Bélgica plus UO… un servicio directo hacia la ciencia

La calidad del soporte infraestructural para las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) que actualmente posee la Universidad de Oriente (UO) ubica a esta institución de la enseñanza superior como una de las mejores equipadas del país y América Latina.

Datos expuestos por el Msc. Robert Reina Valladares, jefe de la Dirección de Informatización (DI) en la UO, indican que la universidad santiaguera ha multiplicado su capacidad de almacenamiento y cálculo en más de un 80%, con tecnología muy avanzada y de difícil adquisición, incluso para economías del primer mundo.

Las inversiones que al respecto se han sucedido en la Casa de Altos Estudios comprenden un total aproximado de 500 mil euros, y colocar esas cuantiosas cifras al servicio de la UO ha sido posible gracias al proyecto de cooperación institucional (IUC) que se realiza con el apoyo del Consejo Interuniversitario Flamenco (VLIRUOS) de Bélgica.

El programa de colaboración se lleva a cabo entre la Universidad de Oriente y la Universidad de Haselt, la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad de Amberes, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Gante.

El programa, dedicado a la promoción del desarrollo sostenible en la región oriental de Cuba, se conforma a partir de varios proyectos con objetivos como perfeccionar el rendimiento científico-investigativo y la infraestructura e instalaciones de la Universidad de Oriente.

Por la gran visibilidad que ostenta dentro de la comunidad universitaria, profundizamos en el Proyecto Transversal No. 1 de VLIR: Infraestructura tecnológica para la Informatización y las Comunicaciones. Sierra Maestra dialogó con el especialista Dieter Roefs, líder belga de ese proyecto.

¿Cuál es el propósito fundamental del primer proyecto transversal de VLIR?

El proyecto que implementamos aquí, en conjunto con la Dirección de Informatización de la Universidad de Oriente, abarca el fortalecimiento de la infraestructura en las TIC para poder ofrecer mejor servicios a los usuarios académicos, estudiantes y administrativos. Es un proyecto transversal pues no posee objetivos científicos o académicos específicos, sino que pretende fortalecer de manera general a la Universidad en cuanto al equipamiento de su tecnología.

Respondiendo a esos objetivos, ¿qué resultados se han alcanzado hasta el momento?

Hemos obtenido resultados tangibles en varios temas. Multiplicamos, por ejemplo, la infraestructura que existía y hablando de servidores, habilitamos un Data Center (centro de procesamiento de datos) con nivel de primera clase. Ahora existen en la UO muchos más servidores, mayor capacidad de cálculo y de almacenamiento. Esto permite, por ejemplo, que el usuario tenga un Inbox (buzón) de correo electrónico más grande, lo que antes estaba limitado y resultaba imposible almacenar correos viejos, con lo que se perdía información que posteriormente podía ser útil.

La estabilidad de todos los servicios brindados a la comunidad universitaria es un logro alcanzado, ya que estos servicios están basados actualmente en máquinas con una gran capacidad, que no se bloquean tan fácilmente como los ordenadores antiguos que aquí eran utilizados.

Otra de los prestaciones más importantes que estamos brindando actualmente es la implementación del High Perfomance Computer (HPC); un supercomputador, como le llamamos, que permite realizar calculaciones o simulaciones muy complejas; lo que en el mundo académico es ahora una herramienta muy importante.

¿Pudiera detallar las funciones del HPC y quiénes tienen acceso al mismo?

El HPC permite realizar calculaciones muy grandes. Son varias máquinas en paralelo, un grupo de servidores interconectados que internamente se distribuyen el trabajo; así, de manera paralela, se pueden ejecutar los cálculos, los algoritmos.

Por ejemplo, en Biofísica se analizan determinadas proteínas, lo que conlleva a la realización, antes de desarrollar cualquier experimento en la realidad, de simulaciones del proceso químico que pudiera ocurrir. Eso requiere de calculaciones con tantos detalles y números que, si se intentasen ejecutar con una desktop, aunque sea una máquina poderosa de escritorio, tardaría un mes en devolver una respuesta, con lo que no avanzaría mucho una investigación. Por otro lado, con el HPC se divide el trabajo de manera paralela y se obtiene una respuesta mucho más rápido.

Los investigadores en la UO pueden acceder al HPC a través de la red. Incluso, la idea es no solo ofrecer ese servicio a la Universidad de Oriente, sino a todos los centros de enseñanza de la región oriental que tengan acceso, a través de la red, a la infraestructura que aquí existe.

¿Se puede decir, partiendo de las cuestiones financieras, que es este uno de los proyectos con más prioridades dentro del sistema del VLIR?

Del financiamiento que recibimos directamente de VLIR sí, es uno de los proyectos que más presupuesto tiene. Por eso hemos podido organizar donativos extra; dispositivos recibidos de la Ghent University (Universidad de Gante), en Bélgica, donde trabajo, y que actualmente utilizamos sin que hayan costado nada al proyecto.

Gracias a ese financiamiento hemos introducido más de 300 ordenadores distribuidos en laboratorios accesibles por estudiantes, en los escritorios de los profesores, en la administración de la Universidad, en el rectorado, por todos lados en la Universidad, y esperamos la llegada de muchos otros.

Nuestro proyecto transversal también ha funcionado como un puente para la gestión de recursos fuera de los marcos universitarios. Así, en coordinación con la dirección de Joven Club de Computación y Electrónica en la provincia, facilitamos 120 computadoras que fueron distribuidas por toda la ciudad.

Con la UO se integraron recientemente dos universidades más deviniendo en una sola institución ampliada, ¿cómo asimila esa integración la dirección del proyecto VLIR?

Es algo muy parecido a lo que está pasando en Bélgica pues mi universidad también se está integrando; carreras que antes pertenecían a otras escuelas politécnicas, por ejemplo, ahora se integran a la Universidad. Creo que es una evolución que existe internacionalmente, con la intención de crear instituciones de educación cada vez más grandes, desfragmentizadas y mejor organizadas.

Entonces sí estamos preparados para asumir el reto de un número mayor de usuarios, pues ya está multiplicada la capacidad de infraestructura con un buen equipamiento que supera las capacidades primeras de la comunidad universitaria.

¿Qué comprende esa infraestructura? ¿Cuál es el equipamiento que con el que se trabaja dentro del proyecto?

Primero, de las cosas que están más cercanas al usuario, están los desktops, los que hemos introducido nuevos y de segunda mano. Esas máquinas están conectadas a la red, la intranet de la Universidad, la cual estamos fortaleciendo también con muchos switches y cableado de fibra óptica para interconectar los edificios de la Universidad. Invertimos también en la red de cobre y en la inalámbrica para interconectar los campus de forma redundante.

¿Y del software?

No compramos software, todo lo que hacemos está basado en software libre. Es un detalle muy importante desde el punto de vista de la administración del sistema, ya que no gastamos dinero en software privado que requiera de licencias, sino que usamos software libre.

Esto no solamente responde a la gratuidad, sino a la filosofía de libertad, de compartir los resultados del desarrollo tecnológico, lo que también implica que somos parte de una comunidad global de desarrollo de software libre. En tal sentido, por ejemplo, hemos socializado en la UO un paquete virtual nombrado ABCD, un servicio de biblioteca digital.

¿Cómo evalúan los resultados que hasta estos momentos ha alcanzado el proyecto?

Cada año empezamos con una planificación y al finalizar el mismo hacemos un reporte en el cual, de manera cuantitativa, se evalúa el proyecto. Analizamos dónde estamos, qué cantidad de usuarios se han beneficiado, qué porcentaje de profesores usan los servicios que hemos implementado, qué cantidad de usuarios tenemos, etcétera. Así, hemos podido evaluar de manera cuantitativa el progreso del proyecto y hasta ahora tenemos ya dos reportes que han sido prueba de un avance significativo.

Hoy, a la altura del tercer año del proyecto, estamos hablando de un servicio directo hacia la ciencia. Es la primera vez que desde la Dirección de Informatización en la Universidad de Oriente se ofrece un servicio que impacta en la producción científica, que no está centrado en las comunicaciones, el correo o Internet, sino que tributa fundamentalmente al desarrollo de las ciencias, elemento que para cualquier academia es de extrema importancia.

¿Qué planes signan las próximas etapas del proyecto?

El VLIR tiene una primera etapa de seis años que pudiera extenderse hacia una segunda, de igual periodo de tiempo. Ahora estamos en el tercer año de la fase primera, pero en el futuro los objetivos estarán siempre dirigidos a fortalecer la infraestructura TIC para poder así crear nuevos servicios.

Pensamos fortalecer las redes inalámbricas y la telefonía al interior de la universidad con tecnología diferente a la que sustenta la conectividad convencional usada en el país.

Por la popularidad que vertiginosamente alcanza el uso de la telefonía móvil, proyectamos también desarrollar servicios para ese campo; no solamente implementar equipos inalámbricos o aumentar la cobertura, sino ofrecer servicios remotos, computación en la nube, aplicaciones que no requieran de instalación en los dispositivos físicos.

Son intenciones que se pretenden materializar en el futuro, objetivos que marcan una segunda etapa para el proyecto; para lo cual se desarrolla, desde ya, la estructura base que garantizará el éxito.

¿Cómo ha sido trabajar en conjunto con los profesionales cubanos al interior de la Universidad de Oriente?

Para mí, que tengo la posibilidad o la oportunidad de colaborar directamente con los profesionales cubanos, es una motivación muy grande la que me impulsa a continuar con este trabajo. La experiencia con los santiagueros ha sido muy grata, pues están altamente capacitados, son muy joviales y eficientes. Una vez que se les facilitan los elementos tangibles, herramientas que en ocasiones faltan, progresan increíblemente rápido.

Ahora, por ejemplo, con la introducción de los nuevos servidores, se requirió solamente que un especialista belga explicara determinadas ideas al equipo de trabajadores cubanos. Inmediatamente aprendieron todo con gran destreza y cuando el especialista regresó, quedó muy asombrado por el progreso que habían alcanzado. Esa capacidad e inteligencia ha sido algo muy típico en la experiencia cubana. Sin dudas, aquí he conocido otras perspectivas para enfrentar mi profesión.

Fotografías de Jorge Hadad Rey

Data Center

Dieter Roefs y Robert Reina Valladares frente al actual Data Center de la Universidad de Oriente

Dieter

Dieter Roefs explicó la importancia que para el desarrollo científico de la UO posee el proyecto VLIR

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