14 de junio, la grandeza de una fecha en la historia americana

Por: MS.c Angel Taboada Salmerón

Lo fortuito y agradecible están presente en una coincidencia del calendario americano. Un 14 de junio, pero con 83 años de diferencia, nacieron dos hombres devenidos en símbolos inolvidables de la historia del continente: Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna. El primero  nació en 1845, el segundo en 1928. Ambos trascendieron  por su rol determinante en diferentes etapas de nuestro proceso revolucionario.

Ambos dieron muestras de lealtad a los principios, pulcritud ética, valor y arrojo en el combate. Estas virtudes les hicieron merecer y  alcanzar sobresalientes grados militares y protagonizar memorables campañas de guerra dirigidas a extender la lucha por la victoria definitiva, de Oriente a Occidente. Las grandes proezas unen a estos dos titanes de la lucha por la libertad.

Refiriéndose a la grandeza y contribución de Maceo a la historia patria, el Che dijo en un discurso pronunciado en 1962, “Empezamos una nueva etapa de la historia de América, el recuerdo de Antonio Maceo adquiere luces propias. Empieza a estar más íntimamente ligado al pueblo, y toda la historia de su vida, de sus luchas maravillosas y de su muerte heroica, adquiere el sentido completo, el sentido del sacrificio para la liberación definitiva del pueblo”.

La estatura moral y verticalidad de principios de Maceo brillaron en la Protesta de Baraguá, frente a la capitulación deshonrosa de 1878, legándonos que no puede haber entendimiento con el adversario cuando se trata del derecho a la libertad y soberanía de la Patria, que no puede ni habrá nunca rendición por muy comprometidas y adversas que sean las circunstancias en que se debate nuestro destino como nación.

Certero y atinado fue el juicio valorativo de Martí al recomendar que había que poner asunto a lo que decía Maceo, porque este tenía tanta fuerza en la mente como en el brazo. Expresión que se ha demostrado en su verticalidad de principios  ante comentarios sobre una posible anexión de Cuba a Estados Unidos, cuando sostuvo que aunque lo creía imposible, sería el único momento en que combatiría al lado de España.

En 1967 cayó heroicamente el Guerrillero Heroico, otras tierras del mundo reclamaron el concurso de lo que humildemente  llamó “mis modestos esfuerzos”. Al igual que Maceo, su partida a la inmortalidad aconteció tempranamente, contaba con solo 39 años. Sin embargo su impronta no solo destaca en la última lucha liberadora, tuvo protagonismo ejemplar en el proceso de edificación socialista en los primeros años de duro batallar revolucionario, comandante, ministro y  diplomático.

En  Girón, cuando  en menos de 72 horas ocurrió la primera gran derrota del imperialismo yanqui, expresó: “No podemos decir cuándo acabará. Por eso hay que prepararse para una guerra larga y dura, y no pensar en la paz, sino cuando el imperialismo haya sido destruido totalmente.”

El 14 de junio deviene en fecha memorable para todos los cubanos que como titanes frente a los retos y desafíos que nos impone el mismo imperio del que el Che nos alertó que no podíamos confiarnos “ni tantito así”. Cabe recordar hoy también las palabras de Fidel:

¡…Y ojalá nuestros enemigos comprendan que un pueblo así no es fácil de agredir; que a un pueblo así no se le puede vencer!, porque nosotros hemos hecho nuestra, definitivamente, aquella consigna de quien fue la máxima expresión de la combatividad y del valor cubanos, Antonio Maceo: “¡Quien intente apoderarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre si no perece en la contienda!”  ¡Patria o Muerte!

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