Conservar el patrimonio universitario, imperativo impostergable

La Universidad de Oriente posee una exquisita riqueza patrimonial en distintos locales, dentro y fuera del campus universitario: el museo de Historia Natural Theodoro Ramsden ubicado el tercer piso de la Facultad de Derecho; el Museo de Arqueología que radica en la planta baja de la Facultad de Ciencias Sociales y la colección de Historia del Arte localizada en la Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba.

Esta última expone piezas de valor cultural adquiridas a lo largo de la vida del arqueólogo Francisco Prat Puig. Obras de arte originales, como jarras y jarrones de plata, bronce y porcelana, pinturas, colecciones de numismática, medallas, trofeos, objetos de marfil, mármol y hueso, entre otros, forman parte de la colección.

El Profesor del Departamento de Patrimonio Universitario de la UO, Dr.C Frank Josué Solar Cabrales, explicó que esta colección de Historia del Arte es superior a la de la Universidad de La Habana, puesto que esta última posee copias de obras clásicas antiguas, mientras que la nuestra conserva piezas originales.

En la actualidad estas piezas se encuentran en un estado de deterioro y desgaste debido, a que el local en las que se encuentran no tiene las condiciones requeridas para su conservación.

La incidencia del polvo, las vibraciones, la humedad, el cambio de temperatura, entre otros factores, son la causa fundamental de esta lamentable situación.

Es por ello que un equipo de profesores y estudiantes de las carreras de Automática e Informática, se interesan en la elaboración de un proyecto en función del control y manejo de estos factores.

El trabajo, además, constituye el ejercicio de culminación de estudios del estudiante de tercer año de Ingeniería en Control Automático Miguel Ángel Zayas Barbán. 

Este proyecto, según explica, se caracteriza principalmente por la incorporación de un sistema basado en el Internet de las Cosas, en aras de propiciarles a los especialistas del centro una vía factible para conocer, en tiempo real, el estado de conservación de las piezas y así garantizar una mejor experiencia a las personas que visitan la exposición.

Sentenció, además, que con el Internet de las Cosas y la incorporación de sensores,  es posible recoger datos de los factores que influyen  en el estado de conservación de la muestra, como las vibraciones, la temperatura, nivel de humedad, entre otros.

Debido a la antigüedad e importancia de la exposición, su valor patrimonial crece con el tiempo, por lo que constituye una premisa mantener en perfecto estado de conservación cada una de sus piezas.

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1 comentario

  1. Excelente idea. De sus resultados podria ser extendido a varias salas de conservacion de santiago y de toda Cuba.

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