26 de julio de 1953, cuando morir por la Patria fue vivir.

Por: MS.c Angel Taboada Salmerón

“Compañeros: Podrán vencer dentro de unas horas o ser vencidos; pero de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros!, de todas maneras, el movimiento triunfará. Si vencemos mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante. El pueblo nos respaldará en Oriente y en toda la isla. ¡Jóvenes del Centenario del Apóstol! Como en el 68 y en el 95, aquí en Oriente damos el primer grito de ¡Libertado o muerte!”


Fueron las palabras del joven Fidel Castro aquella épica madrugada del 26 de julio de 1953, cuando un grupo de jóvenes revolucionarios bajo su conducción se colocaron a la vanguardia por la verdadera independencia de Cuba teniendo como inspiración el legado patriótico humanista de José Martí en el año de su centenario. Ellos protagonizarían el asalto a los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo.

Raúl Gómez García dando cumplimiento a una indicación del líder del movimiento dio lectura al Manifiesto del Moncada documento programático y fundacional que sintetiza las ideas esenciales que pondrían en marcha a la Revolución y darían luego cuerpo al Programa del Moncada (…) se levanta el espíritu nacional desde lo más recóndito del alma de los hombres libres. Se levanta para proseguir la revolución inacabada que iniciara Céspedes en l868, continuó Martí en l895, y actualizaron Guiteras y Chibás en la época republicana. En la vergüenza de los hombres de Cuba, se asienta el triunfo de la Revolución Cubana

La poesía se enalteció también cuando el propio Gómez García leyó sus versos, aun sin nombre, pero que sería posteriormente Ya estamos en combate.

La libertad anida entre los pechos de los que viven hombres
Y por verla en la estrella solitaria es un honor luchar
A la generación del centenario le caben los honores,
De construir la patria que soñara el Maestro Inmortal.
Ya estamos en combate…… ¡Adelante!

No se alcanzó la victoria militar en aquella heroica jornada del 26 de julio de 1953, la hombradía de aquellos jóvenes conmocionó a todo un pueblo, marcando el inicio de una nueva etapa en la lucha revolucionaria contra la ignominia enquistada en las entrañas de la Patria. Hoy más que nunca siguen vigentes las palabras expresadas por Fidel años más tardes:

“…El Moncada nos enseñó a convertir los reveses en victorias. No fue la única amarga prueba de la adversidad, pero ya nada pudo contener la lucha victoriosa de nuestro pueblo. Trincheras de ideas fueron más poderosas que trincheras de piedras. Nos mostró el valor de una doctrina, la fuerza de las ideas, y nos dejó la lección permanente de la perseverancia y el tesón en los propósitos justos. Nuestros muertos heroicos no cayeron en vano. Ellos señalaron el deber de seguir adelante, ellos encendieron en las almas el aliento inextinguible, ellos nos acompañaron en las cárceles y en el destierro, ellos combatieron junto a nosotros a lo largo de la guerra. Los vemos renacer en las nuevas generaciones que crecen al calor fraternal y humano de la Revolución…”

Han transcurrido 69 años de la memorable fecha del 26 de julio de 1953. La Revolución Cubana prosigue su curso y reverencia eternamente a los caídos a lo largo del duro bregar por la preservación de su existencia, como prueba inequívoca de la huella roja y negra de aquella mañana de la Santa Ana.

Hace tres años, en el acto por la conmemoración de la efeméride, el Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel terminaba su intervención expresando:

“¡Trabajemos todos por hacer de cada día del almanaque un 26, de cada mes del calendario un julio, de cada compromiso un Moncada victorioso!

Roberto Fernández Retamar, ensayista y poeta, intelectual enorme explicó con bellas palabras qué somos y qué estamos haciendo, a pesar de los fuegos y los cercos en su poema A quien pueda interesar

A lo largo de toda la Isla, somos menos que los que diariamente

deambulan por una gran ciudad.

Somos menos: un puñado de hombres sobre una cinta de tierra

Batida por el mar.  Pero

Hemos construido una alegría olvidada.

Por esa alegría que seguimos construyendo: ¡Vamos por más! Porque todos ¡Somos Cuba!  ¡Somos Continuidad!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!”

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