos por su adecuada ubicación laboral, en la cual se tomara en cuenta o no los conocimientos técnicos que el sancionado posea, de acuerdo con los motivos que determinaron la sanción.

En lo referente al desarrollo de la solidaridad internacional en las universidades, el Congreso acuerda fortalecer el trabajo de los Equipos de Solidaridad con Indochina y ampliar el mismo para el desarrollo de la solidaridad con los restantes pueblos del mundo y en especial con los de América Latina.

Igualmente acuerda fortalecer el trabajo de solidaridad en los colectivos de becados en el exterior.

El Congreso se pronunció por la realización de un Plan Especial de Actividades de Solidaridad en saludo al V Congreso Latinoamericano de Estudiantes que se celebrará en Santiago de Chile.

El estudio de la teoría Marxista-Leninista es una necesidad para la formación ideológica de los estudiantes y profesores.

Al respecto el Congreso recomienda la necesidad de instrumentar dentro de los planes de estudio, su enseñanza dentro de todas las carreras universitarias.

El Congreso acuerda recomendar que se celebre periódicamente la Jornada de la Cultura Latinoamericana como otra forma de contribuir al esta­blecimiento de una conciencia cultural en nuestro continente, acorde con su cada vez más profunda conciencia latinoamericana como nación, divulgándose ampliamente en ella el movimiento político, económico, social y cultural de América La­tina.

Tanto en la cultura como en el deporte se llega al criterio de que los estudiantes que integran los grupos o equipos para representar a sus áreas en algún evento deben ser, ante todo, buenos estudiantes.

El Congreso acuerda conmemorar de forma extraordinaria en las universidades del país, el Cincuentenario de la Fundación de la FEU y del Primer Congreso Nacional de Estudiantes con una jornada que se extienda desde enero hasta octubre del próximo año 1973,

Entre los aspectos fundamentales de esta jornada debe contemplarse el establecimiento de la distinción “Cincuenta Aniversario de la FEU” la cual se otorgará a los estudiantes, tanto de las universidades nacionales como a los becados en el exterior que cumplimenten los requisitos que previamente se hayan señalado.

La distinción se caracterizará por una alta exigencia y rigor en los compromisos y en el cumplimiento de sus requisitos.

También se establece dentro de esta jornada, la organización de un evento estudiantil donde se analicen los logros y deficiencias del trabajo de la FEU al calor de las experiencias obtenidas en el nuevo sistema de estudio-trabajo. La instrumentación de ese evento quedaría en manos del Comité Nacional de la UJC y el Consejo de la FEU.

Hoy, a casi medio siglo de la fundación por Julio Antonio Mella de la Universidad Popular “José Martí” para dar acceso a la masa trabajadora a las aulas universitarias, nuestros jóvenes revolucionarios, reafirman el compromiso histórico de continuar la obra por él iniciado y mantener en alto las banderas por las que luchó, por eso proclamamos:

“Que las fabricas sean nuestras aulas y todo el país una Universidad”.

RESOLUCION SOBRE LA UNIVERSIDAD, DERECHO DEL PUEBLO REVOLUCIONARIO

La participación activa del estudiantado universitario en las luchas de nuestro pueblo, ha estado jalonada por manifestaciones de heroísmo y sacrificios a lo largo de más de cien años, como lo demuestra el ejemplo de hidalguía con que enfrentaron la muerte los ocho estudiantes de Medicina en 1871, así como la visión y expresión de patriotismo de aquellos que en el 68, y el 95, abandonaron las aulas, fueron a la manigua redentora a cerrar filas junto a los que en los campos de batalla luchaban por la independencia y la libertad de Cuba.

Fue siempre objetivo de los que trataron de mantener a Cuba atada a la dependencia imperialista el acallar el papel de las masas estudiantil. En este empeño fracasaron totalmente, pues siempre los estudiantes estuvieron presentes en todas las luchas de nuestro pueblo y hoy, a 43 años de haber asesinado a Julio A. Mella, después de clausurada su Universidad Popular “José Martí”, este Congreso puede consignar con orgullo el papel desempeñado por nuestros estudiantes en el ayer, lo cual compromete aún más con la hermosa realidad del presente, donde estudian y trabajan para construir la sociedad socialista.

Para ello y por ello supieron caer de frente, con las armas en las manos, cientos de estudiantes fielmente representados por José A. Echeverría, Frank País, Abel Santamaría y tantos otros.

Esos estudiantes universitarios de la Cuba revolucionaria, a quienes les ha correspondido el privilegio de vivir en una sociedad por la que nuestro pueblo luchó a lo largo de muchos años y en medio de una época caracterizada por el auge de las luchas de los pueblos por su liberación y el combate contra la opresión imperialista, han expresado constantemente su firme posición política e ideológica al lado de la Revolución, mantenida tanto en Girón como en la zafra del 70, tanto en la declaración del estudiantado cubano como en la del 1er Congreso de la FEU.

Considerando esta trayectoria que identifica a nuestro estudiantado revolucionario, el 2do Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas:

RESUELVE

Primero: Ratificar el criterio de que la Universidad tiene que ser fragua de revolucionarios. “No se trata de que a nuestras universidades no entren contrarrevolucionarios, sino de que los que entren sean revolucionarios”.

Segundo: Esforzarnos cada vez más en la valoración permanente de que las libertades y oportunidades ilimitadas en que se desenvuelven hoy los estudiantes universitarios, los obliga a estudiar cada vez más, a formarse como trabajadores altamente calificados en la ciencia en la técnica y en todos los campos del saber humano; pero en primer lugar ser antes de técnico y científicos, “revolucionarios”.

Tercero: Acoger y catolizar el propósito de los estudiantes y profesores universitarios de continuar trabajando, orientados por las ideas martianas de que “AL MUNDO NUEVO CORRESPONDE LA UNIVERSIDAD NUEVA” y de que “ES CRIMINAL EL DIVORCIO ENTRE LA EDUCACION QUE SE RECIBE DE UNA EPOCA Y LA EPOCA’’; fielmente reflejadas en los conceptos planteados por nuestro Comandante en Jefe acerca de la universalización de la enseñanza y sobre la presencia permanente del estudio y el trabajo en la formación de la juventud.

Cuarto: Mantener siempre en alto la hermosa tradición revolucionaria del estudiantado universitario cubano, desarrollando permanentemente el combate ideológico contra las debilidades que se manifiestan en una actitud ante el estudio rasgos de autosuficiencia, expresiones de intelectualismo e individualismo.

Quinto: Reafirmar la confianza en que los jóvenes universitarios sabrán adoptar las medidas necesarias para desterrar definitivamente cualquier posición vacilante que subsista en su seno, para mantener a las universidades como bastiones ideológicos de la Revolución, para que estas posiciones jamás encuentren cabida entre los que estudian gracias al esfuerzo de su pueblo.

Estamos seguros de que los estudiantes universitarios seguirán siendo fieles abanderados del ejemplo de Julio A. Mella, José A. Echeverría, Frank País y todos los que han caído en nuestra larga lucha revolucionaria.

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